La Gran y Honorable

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Disclaimer: Salvo por los ocs y la trama en sí, nada me pertenece, sino a Dreamworks y a Cressida Cowell

La huida de Berk había sido silenciosa. Nadie los había visto o advertido la presencia de alguien más; el dragón logró atravesar la capa de oscuridad con evidente éxito y sin ningún contratiempo. Todavía había luz cuando salieron y las heridas de ambos estaban evidentemente cicatrizadas.

Nadie decía nada, Hiccup había empacado todo lo que le había sido posible, ropa, algo de comida, mantas y algo de oro para sobrevivir, a pesar de que Astrid le dijo que no eran tan necesarias. Ella podría conseguir la comida en un tris, literal. Él no hizo caso a eso.

Estaban a punto de llegar al mercado del norte, no tardaría en anochecer y llevaban buen curso. Stormfly volaba junto a Hiccup con gran facilidad y gozando de la luz solar que el cielo despejado brindaba; Astrid releía hechizos que le parecieran útiles (los de comida, para empezar, así como los que reparaban ropa o cosas, la receta para una poción que curaba enfermedades del viajero o simples rasguños o heridas, la que curaba heridas graves, las que purificaban el agua y otros más). Y nada parecía salir mal, de verdad.

— ¿Por qué regresamos al Mercado del Norte? — cuestionó Astrid, dándose cuenta del curso.

Vamos por más víveres. Yo puedo vivir de pescado, pero tú...

—Yo puedo hacer comida. Literalmente— señaló ella, como si fuera algo obvio. Hiccup soltó el aire por la nariz.

¿Qué te dije sobre la magia?

—No estamos en Berk— advirtió Astrid, Hiccup pareció rodar los ojos— Además, vuelas, no es como que nos tardemos mucho tiempo.

Eso creo... Ah.

Astrid sintió que Hiccup había dicho eso en voz mucho más baja, como si pensará para sí mismo. No le tomó importancia y siguió leyendo; escuchó como algo se quejaba por lo bajo, vio a Stormfly, preocupada de que ella tuviera algo, sin embargo, la dragón seguía tan concentrada mirando al frente que no podía ser la dueña del sonido. Volvió a su lectura, el viento podía hacer diversos tipos de sonidos.

Le pareció escucharlo al poco rato, la rubia volvió a saltar de su asiento, intrigada. La isla del mercado estaba mucho más cerca que antes, así que no tardarían en llegar.

Otro sonido, esta vez más fuerte, seguido de un crujido casi imperceptible. Ella decidió preguntar.

— ¿Escuchas eso? — su voz sonó cautelosa para que Hiccup pudiera oírlo, a pesar de saber que el oído de él estaba mucho más desarrollado. — ¿Hiccup?

Duele, duele, duele... ¿¡Qué me...!?

— ¿Hiccup? — esta vez sonó preocupada, el dragón se veía desconcertado y al parecer él era la razón por la que oía esos sonidos.

DUELE, MI BRAZO.

— ¿Eh? Tu brazo no... — miro las alas y una estaba torciéndose para abajo. Luego le pareció ver un destello debajo de su cuello, justo donde estaba el dije con la luna verde que la anciana de Berk le había regalado; este brillaba con intensidad. Al parecer, esa cosa detectaba magia y brillaba bastante cuando era magia negra. Jadeo, aterrada. Su hechizo de protección no había servido de mucho... — Hiccup, Hiccup—lo llamó desesperadamente, dándose cuenta de que estaban descendiendo— Trata de llegar, solo son unos metros más, pero si nos aterrizas aquí, nos ahogaremos—advirtió, llenándose de miedo. Ambos seguramente iban a ahogarse, Astrid no hallaría la forma de llevar a Hiccup hasta la orilla. —Stormfly— llamo a su Nadder y esta volvió la cabeza, esperando una orden, sin embargo, su compañera no sabía exactamente que pedirle— Ayúdame, ah...— exclamó, sintiendo que la altura bajaba poco a poco— Resiste, Hiccup, déjame buscar algo...

La Bruja y el Dragón: En busca de la TryllestavDonde viven las historias. Descúbrelo ahora