Epílogo

98 10 18
                                    

Tres semanas después.

.


A lo lejos, se escuchaba el típico sonido de los Terribles Terrores cantando , sus voces chillonas le molestaban. Respiró hondo, sus pulmones aún estaban sanando, por lo que le escocían un poco, en realidad, todavía le dolía horrores el cuerpo, se quejó suavemente, mientras sentía una brisa de aire caliente pegándole en su cara. Escuchó como algo le olfateaba y luego emitía un par de gorjeos, como si intentara hablar.

Fue ahí cuando Hiccup pudo abrir los ojos, con esfuerzo. Primero, todo estaba borroso y se tabaleaba, pero cuando pudo enfocar la mirada se topo con la cara de un furia nocturna devolviéndole la mirada.

El dragón sacudió su cabeza, feliz de que su hermano hallase despertado, restregó su nariz contra sus mejillas, aún olfateándolo y con mimo, Hiccup sonrió.

—Hola, Toothless.—saludó con voz ronca. El dragón soltó mas sonidos, Hiccup pudo identificar algunos como "hey" y "hola" o "bien", mientras el dragón empujaba mas su cabeza, esperando que el vikingo se levantara.—También me alegra verte.— aseguró, alegre. Hiccup tomo el hocico del dragón frente a él y lo observó por unos segundos, mirándolo a los ojos.—Míranos, estamos separados. Sí que es raro verte finalmente de cerca, eres horrendo.—mustió el hombre, el dragón emitió otro sonido, como si le reclamara, a él también le parecía horrendo el aspecto de Hiccup — A papá le encantaría, ¿no es así?— a pesar de su felicidad, Hiccup se sentía mal al no entender ahora el lenguaje de su amigo tan bien como lo hacia antes, así como el espacio en su cabeza que se había quedado vacío.— Te voy a extrañar aquí dentro...

Hiccup juró que escuchó un "yo también" claramente. Suspiró antes de que el dragón siguiera con su tarea de mimarlo, se detuvo cuando colocó accidentalmente una de sus patas sobre su pecho, provocándole a Hiccup exclamar de dolor y cubrirse con ambos brazos, incorporándose. Echó un vistazo de donde se encontraba y se sorprendió de ver que estaba en su cuarto, el cual se encontraba inusualmente ordenado, los papeles con sus dibujos en una pila, el escritorio despejado... Se miró la ropa, estaba usando su vieja túnica verde y sentía que estaba usando pantalones.

—¿Cómo llegué a mi casa?— preguntó al aire, esperando que Toothless le respondiera, lo intentó, pero Hiccup solo logró entender un par de palabras. El entender dragonés se había ido también, genial.— Estamos en casa...—señaló al dragón y este asintió.— ¿Cómo es que estamos en mi casa?— volvió a preguntar, Toothless negó con la cabeza y revoloteo por todo el cuarto, tirando algunas cosas, Hiccup se quejó.— Alto, alto, no, no, no... Toothless, ya sé que casi no veías mi casa y que nunca has estado, ya sabes, con tu cuerpo pero...— vio como el dragón saltaba a una de las vigas del techo. Hiccup palideció.— ¡Toothless, baja de ahí, no sé si esa vieja viga vaya a aguantar...!— se intentó levantar, dándose cuenta subitamente del faltante.

Levantó la manta, aguantando la respiración, en el fondo, se lo esperaba, pero no pudo evitar soltar un jadeo cuando vio el espacio vacío donde se supone debían estar su pie izquierdo y la espinilla. Toothless bajó, cautelosamente, mientras Hiccup trataba de procesarlo, intentó mover los dedos de ambos pies, pero solo le respondieron los dedos de la derecha. Claro, si ya no estaban...

Toothless se volvió a acercar, exhibió su cola, revelando que a él también le faltaba algo: toda la ala izquierda de su cola había sido retirada. Hiccup le miró con tristeza en los ojos, para luego suspirar.

En el mueble a lado de su cama se encontraba una prótesis de pierna algo extraña. Con un nudo en la garganta, resignado, trató de colocársela; a pesar de todo, le gustaba el diseño, la parte que debía ser su espinilla y tobillo eran de madera, mientras que la parte de metal actuaba como su pie. Una vez estuvo fija a su muñón, colocó ambas piernas fuera de la cama, probando como se sentía.

La Bruja y el Dragón: En busca de la TryllestavDonde viven las historias. Descúbrelo ahora