Heksøyet

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¡Sigamos!

Disclaimer: Salvo por los ocs y la trama en sí, nada me pertenece, sino a Dreamworks y a Cressida Cowell

Las puertas de la bodega se abrieron violentamente, Batibat analizó la habitación con detenimiento, observó la cama de la bruja, había un bulto envuelto en las sábanas, pero no tenía ese movimiento característico de la respiración, además, su metrónomo se estaba parado.

Apartó las sábanas de un zarpazo, revelando un montón de almohadas y paja en su lugar, entrecerró los ojos, enfadada. No pudo irse muy lejos, el barco no era lo suficientemente grande como para esconderse e incluso escapar; intentó sorprenderla debajo de la cama, sin éxito.

— Deberías estar dormida ya, niña...— dijo al aire, esperando alguna reacción, pero la bodega estaba desierta.— No puedes estar fuera de la cama, muéstrate, ¿Dónde estás?

Aún nada, Batibat gruñó por lo bajo y caminó fuera de la habitación, trataría de buscar en cada parte del barco y en cada sueño, probablemente ella estaba tratando de despertar a sus amigos. Dio media vuelta y se fue.

Astrid contó hasta diez, solo entonces se permitió asomarse, escuchando cómo Batibat daba otro portazo, entrando en el camarote de Eret. Era ahora o nunca.

Se quitó las botas y únicamente con las mallas cubriendo sus pies corrió silenciosamente hacía la puerta, casi tropezando con Hiccup, quien se hallaba dormido en el suelo. Pensó en despertarlo, pero tal y como ella sabía, despertar a alguien del sueño de Batibat era imposible si te encontrabas fuera de la pesadilla; le abandonó, muy a su pesar y corrió hasta la cubierta, buscando a Snotlout con la mirada. Se preguntó si ya estaba despierto, lo confirmó cuando escuchó un ruido sobre la canasta.

—¡Pssst!— ella alzó la mirada, viendo los cuernos del pelinegro sobresaliendo de la madera.— ¡Astrid!— la llamó susurrando, para después señalar la canasta. Ella inmediatamente corrió hacía el mástil y subió lo más que pudo, escuchando otro portazo, debían darse prisa.

Cuando finalmente llegó, Snotlout la ayudo a subir a la canasta. Ella tembló, eso había estado cerca.

—¡Oh, estas viva! ¡Cielos, esto es en serio, ella de verdad es horrible!— exclamó Snotlout, todavía con la voz queda.— No para de mirar la canastilla a veces, y ahora que sabe que estas afuera... ¡Oh, no, ella subirá!

Astrid miró a su dragón, suspiró aliviada al verla, el reptil también se veía feliz de verla despierta.

—No hay que perder la calma, no creo que lo haga...— murmuró, escuchando como Batibat la llamaba.— Por lo menos hasta que se de cuenta de que no estoy abajo...

La altura del barco disminuía, indicando que los terribles terrores iban a tomarse un descanso dejando el barco en altamar. Snotlout estaba desesperado, ninguno de los dos sabía donde estaban, el mapa lo tenía Hiccup en la parte de abajo, Eret estaba dormido y aunque tuviesen el mapa, él no sabía si después podrían guiar el mapa hacía una isla.

Y si aun no derrotaban a Batibat, ¿cómo iban a dirigir el barco?

—Bien, entonces, ¿cuál es tu plan?— le preguntó Snotlout, Astrid palideció.

—No tengo uno...

—¡¿Qué!? ¡¿Cómo que no tienes uno?!— la voz de Snotlout trataba de mantenerse queda, pero era algo difícil tomando en cuenta lo asustado y desesperado que estaba.— ¡Tú y Hiccup siempre tienen un plan! ¿Cómo puedes decirme que no tienes un plan?

—Bueno, no es como que planeemos mucho.—admitió Astrid, malhumorada.—Vamos formando el plan conforme a la situación...

—¡¿DÓNDE ESTAS, BRUJA?!

La Bruja y el Dragón: En busca de la TryllestavDonde viven las historias. Descúbrelo ahora