Capítulo 2

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El chico oye el timbre de su departamento, apenas va poniéndose un pantalón y cierra los ojos con frustración. Acababa de salir del baño y al parecer su compañero de habitación habia llegado.

Zabdiel estaba en extremos feliz por saber quién sería su compañero, la felicidad era tan palpable en él.

—¡Ahí voy!—exclama el boricua al mismo tiempo que se coloca una camisa, no prende los botones y corre hacia la puerta. 

Cuando llega hasta ésta acomoda sus mechones rubios. Se había teñido el cabello hace un año atrás, su padre lo había regañado por ello. Zabdiel toma la manija de la puerta y la abre.

Se encuentra con una joven chica vestida con una falda negra que apenas cubría un poco de piel, una blusa rosa de tirantes que se apretaban a sus senos muy desarrollados, junto a unos tacones altos de color negro. Y una maleta gigantesca a su lado.

La chica mira a Zabdiel y sonríe pasando su mirada por el cuerpo del boricua, quien permanece parado con un toque de confusión en su sistema.

—¿Usted quien es, señorita?—pregunta Zabdiel tratando de ocultar cuanto le desagradaba la forma de vestir de la rubia frente a él.

—¿Por qué tanta formalidad, cariño?—pregunta ella relamiendo sus labios.

—Señorita, ¿La conozco?—pregunta Zabdiel.

—No, pero me encantaría conocerte, a fondo, cariño—dice ella.

Zabdiel junta sus cejas con confusión, sin saber quién carajos es la chica frente a él y un poco desorientado por la forma en la que acababa de llamarlo.

—¿Perdón?.

La chica frente a él resopla cansada.

—Ugh, soy Malexa—ella hace una mueca. —Me dijeron que esta sería mi habitación, ¿Acaso esto es un tipo de regalo de bienvenida? ¿Eres un stripper o algo? ¿Tendremos sexo?—pregunta con diversión.

Zabdiel ya andaba rezando un Rosario entero en su cabeza. Mientras que la chica frente a él simplemente lo observaba como si fuera a saltar a los labios de él.

—¿Stripper? ¿Sexo? ¡Dios tenga piedad de ti!—exclama Zabdiel. —Necesitas agua bendita—musita por último.

—¿Qué?. ¿No sabes lo que es una broma?—pregunto la chica arqueando las cejas, Zabdiel hace una mueca de desagrado.

—Eso no fue una broma, eso fue faltarte el respeto a ti, y a mi de paso. ¿Qué pasa contigo? ¿Estás poseída por Satanás?—Malexa hace una mueca para no reírse de lo que acaba de decir el chico frente a ella.

—Oh, sí, estoy poseída por Satanás, y si no te mueves de la puerta usaré mis poderes para que te desnudes frente a mi, chico guapo—dice la chica sonriendo.

—Si quieres entrar al departamento, te llevaré a la misa conmigo... Todos los días, estás maldita—Malexa ríe.

Zabdiel la mira como si tuviera al mismísimo diablo frente a él, y bueno, la mujer era eso, un diablo en el cuerpo de una chica bonita, con un andar tan inocente, pero una mente tan retorcida y pervertida que volvería a Zabdiel loco en menos de una semana.

—Lo siento, cielo, no soy creyente—dice la mujer, Zabdiel ríe.

Tan solo con decir eso, se había ganado una mala mirada de parte de el chico. Muy poco le había importado lo que hacía dicho antes, sin embargo, cuando alguien decía cosas como la que acababa de decir Malexa, todo se salía de control.

—Te diría que no entres, pero al parecer dios te envío aqui conmigo por algo. Así que supongo que es para demostrarte lo que es e—Zabdiel no termina de hablar debido a la repentina interrupción de ella.

—Please shut up—dice la mujer para pasar por el lado de él y entrar al departamento, Zabdiel suspira.

La chica observa todo el lugar con una sonrisa victoriosa, ya de entrada le cayó mal a su compañero de habitación, pero eso le importaba muy poco. Malexa nunca fue de las mujeres que se preocupaba por el "qué dirán".

Eso era lo que la definía como persona, a ella no le importaba quedar bien con otros, ella no fingía ser alguien que no es sólo para encajar con los demás. Ella era ella misma.

Esa era su identidad, eso la identificaba como persona.

—Tengo mucho trabajo que hacer—menciona el boricua cerrando los ojos con frustración.

¿El trabajo sería para Malexa o para Zabdiel? ¿El ángel será corrompido por el demonio? o ¿El demonio será transformado por el ángel?.

Malexa era un libro difícil de leer.

Zabdiel era un libro con menos de veinte hojas y con una vida muy aburrida.

Un poco de diversión no le hace mal a nadie.... ¿Verdad?.

—¡Soy Zabdiel!—menciona por último para cerrar la puerta.

***

¡Hola pequeñas! ¿Cómo se encuentran?🤍🌷

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¡Hola pequeñas! ¿Cómo se encuentran?🤍🌷

Capítulo corto porque ya más tarde se vendrán los largos🤍✨.

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