The end of the world | Jean Kirschtein

16: Antes del fin del mundo.

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Titanes en Rose: "Antes del fin del mundo."

Una fuerte molestia en el cuerpo logró que poco a poco abriera los ojos. Los orbes celestes cristalinos vieron la luz del sol luego de unas horas. Su garganta estaba seca y su cabeza estaba por explotar. El reluciente cielo repleto de nubes le hizo recordar lo sucedido. Se había puesto así en cuanto empezaron a pelear contra Reiner y Bertholdt. Había dejado que se llevaran a su hermano y eso la hacía sentir demasiado presionada. Tenia toda la información sobre ellos, al menos la necesaria, pero el costo fue que se llevaran a Eren. Su hermano era un testarudo y lo más probable es que pelearía antes que se lo llevaran. Eso no le preocupaba, el problema aquí es que había sido traicionado por personas que apreciaba mucho. Agregando que estaba casi inválida con los dolores que tenía y lo único válido que podía hacer ahora era entregar información a Erwin.

— Selene.— susurró una voz bastante afligida por lo sucedido. Sintió como su mano se paseaba por su mejilla y la acariciaba. Sonrió al ver a Connie mirándola a punto de llorar.— Eres una tonta, por un momento pensé que te había perdido. No lo soportaría.— la ayudó a sentarse y le entregó un poco de agua.— No puedo creer todo lo que esta pasando. Me alegra que estés bien pelo quemado. ¿Cómo te sientes?

— Siento como si me hubieran pisado cinco titanes, calvo. Me duele todo y lo peor es que esos malditos se llevaron a Eren.— tomó una de las manos de su amigo y la apretó.— ¿Tu como estas? No imagino lo terrible que te debes sentir por lo que paso en tu pueblo. En verdad lo siento.

— Ese titan dijo "bienvenido", juro que no estoy loco.— Selene estiró sus brazos para envolverlo en un abrazo. Connie escondió su cabeza entre el cuello y el hombro de la chica devolviendo el abrazo.

Así estuvieron durante unos minutos reconfortándose en los brazos del otro como siempre hacían. Connie y Selene habían conectado desde un primer instante conectaron. No de forma romántica, si no de forma de hermandad. Se querían como hermanos, al igual que pasaba con Sasha, no veían más que una amistad y hermandad. Se acompañaban a todos lados y se apoyaban en todo. Ninguno de los tres podría saber que hacer sin alguno. Y aunque Selene era la que más  razonaba, sabían en qué momentos acompañarse y en cuáles hacer broma. Se conocían de pues a cabeza. Connie fue el primero en separarse y sentarse a su lado.

— Cambiemos de tema, esto es deprimente. ¿Qué tienes con el cara de caballo? Están muy melosos.— le preguntó Connie alzando las cejas un par de veces.

— Creo que me gusta. No estoy muy segura porque nunca tuve este sentimiento. En cuanto lo vea se lo diré.— suspiró y abrazó sus piernas.— Aunque no se nada de él hace horas, eso me preocupa. Espero que este bien. No perderé el tiempo cuando lo vea, la situación no mejora y estoy segura que seguirá empeorando. Lo mejor de todo es no guardarme nada.

Giro la cabeza viendo a la cara a Connie quien la veía con los ojos llorosos. Río un poco y le golpeó el hombro, iba a empezar a burlarse de ella.

— Crecen tan rápido.— dijo mirando el cielo.— No te preocupes, Jean dice tu nombre mientras duerme. Así desde hace años. Es muy gracioso.

— Cállate Springer.

— Ni aunque me lo pidas, Jeager. Te molestare de por vida.

No pasó mucho tiempo en cuanto sintió a alguien abrazarla. Volteo un poco la cabeza observando como Mikasa lo hacía mientras la apretaba fuerte. Armin caminaba para donde estaban y Connie se limitó a levantarse, era un momento de amigos de la infancia. Selene le devolvió el abrazó y tiró a Armin en uno para que se les uniera a él abrazó. Mikasa estaba bastante afectada por el secuestro de Eren que le pedía perdón en el oído. Armin solo se sentía cómodo en los brazos de Selene. Un rato después estuvieron conversando con Hannes y los estuvo alentando. Y cuando menos lo esperaron llegaron el comandante Erwin junto con otros soldados.