07
La caída de Trost: "Bienvenida al infierno."
Al momento que todo su mundo se había derrumbado por segunda vez no sabía que más hacer. Su frente estaba apoyada en el frío cuerpo de su mejor amiga, y aunque más lo intentara ella ya no volvería a casa. ¿Qué se suponía que tendría que hacer ahora? Seguir peleando era lo que decía su cerebro, pero su corazón estaba demasiado roto como para seguir luchando. Quería quedarse al lado de ella, aferrarse a la idea de que Chloe despertaría y le dijera que todo estaba bien. Pero bien sabía que eso no pasaría.
A lo lejos podía sentir las fuertes pisadas, un titán se acercaba a ella. Podía elegir dos caminos, uno dejar ser su comida o dos luchar por sus sueños. Al principio no se movió para nada, no tenía las fuerzas suficientes para hacerlo. Pero después recordó las tantas veces que dijo que lucharía para la libertad de sus amigos y que la muerte de Chloe sería en vano. Además de que tenía que continuar y ayudar a sus compañeros de escuadrón. Así que sacó rápidamente el collar y el escudo de la chaqueta y se los guardo. Se levantó y enseguida algo choco su pie.
Sus ojos se abrieron con terror. Eso no podía estar pasando, se suponía que toda la situación estaba en sus manos. ¿Por qué había cambiado repentinamente? Ellos les estaban ganando a los titanes. ¿Por qué la cabeza de Eliot había chocado contra sus pues? Y no solo eso, su escuadrón estaba completamente muerto. Con los ojos totalmente apagados miro al titán anormal que había acabado con la vida de sus amigos. Lo haría sufrir por lo que había hecho.
Se impulso con el equipo tridimensional y corto sus piernas, luego dio una vuelta en el aire y despedazo sus brazos. Por último con un corte profundo en la nuca lo mató. Pero no podía parar, siguió cortándolo con frustración, porque ella estaba a cargo del escuadrón y los dejó morir. Se suponía que todos volverían con vida, que su estrategia los ayudaría a seguir adelante. La sangre del titán manchaba su uniforme y cara, aunque de mucho lo le importó, ya que lo siguió cortando.
Su respiración estaba agitada y su cuerpo acostado en uno de los techos. Debía continuar, ya habían dado la indicación para que volvieran. Tenia que volver para darle una muerte digna a sus compañeros. También debía regresar a ver a su hermano, necesitaba que la abrazara y le dijera que todo estaba bien. Que estarían a salvo. Así que se levantó y empezó a saltar por los techos, para gastar el menor gas posible. Y cuando vio a un grupo de sus compañeros, se impulso con el equipo tridimensional y calló de pie ante ellos.
— ¡Selene!— escuchó la vos de Connie quien se acercó a ella y puso sus manos en sus hombros.— ¿Qué te pasó? ¿Por qué estás llena de sangre?
Todos los ojos de sus compañeros estaban en ella. La mayoría asombrados. Jean uno de ellos, rápidamente notó como sus ojos los cuales siempre brillaban, estaban completamente apagados. Annie por su lado estaba bastante preocupada, sabía que ella viviría el infierno otra vez, pero aún así no estaba lista para verla de esa forma. No pensó que se apagara tan rápido. Y Armin empezó a llorar más fuerte cuando la hermana de su amigo estaba en el mismo lugar que el. ¿Cómo le diría que su hermano murió salvandolo? Selene suspiró cerrando los ojos y se puso el puño en su corazón.
— Los integrantes del escuadrón número diez de reclutas de la tropa 104: Ara Oshima, Eliot Sugawara, Jasper Granger, Zack y Kou Martín, y...— una lágrima cayó por uno de sus ojos.— Chloe Jones murieron en batalla luchando hasta el final y entregando su corazón a la humanidad.
En eso del bolsillo de su chaqueta sacó el collar de Chloe y camino hasta Marco. El chico sonriente de pecas estaba llorando desconsoladamente, mientras apretaba su camisa con su mano derecha. Al acercarse tomó su mano izquierda y dejó el collar de la difunta rubia en el.
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The end of the world | Jean Kirschtein
Fiksi PenggemarJean Kirschtein X OC fem! En un mundo en donde atrás de los muros se siente como el fin del mundo y por dentro como una jaula esperando ser abierta para que los titanes te coman. En donde gran parte de la humanidad prefería quedarse encerrados en es...