Epílogo.

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My dear end of the world...

En estos días siempre recuerdo nuestra infancia, no cualquier momento, si no desde que Mikasa llegó a nuestras vidas. Éramos muy felices, estábamos llenos de sueños y esperanzas. Amábamos pasar momentos con mamá y molestar a nuestro padre. Siempre los recuerdo con una sonrisa, aunque al principio me daban ganas de llorar y no quería recordar.

Desde que te fuiste nada sigue siendo igual. Conseguiste lo que querías, ahora yo y tus amigos tenemos libertad. Tu sacrificio no fue en vano. Aunque hubiese preferido que fueras egoísta y te hubieses ido con Mikasa, quizás así tus últimos días habrían sido felices. Pero lo hecho, hecho esta, y no hay manera de retroceder en el tiempo.


Selene estaba sentada en el pasto mientras dibujaba con una sonrisa la pequeña mariposa que se posaba sobre su cuaderno. Tenía una bella combinación entre naranja y marrón, era preciosa.


Todos te extrañamos. Pero tratamos de seguir adelante para no decepcionarte. Seguimos luchando y disfrutando de esta libertad que tu nos diste. De vez en cuando nos vemos, nuestros caminos se separaron y cada uno fue a cumplir sus sueños. Armin viaja por el mundo junto a Annie. Mikasa va muy seguido a visitarte a su lugar. El capitán Levi es como una a garrapata conmigo y me visita todos los días. Gabi y Falco se convirtieron en unos adolescentes.

Si te preguntas sobre mi relación con Jean, todo va de maravillas. Nos fuimos a una casa en medio de la nada, como prometimos la última vez. El trabaja en la policía militar y tiene una esposa tanto como el quería de adolescente. Yo en cambio, escribo y hago pinturas. Por lo tanto trabajo en casa. No te preocupes no me siento sola.

De vez en cuando Connie nos visita y nos ponemos a bromear por el campo, incluso vamos a molestar al capitán Levi. Hablando de bromear, estoy escribiendo un libro titulado "los magníficos", para recordar a Sasha y nuestras aventuras, quizás pase en generación a generación y nadie se olvide de este gran grupo.


Sintió como alguien se acercaba a ella. Miró hacia arriba, encontrándose a Jean quién le sonreía. Ambos se miraron por un rato, hasta que Jean quedó magnífico con el dibujo de Selene.

— ¿Dibujo aleatorio?— preguntó divertido.

— Es una mariposa especial, me hace acordar a Chloe.— contestó Selene tomando la mano que le ofrecía Jean.

— Pues esta precioso.— dejo un pequeño beso en su frente y empezaron a caminar de la mano hasta su casa.— Lamento interrumpir tu momento de inspiración, pero la cena esta lista.

— ¡Que bueno! Muero de hambre.— Jean rió por su comportamiento, paso su brazo por el hombro de Selene y dejó otro beso en su cabeza sin poder evitarlo.


Tampoco pienses que todo se trata de ti. También extraño a Zeke. Era un idiota, pero me hubiese gustado que de grandes nos juntemos y hablemos de los viejos que estamos. De como el tiempo cambió al mundo y ahora somos unos anticuados. En mi mente sonaba algo divertido.

No todo fue color de rosas como te lo estoy contando ahora. Me costó un año no tener pesadillas contigo al dormir. ¿Tan mal hermano sos para no dejarme algún sueño bonito? Jean me ayudo en esos momentos, en la madrugada nos poníamos en el sillón y el me hablaba hasta que quedaba dormida sobre el. Tendrías que agradecerle al cara de caballo por ser buen esposo.


Antes de entrar a la casa, Selene sintió una brisa abrazándola. Miró hacia todos lados e incluso se detuvo. Jean la miró extrañado. Parecía que sus ojos brillaban e incluso que un aire de nostalgia los cubría a ambos.

— ¿Paso algo?— le preguntó.

— No, nada. Solo que...— no se animaba a decirlo, sabía que la trataría de loca. Fue como si Eren la hubiera abrazado. No importaba cuánto tiempo pasará, ella siempre recordaría los reconfortantes abrazos de su hermano.— Me hace feliz tener esta calma en nuestras vidas.

— A mi también. Al final si regresaste a mi.— dijo con aires de grandeza.

— Cállate, tu fuiste el que me rogó que lo hiciera.

— Y de igual forma lo hiciste, cariño.

— Idiota.

Jean agarró su cintura y unieron sus labios en un beso. Un beso largo y cargado de felicidad. En ese hermoso atardecer ambos seguían juntos, disfrutando de su vida soñada.


Cuando la brisa me envuelve, me gusta imaginar que tu me abrazas. Como cuando siento que alguien me pega en el cachete, es Zeke molestándome.

Ahora que ya han pasado más de cinco años desde que te fuiste comprendí una cosa. Todo este tiempo tu fuiste mi fin del mundo. Y es por eso que yo tuve que acabar contigo para ser feliz. Me arrastraste a un hueco sin fin, sin embargo ya si encontré la forma de salir. Y espero que tu también lo hayas logrado.

Por eso esto es para ti. Para el niño que buscaba la libertad. Gracias por darme esta libertad que parece un cuento de adas. Hasta el final de mi vida te seguiré recordando y dentro de dos mil años, espero que nos volvamos encontrar. Mi querido hermanito.

Te ama mucho, Selene Jeager.

Fin.

The end of the world | Jean KirschteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora