37: Para ti dentro de dos mil años.

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Marley: "Para ti dentro de dos mil años."










"Hace tiempo ya dejaste de ser tu. Tus ojos ya no brillan y parece que todas tus ganas de alcanzar tus sueños se han desvanecido. Ya no te siento como el verano como cuando teníamos nueve. Tampoco como la primavera a nuestros quince años. Mucho menos al otoño que te convertiste después de descubrir los secretos detrás de la muralla. Ahora eres el invierno, tan frío y solitario, como el se siente. Hace tiempo que ya no te reconozco, pero me sigo insistiendo a mi misma que tu nunca has cambiado y yo lo hice. Pero se que esa no es la realidad, cada vez que estoy a tu lado suena como una despedida. Incluso noto como me evitas. Estas cayendo a un vacío del cual piensas que estás solo, pero me arrastras a el.

Después de conseguir esa libertad que tanto anhelábamos, cambiaste. Y esos tiempos no quise ver la realidad. Ese fue mi peor error. Porque nos arrastre a ambos al sufrimiento eterno. Ahora te miro y no te reconozco, descuidado y agresivo con los demás. ¿Por qué te haces a ti mismo eso? ¿Por qué me haces esto? Son preguntas que probablemente nunca me respondas. Porque el tiempo no se puede detener y las personas morimos en el. Se cual es tu final y como todo se va a desmoronar. Las rosas blancas dejarán de crecer y me ahogare en ese mar marchitado. Los días cálidos se volverán como una tormenta sin fin y tu no estarás para abrazarme en ella.

Dicen que todo tiene fin, pero hace mucho siento que yo le pongo fin a todo. Es como si yo estaría eligiendo el de las personas. Así como elegiré el tuyo. Y en un futuro lo único que me quede de ti son mis dibujos en los que tu estás, porque desaparecerás de la faz de la tierra y en unos años los únicos que te recordaremos somos tus amigos. Este tiempo me sirvió para reflexionar de muchas cosas, incluso Zeke me ayudó en ello. La palabra que tanto trataba de buscarle su significado, tu me ayudaste a encontrarla en estos tiempo de tormenta. Tu eres el significado de mi mayor enigma. Y es por esa razón que lo eres todo para mí, aquí y en dos mil años te volveré a encontrar.

Mi querido, Eren Jeager."





El viento golpeó su rostro y su pequeño gorro se salió de su cabeza. Sus manos estaban agarradas de la baranda de aquel barco mientras su cuerpo se tiraba para atrás. Una gran sonrisa se colocó en su rostro, era un momento demasiado relajante. Sin problemas, yendo a conocer la población "enemiga". Sintió unas manos pasar por su cintura, no pudo evitar soltar una pequeña risa. Jean apoyo su cabeza en su hombro. Disfrutando del momento. Ambos, juntos, con el relajante viaje. Jean sonrió al escuchar la risa de Selene y la observo en silencio, admirando todo de ella. Hacia días no la veía tan feliz como ahora, parecía que todas sus frustraciones se habían esfumado y ahora simplemente disfrutaba el momento. Sus ojos brillaban nuevamente, cualquier signo de cansancio ya no estaba, era como retroceder en el tiempo.

Selene se dio la vuelta y lo abrazó escondiendo su cabeza en el pecho de su esposo. Aunque no duró mucho porque Jean la tomó del rostro y unió sus labios. Los brazos de Selene fueron a parar a los hombros de Jean y las manos de el a su cintura. Era lento y largo. Como a Jean le gustaban. Cuando a ambos se les acabó el aire, separaron sus labios, pero sus ojos seguían mirándose. Las manos de el acariciaron su cintura y empezó a mover sus dos cuerpo, como si ambos estuvieran bailando.

— Hoy será un gran día, estoy segura de eso.— dijo Selene.— Estoy muy emocionada. Solo puedo pensar en las cosas nuevas que descubriremos en estos días. De seguro la comandante Hange están tan emocionada como yo. Y quizás Sasha pruebe mucho manjares nuevos.

Jean la observo y escucho cada cosa que decía. Selene lo tenía loco y en esos momentos solo hacía que perdiera la cordura. El asintió con la cabeza y dejó un pequeño beso en su frente.

The end of the world | Jean KirschteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora