25: El comienzo del fin del mundo.

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Retorno a Shiganshina: "El comienzo del fin del mundo."






— Mami, ¿Cuando sea grande me tengo que casar? ¿Es obligatorio?— preguntó acostada en su cama mientras miraba a su madre. Carla dejó de doblar la ropa y la miro con una sonrisa.

— No es necesario que te cases, solo si en verdad amas a esa persona hazlo. Tu cumple tus sueños.— le contesto Carla en un tono dulce.

— ¿Y si ese sueño es lejos de casa?

— Entonces te esperaré siempre aquí, todos nuestros recuerdos permanecerán en este lugar hasta el fin de los tiempos. Y estaré esperándote entre ellos.




— Sele, ¿estás bien? ¿Estas herida?— Jean la tomaba de los hombros y la miraba a los ojos.

Selene volvió a mirar todo a su alrededor, gran parte de Shiganshina estaba en cenizas. Desde lo lejos podía observar al titan colosal. El escuadrón de Hange, no aparecía. Y lo más probable era que murieron con la transformación de Bertholdt. Quizás Hange también lo hizo con ellos. Le asintió a Jean con la cabeza, tenía que olvidarse de eso. Analizo al chico con la mirada, tratando de encontrar alguna herida. Al no encontrar nada, se iba a centrar en la misión. Tenían que acabar con ambos traidores y recuperar el muro. Eso era lo único que importaba en esos momentos. Le sonrió a Jean de forma pequeña y tomó a Armin por los hombros, haciendo que sus miradas se conectaran.

— Armin, se que es algo tonto. ¿Pero tienes algún plan? Si seguimos esperando, Bertholdt nos matará a todos y destruirá todo a su paso.— le dijo Selene.— En este momento no estoy pensando con claridad, no podré ayudarte. Lo siento.

— ¿Qué hacemos, Armin? ¿Esperar que lluevan casas ardiendo?— preguntó Jean.

— Armin, tu eres el que está al mando.— le dijo Mikasa.

— Retiremonos. Reunámonos con el comandante.— se decidió Armin. Pero su cara no decía nada más que estar aterrado. Selene podía comprenderlo, estaban en el mismísimo infierno en ese momento. Y debía tomar una decisión, en la cual podrían morir.— Desgastaremos al titan colosal, tal y como lo habíamos planeado.

— Espera Armin.— lo detuvo Jean.— No deberíamos acercar a Bertholdt al comandante. Si quema los edificios interiores, los demás no tendrán escapatoria por ningún lado.

— Entonces... ¿tendremos que derrotar a Bertholdt aquí? ¿Solo los que estamos aquí?

— Así parece, Armin. Si no derrotamos nosotros a Bertholdt, nadie regresará a casa.— tras esas palabras de Selene, una casa muy cerca de donde estaban fue destruida por el titan colosal. Debían actuar de forma rápida.

— ¡Armin, el fuego se acerca! ¡Danos órdenes!— pidió Connie.

— ¡Date prisa!

Todo era un caos, na sabía la situación en la que estaban los demás soldados con el titan bestia. Y ellos estaban solos teniendo que enfrentarse a dos titanes cambiantes. Eran siete personas y se veía como algo imposible lograr vencerlos.

— Oigan, está lanzando casas.— dijo Connie.— Entre ellas la de Eren Jaeger.— Al terminar de decir esas palabras empezó a reír como loco.

— Sasha, dale un golpe a Connie.— le pidió Jean y la nombrada no tardo en hacerlo.

The end of the world | Jean KirschteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora