8༄Sospecha naciente

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ーProcura no romper mí suéter, por favorーCasi pronunció en un susurro.

Yibo se detuvo de forma casi instantánea después del pedido silencioso del pelinegro sobre no rasgar su ropa.
Se detuvo a pensar en la posible mejor opción.

Tras un sonido de afirmación se acercó a la espalda del pelinegro y analizó cuántas prendas tenía puestas.

Solamente una camiseta de algodón blanca y su suéter celeste pastel.
Yibo rogó a todos los cielos que ambas prendas fueran lo suficientemente fuertes como para no rasgarse en todo el trayecto.

Con las dudas invadiendo su sistema Yibo utilizó su hocico para jalar la extensión de las prendas de Xiao Zhan, esto no debía ser un alivió pero en cierta parte lo fue, pues descubrió con gran amargura la figura anormalmente delgada de Xiao Zhan.
Ignorando la fea sensación finalmente aprisionó las ropas entre sus dientes y levantó al humano con una facilidad que no debería ser posible.
Más amargura se acumuló en el pecho del león.
Un adolescente normal no debería pesar menos de 50 Kg, pero aquí estaba el, cargando a un joven de un peso aproximado de 40kg, Yibo apretó la mandíbula fuertemente en una acción de retener la cólera que lo embargaba.

~Crash~

A Yibo casi se le salen los ojos al escuchar el chillón sonido de tela siendo rasgada, rápidamente bajo las pupilas para notar el daño, baya iluso, el daño estaba entre sus dientes era obvio que no llegaría a observar nada, Yibo se sintió un poco reconfortado al percatarse que el pelinegro no había llegado a notar ningún sonido extraño.

Como si escapase rápidamente el León empezó su marcha procurando no balancear al humano en el aire.

Xiao Zhan mantuvo los ojos cerrados en todo el pequeño trayecto del pedestal hacia las puertas corredizas de la mansión.
Cuando sintió que el cuerpo de Yibo dejo de moverse abrió los ojos y descubrió con gran alivio que las puertas se encontraban a solo centímetros de el.

Con mucho cuidado el león bajó lentamente al humano y no lo soltó hasta que estuvo seguro que el humano estaba perfectamente parado delante de los dos pequeños escalones que separaba el patio de la mansión.

Con una sonrisa de agradecimiento (y alivio) Xiao Zhan se sostuvo de sus muletas y giró lentamente para despedirse del león.

ーGracias...

ーZhan-ge, tengo una pregunta, ¿Le contarás a tu Shijie sobre mí existencia?ーPreguntó el león.

Xiao Zhan congeló su sonrisa, no sabía que responder, tal vez Yibo se enojaría si alguien más se enteraba sobre su existencia, o tal vez era todo lo contrario.

Con un conflicto en mente se dispuso a observar detenidamente las expresiones del león para descifrar disgusto o esperanza en sus facciones, así podría dar una respuesta más adecuada.

Nada

Absolutamente, no se podía ver nada en el rostro del león.
¡¿Y ahora que?!

Xiao Zhan se mordió la mejilla y entre sus posibles respuestas eligió la más adecuada a su parecer.

ーLa verdad,... Es que lo dudo, probablemente Shijie no va a creerme, me preocupa que lo sobre piense y crea que me estoy volviendo verdaderamente loco.

ー¡Oh! Tienes razón, y de hecho por mí está perfectamente bien, ¡así podemos guardar este secreto entre nosotros! ¡¡Algo solo nuestro!!ーClaro que Yibo prefería mantener su existencia en secreto.

Fueron bastantes años de soledad, pero los primeros diez no fueron malos en realidad, pues el siempre se consideró un ser solitario que prefería la soledad en vez de la compañía.
Ademas, tenía muchos sabores amargos mesclados con sentimientos de tristeza y odio en demasía, por vivencias obtenidas poco antes de ser condenado a esa soledad y cárcel disfrazada de un hermoso león de piedra.
Claro que prefería estar solo.

༄ིRáscarme La Orejita༄  (YiZhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora