༄ིRáscarme La Orejita༄ (YiZhan)

14༄¡Sueter traicionero!

Las ganas de ver a Yibo podían más.

La propuesta dada por Sini era ciertamente... Terrorífica.
Ya bastante raro era el comportamiento de Sini aumentándole el hecho de que el primer día de su estadía en el "velero de cristal" lo instó a lanzarse por las escaleras, pero ahora le ofrecía cuidarlo en todo su trayecto por las escaleras.

Xiao Zhan decidió ignorar a Sini, este ya había prometido ayuda, así que el pelinegro no debía dudar.

Aún con renuencia Xiao Zhan se acercó lentamente hacia las gradas que conducían al primer piso de la mansión. No hubo necesidad de pensar mucho las cosas, empleando la misma estrategia que la primera vez Xiao Zhan dejó caer sus muletas por las escaleras, el sonido hueco que estas provocaron al chocar contra el suelo del primer piso ya no le brindaron un aumento de adrenalina.

Sini miró en silencio las acciones del joven humano, el vio que el humano no caería ni tropezaría, mas simplemente se mantuvo un paso detrás de el para probar que su palabra tenía valor.

El humado apoyó su espalda en la pared y levanto sus manos, descubrió que las mangas del suéter le tapaban las palmas de las manos, quizá hubiera sido mejor que se pusiese otro suéter.
Cómo las mangas de su suéter le tapaban las palmas, decidió arremangarlas hasta que dejaron a la vista sus codos.

Así serían menos estorbosas para realizar su tarea, las gradas de la mansión parecían haber sido lustradas por algún material resbaladizo una por una, su suéter sería un elemento muy resbaladizo sobre aquella superficie, mejor mantener alejadas sus mangas.

Tal como la primera vez se deslizó lentamente por la pared, no fue tan difícil como la primera vez, ahora que ya sabía exactamente que hacer bajó lentamente cada escalón esforzándose en pretender no escuchar los suaves pasos chocando contra la madera de los escalones a sus espaldas.

Xiao Zhan sabía que Sini no era un ser normal, ya que esté podía materializarse cuando quisiera y desvanecerse unos minutos después, no parecía ser un simple "fantasma" y en definitiva tampoco era un ser humano.
Al pasar los segundos en los que buscaba ideas lógicas sobre la identidad de Sini, un miedo se fue acumulando tras su garganta.

Como una ligera voz sus pensamientos se escabulleron por sus oídos.
Un ser muy peligroso se encontraba a sus espaldas, este ser humanoide había prometido protegerlo, pero este ser humanoide también intentó dañarlo.

Sus movimientos antes firmes y seguros empezaron a flaquear a mitad del camino antes de llegar a su destino.
Sintió una sensación fría arremolinarse alrededor de sus manos y muñecas.

El destino tal vez tiene algo en su contra (o mejor sería llamarlo distracción), ya que la manga de su suéter se deslizó por su huesudo brazo y terminó cubriéndole la palma de la mano unos segundos de que esta se apoyase en una esquina del escalón. La sensación de su mano al resbalarse provocó que el rostro de Xiao Zhan mostrará horror.

Pronto la comprensión llego a sus sentidos, este pequeño desliz no podría dejar a Xiao Zhan ileso, unas costillas rotas por lo menos le esperaban en el mejor de los casos, más una lágrima escapó de entre sus pestañas al recordar un posible colapso pulmonar, si se diera el caso, Xiao Zhan no están seguro de poder sobrevivir a este, su salud de por si era precaria, claramente no podría sobrevivir a este colapso pulmonar, no otra vez al menos.

Los segundos se hicieron más eternos al no escuchar sus huesos crujir, o sentir su cráneo sangrar, sus manos no chocaron contra una superficie dura e irregular, más bien cayeron sobre una superficie mullida.
Sus ojos no tardaron en abrirse para percibir que su vista chocaba con la textura de una tela suave de hilos finos, bajando la mirada descubrió unas rodillas rosadas un poco flexionadas.
No necesitó echar otra mirada para sentarse en el escalón de forma recta y mecánica.
Resultó ser que Xiao Zhan no contaba que en su trayecto de caer y chocar contra las gradas no fue permitido por el cuerpo de Sini, que hizo la función de un colchón mullido, sus pies tomaron la función de ancla para evitar que le cuerpo de Xiao Zhan resbalara de sus piernas.