LIE TO ME ☆ JIKOOK

CAPÍTULO 16 - 혼란

Eran mediados de diciembre y quedaban un par de días para que su hermano y su padre se marcharan a Busan de nuevo por Navidades, y la situación en casa estaba más delicada que de costumbre. El señor Park se comportaba como un caprichoso y no toleraba contestación alguna por parte de su hijo menor, mandando recados aquí y allí constantemente mientras él terminaba de preparar su equipaje y preparativos para las vacaciones.

Jimin cerró la puerta tras de sí furioso. ¿Acaso no podía ir su padre por sí mismo a casa de su molesto vecino a por sus cosas? ¿No se llevaban tan bien? No quería volver a ver a Jungkook. Se le había encontrado un par de veces en su propio hall en su casa o en la cena, pero trataba de evadirle a toda costa. Mucho más de lo que ya lo había hecho antes. La mirada oscura de su vecino le hacía daño. Y su padre no le dejaba otra opción más que plantarse en su casa.

Odiaba que para lo único que le hablase fuese para echarle reprimendas, darle lecciones de vida, o mandarle cualquier recado por su propio interés. A, y encima siempre se suponía que tenía que responder educada y amablemente. ¿Por qué? "Porque soy tu padre y lo digo yo". La voz de su padre resonó en su cabeza hasta que llegó a la puerta de enfrente de su apartamento arrastrando los pies pesadamente, lo último que le apetecía era verle la cara a Jungkook a esas horas de la noche. 

Respiró abrumado y trató de tranquilizarse para no explotar allí mismo. Haría como si nada, como persona madura que era. Solo se habían besado, nada más, no tenía por qué ponerse nervioso aunque la sola idea de imaginarse a su vecino en frente de él le causaba escalofríos.

Se dio una ligera torta en el moflete y se reprocho a él mismo. Lo único que debería estar preocupándole en esos instantes eran las semanas que le esperaban por delante. Él solo y su mente. Y en aquel momento calmar el enfado de su padre.

Golpeó suavemente la madera y esperó unos segundos hasta que alguien hizo sonar el desbloqueo de la llave. Un Jungkook sin camiseta, con un pantalón de chándal negro por encima de las rodillas, y con el pelo mojado y revuelto, le abrió la puerta sorprendido.

A Jimin le faltó el aire con aquella imagen mientras sus sensores comenzaban a percibir el olor a recién duchado de su vecino molesto. Molesto y jodidamente caliente.

"Jimin joder es un imbécil" se dijo a sí mismo justo antes de volverle a mirar a los ojos tras escanear su cuerpo entero, brillante, mojado y perfumado.

- Vaya, - Sonrió el más alto. - qué sorpresa tan grata. ¿Qué te trae por aquí? - Se colocó la toalla pequeña con la que se estaba secando el pelo justo por detrás del cuello.

- Mi padre me manda a recoger unas carpetas que se dejó aquí esta mañana cuando se reunió con tu padre. Tiene que llevársela en dos días... ¿Está por aquí?

- No... - Dijo Jungkook pensativo. - No sé dónde puede haberlas dejado. Pasa. 

Le invitó a entrar aunque Jimin permaneció en aquel marco sin dar ni un paso. 

- Vamos Jimin, - Río Jungkook cuando se dio cuenta de que no le seguía, mirando hacia atrás. - no muerdo.

Jimin pasó al apartamento de su vecino que únicamente había visto a través de sus ventanas. Aquellos edificios estaban diseñados de manera que podías tener visión de todos aquellos vecinos que no tapasen sus ventanales a través del patio interno que compartían. Jimin siempre que tenía la oportunidad observaba el de la familia Jeon porque raramente decidían que no pasasen plenamente los rayos de sol a través de los cristales.

Suponía que a Jeon le gustaba mantener en privado la cantidad de encuentros que tenía con sus conquistas cada semana. Esa imagen hizo que se le revolviesen las tripas a Jimin. ¿Por qué estaba pensando en algo así? ¿Y por qué le importaba? A esas alturas tendría que tener ya asimilado que Jungkook era el playboy por excelencia de la universidad, y las decenas de veces que se le había encontrado con alguna chica en el pasillo del edificio corroboraban lo que se decía por la calle.