LIE TO ME ☆ JIKOOK

CAPÍTULO 3 - 꿈

Sus ojos se abrieron cuando la luz ya resplandecía en todos los rincones de la habitación. Se frotó los ojos y se dio cuenta que se había quedado dormido sin haberse percatado. Se estiró en aquella enorme cama y dio unas vueltas para notar el frío del colchón contra su piel en contraste con el calor del verano y de aquella estancia.

Recogió sus maletas y comenzó a deshacer todo mientras ponía un poco de música en sus cascos inalámbricos para desconectar de la realidad. Visualizo la habitación desde la puerta al cerrarla para ver cómo convertía aquello en su nuevo refugio. Iba a pasar muchas horas allí, quería convertirlo en un sitio especial ahora que tenía la oportunidad.

Levantó la mirada desde el suelo para imaginarse por un momento como quería que fuese todo aquello. La cama al fondo izquierdo de la L, y detrás su baño privado que limitaba con el baño del vecino. Era la última parte de la habitación y le encantaba tener baño propio, su privacidad y espacio personal eran muy importantes en su vida puesto que pasaba mucho tiempo solo.

El escritorio chocaba con la ventana interior que daba al patio y al lado contrario se extendían unos sillones desde donde se podía ver la ciudad; acompañados de una mesa baja y una alfombra de pelo negro que hacía juego con su cuarto. Era muy él, estaba contento de no tener que hacer muchos cambios.

Aún así sacó en cuanto pudo todas las cajas que había en un armario que habían venido de Busan semanas antes para empezar a desempaquetar todo. De pronto cojines y muñecos cubrían su cama, un espejo grande estaba colocado justo al lado de la puerta para poder bailar ante él con el gran espacio que tenía detrás, un montón de cuadros de fotos de cuando era pequeño y feliz se fueron posicionando en los muebles, mesas, escritorio, cómodas y estanterías. No había muchas estanterías porque las paredes eran venatanales del suelo al techo, pero un par se salvaron donde además colocó algunos premios que había ganado durante su niñez y adolescencia. Era de lo único que se sentía orgulloso.

Rediseñó toda la habitación moviendo de aquí para allá los muebles y las cosas a su gusto y cuando estuvo satisfecho se tiró en la cama de nuevo. Eran las 3pm y ni siquiera se había dado cuenta. Tomó una ducha y bajó al piso principal contento con su trabajo, y en la cocina de alto diseño le esperaba su padre.

- Buen día padre. - Hizo una pequeña reverencia.

- Buenas tardes ya, vaya. - Dijo serio como siempre. - ¿Ha sido de tu gusto la habitación?

El hijo asintió efusivamente y después se echó hacia atrás el pelo mojado esperando el informe matutino que su padre hacía siempre.

- Me alegro mucho pues. No puedo acompañarte hoy porque tengo que ir a unas reuniones y tampoco puedo asegurarte cuándo volveré. Tienes comida en la nevera, servicio de habitaciones si lo ves estrictamente necesario también, aunque creo que ya eres mayorcito para prepararte tus cosas. - Levantó la vista del periódico por primera vez para reprocharle con la mirada. - Tus llaves están en la entrada esperándote para que puedas entrar y salir libremente, si aún así las olvidas hay reconocimiento facial, aunque no funciona muy bien estos días. Tienes piscina y gimnasio en las plantas bajas y solárium en la azotea si gustas. Tengo que marcharme ya. - Informó levantándose sin apenas esperar respuesta de su hijo. - Ah, y si sales y quieres moverte tienes chófer también disponible. Luego te paso su contacto. Visita la ciudad cuanto quieras, Seúl es precioso Jimin, pero no te juntes con gente extraña, ya lo sabes.

Jimin asintió de nuevo tras la charla de su padre y le acompañó hasta la puerta para despedirle. Cerró tras él y corrió hacia el salón para conectar su teléfono a la música equipada en toda la planta. Le encantaba que sonase en cada rincón de aquel piso y estaba seguro de que esa vivienda tendría tal lujo. Cualquiera se habría sorprendido por la cantidad de comodidades y ventajas de aquel lugar pero Jimin estaba acostumbrado a todo aquello. Aunque esta vez se veía incluso más chic.