CAPÍTULO 12 - 감정

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Todos se juntaron para cenar y beber en uno de los departamentos de Félix, cuyo padre llevaba una de las empresas inmobiliarias más grandes de la capital, y quien tenía el lujo de poder hacer uso de ellos cuando no estaban ocupados.

Jimin se había negado durante toda la tarde a salir a pesar de la insistencia de su amigo. Le había llevado a comer a un restaurante italiano y al cine por la tarde para ponerle de buen humor. Realmente Hoseok sabía cómo jugar sus cartas y había planeado un día entero para que Jimin alejase de su mente todos los pensamientos que venían torturándole desde hacía días. Solo quería verle feliz, tal y como se merecía.

Al final consiguió llevarle de cabeza al lugar donde habían quedado todos haciéndole chantaje emocional con no darle el regalo sopresa que le había comprado a Kum y recordándole que los chicos le echaban mucho de menos.

Según el pelirrojo llegó al lujoso apartamento, todas las miradas se volvieron hacia él para comprobar que había convencido al rubio de unirse a la fiesta. Todos saltaron en vítores en cuanto vieron la cabellera del menor asomar por la puerta.

El corazón de Jimin se llenó de amor en unos pocos segundos cuando todos corrieron a abrazarle y a mimarle preocupados en exceso por su salud. Incluso Felix se estaba comportando excesivamente gay con él, según comentó Alexa. Jimin rió ante el comentario mientras entraban con algo de comida que se habían encargado de comprar.

La mesa estaba ya repleta de un montón de platos que lucían delicioso y varias botellas de diferentes alcoholes residían en la mesa lateral esperando a ser abiertas.

En pocos minutos el salón principal se convirtió en lo más parecido a una sala de fiestas. Solo que esta vez, no tenían que aparentar ninguna cortesía innecesaria ni formulas de educación a las que estaban acostumbrados cuatro de ellos.

Jimin no se arrepiente para nada de haber aceptado la propuesta al final, aunque hubiese sido a regañadientes. Estaba contento de poder estar con la gente que quería pasándolo bien y olvidándose de todo. Realmente necesitaba algo así que le trajese de nuevo a la realidad y que le recordase lo realmente importante que era divertirse con sus mejores amigos.

Los seis chicos lucían impresionantes. Se había puesto sus más llamativas y calientes galas, y bailaban al son de la música kpop que hicieron sonar por los altavoces al poco de empezar a comer. Se movían por alrededor de la mesa principal picando de cada exquisito plato mientras las botellas iban vaciándose.

Tequila, ron, whiskey y soju yacían cada vez más ligeras mientras los vasos se llenaban con el paso de las horas. No necesitaban ir a ningún club, les bastaba con tenerse a ellos mismos, la música, la comida, y los cientos de juegos que hacían que perdiesen la cabeza y siguieran bebiendo descontroladamente.

De todas formas, Alexa y Hoseok consiguieron convencer al resto para acercarse al menos por un par de horas a uno de los clubs menos concurridos cuando hubo llegado medianoche. Jimin solo aceptó porque pillaba cerca de su casa, pero no entendía por qué tenían que cambiar la diversión de lugar cuando a él le encantaba estar única y exclusivamente con sus amigos.

Los tres chicos y las tres chicas fueron recogidos por una de las limusinas de Alexa y llevados al club que habían elegido como destino. Sus dilatadas pupilas se cerraron en cuanto entraron al lugar y cientos de luces y sonidos llenaban la estancia.

Pasaron el resto de la noche divirtiéndose en uno de los apartados VIP a los que tenían acceso, como buenos millonarios que eran; y en vez de parar de beber, un barman les sirvió todo lo que amable e inconscientemente pedían.

Cuando el rubio llegó a su edificio no era capaz de pulsar un solo botón y acertar en su piso. Paró varias veces en las decenas de plantas bajo sus pies y encima se equivocó con el último número. Estaba enfadado con el ascensor. 

LIE TO ME ☆ JIKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora