CAPÍTULO 7 - 아버지

80 15 0
                                    

Los días siguientes Jimin comenzó a estresarse por la llegada de su padre y hermano, y de la universidad. Odiaba aquello, no poder controlar sus nervios ni mantener su mente fría cuando se trataba de enfrentarse a algo nuevo. Encima su vecino molesto no paraba de entrar en su casa para molestarle sin ninguna razón aparente.

No podía ser cierto que todos los baños de su apartamento - que deberían de ser alrededor de 10 al igual que en el suyo – siguieran todos estropeados. Pero aquel moreno, alto, imponente y prepotente, continuaba plantándose de vez en cuando en su primer piso para molestarle.

Jungkook no conocía el concepto de distancia personal, creía Jimin. Se empeñaba en estar demasiado cerca del mayor constantemente para hablarle e insinuársele de manera cantosa día sí y día también mientras Jimin continuaba ignorándolo. 

No aguantaba a los niños así. Se acostumbró a subirse a su piso, al que el intruso no se atrevía a acercarse, cada vez que escuchaba que estaba en su casa. A Kum tampoco le agradaban las visitas frecuentes del extraño que olía a desconocido, pero poco a poco se acostumbró a dejar de ladrarle.

Un día antes de que su padre regresase a Seúl, Jimin decidió invitar a Hobi y Félix para disfrutar del primer piso antes de que su padre se dedicase a usarlo para sus múltiples encuentros, reuniones y fiestas. Al menos así podrían usar el pedazo de pantalla del salón principal que ocupaba gran parte de la pared.

Habían comprado ramen, tobpokkie, bulgogi y soju para pasar la noche mientras hacían maratón de películas de Harry Potter. El plan perfecto. Hasta que apareció un joven con el que nadie contaba.

Estaban ya poniendo la mesa junto con los platos de comida cuando la puerta del apartamento se abrió dando paso a unos silbidos que indicaban la presencia de un un invitado.

Ambos tres jóvenes giraron sus rostros hacia la dirección de la puerta cuando un Jungkook en pantalones de chándal y camiseta blanca transparente irrumpió en el salón e instauró el silencio entre aquellas alegres voces.

Jimin se llevó los dedos al puente de la nariz frustrando, ¿tenía que aparecer Justo en aquel momento? Ya se había quejado a su padre y él le había dicho que no se le ocurriese ser descortés ni una vez más con Jungkook porque era uno más de la familia. Claro, teniendo en cuenta lo maravillosamente bien que se llevaba con los miembros de su familia, tenía todo el sentido del mundo que Jungkook perteneciera a ella.

- ¿Y ahora qué? ¿Aún no te han arreglado los baños? - Inquirió Jimin resoplando y acercándose a él.

- Que cojones.... - Dijeron a la vez los otros dos chicos con la boca abierta contemplando como Jeon Jungkook había entrado en aquella casa como si fuese la suya propia.

Jimin se giró desconcertado en dirección a sus dos amigos que estaban inclinados y petrificados en la misma posición de cuando dejaban los platos en la mesa.

- Vaya vaya, si hoy tenemos compañía Jiminssi. - Rió Jungkook mirando a los otros.

- Hyung. - Le dijo tan cortante y fríamente como siempre le hablaba.

- Qué mierdas hace aquí Jungkook. - Preguntó Hobi volviendo en sí y acercándose a Jimin por detrás.

- Cómo has entrado. - Apoyó Felix poniéndose a la defensiva como su hyung ambos a la espalda de Jimin.

- Parece que tienes guardaespaldas. - Dijo Jungkook elevando una ceja mientras Jimin no entendía nada. - Podrías habértelos buscado mejores, vaya. Una pena.

En la sala reinaba la confusión. Jungkook disimulaba muy bien pero en verdad estaba bastante sorprendido de ver a Hoseok y Félix allí, no tenía ni idea de que eran amigos de su vecino; aunque a decir verdad no sabía nada acerca de su vida. Y Jimin flipaba viendo como todos los allí presentes parecían conocerse y trataba de unir los puntos. Y los otros dos alucinaban tras ver como Jungkook había entrado en la casa tan panchamente.

LIE TO ME ☆ JIKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora