LIE TO ME ☆ JIKOOK

CAPÍTULO 22 - 완벽한

La cena pasó rápida y mucho menos intensa que los minutos anteriores. Ambos hablaban y reían como si no existiese nada más en el mundo que la persona que tenían enfrente, olvidándose de todos los problemas que día a día les atormentaban.

A Jimin se le cruzó el recuerdo de su padre una vez y no permitió que volviese a aparecer. No quería que le arruinara su nochevieja con Jungkook. Le quería lejos, lejos de su vida. Por más que fuese su familia, nunca se había comportado como tal.

Admiró la facilidad que Jungkook tenía de hacerle reír, mayor aún que la de hacerle enfadar, lo que era sorprendente. Engulleron la cena que el moreno había preparado bajo los múltiples cumplidos de Jimin, que ahora disfrutaba plenamente de aquellos platos. Mientras tanto el champán iba disminuyendo en sus copas, volviendo al rubio más dicharachero y a Jungkook más desvergonzado, si eso era posible.

Jugaron una partida de cartas al terminar, a pesar de que el ya contentillo Jungkook se empeñaba en encender la play. Pero el rubio se encargó de esconder los mandos en algún lugar donde no pudiese encontrarlos.

Ninguno de los dos se concentraba lo suficiente como para poder sumar 15 y hacer una triste escoba, así que acabaron rindiéndose y bailando al ritmo de los altavoces de la sala. Despreocupados, divertidos, achispados. Haciendo el tonto a cada rato, sobre todo por parte de Jungkook, quien se esforzaba en demasía por ponerse cuernos de reno y hacer reír al rubio. La manera en la que tapaba su carita cuando lo hacía era adorable.

Quedaba poco para que diese la medianoche, pero Jimin se encontraba cansado después de aquellos dos días tan largos y sobre todo intensos, y decidió decirle a Jungkook que se iría a dormir a su apartamento una vez la fiesta y el ánimo se hubieron apagado.

Jungkook le acompañó hasta la puerta, muy a su pesar. Quedaba tan solo media hora para medianoche pero la carita de cachorro de Jimin le había convencido.

- Porfaaa... - Suplicó haciendo un puchero y agarrándole de las manos. - Quédate conmigo, hyung.

- Jeon... - Rió el rubio. - Ya me quedé ayer a dormir contigo, te parecerá poco.

- Fue genial. - Jungkook se acercó meloso a su rostro. - Quédate otra noche más. Por lo menos un ratito. Quiero empezar mi año contigo. - Aquellas palabras se le escaparon sin darse cuenta por los labios como si fuesen lo más natural del mundo.

A Jimin le tembló el corazón también. Tragó saliva nervioso pensando que aquello se había convertido en un sentimiento demasiado grande como para poder negarlo cuando Jungkook volviese a ser el estúpido que era. 

Trató de alejar aquel pensamiento, a su subconsciente le encantaba joder los momentos bonitos. Pero aquel momento y aquel calor en su corazón se sentían demasiado agradables como para poder soportarlos, si se quedaba allí hasta medianoche entonces sabría que no habría vuelta atrás. Pero el brillo de los ojos de su vecino le atrapaba como el más oscuro de los agujeros negros.

Realmente podía esperar un rato más, pensó. Tampoco tenía a nadie esperando en casa, o ningún interés en marcharse. Probablemente era su miedo gritándole que se alejara del fuego que desprendía Jungkook.

Él realmente quería quedarse, aún cansado, por lo menos dormiría una noche más junto a su vecino.

- No sé... - Contestó Jimin apoyándose en la puerta y agarrándole de las manos. Lo miró con los ojos brillantes y las pupilas un poco dilatadas por el efecto del licor.

- Por favor hyung... - La voz de Jungkook sonaba dulzona mientras se acercaba a su oído para susurrarle. - Voy a portarme bien...

Jimin tembló cuando sintió aquel sonido grave en su oreja parecido a un gruñido, y después notó al moreno morder su lóbulo. Un Jungkook acaramelado le seguía susurrando cosas en bajito mientras dejaba húmedos besos por el contorno de su cuello, y su respiración pronto se aceleró.