CAPÍTULO 24 - 제발

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El rubio le detuvo con la mano según se puso en pie.

-         Voy yo. - Le sonrió dulcemente a pesar de que aquello le había molestado en exceso. Tampoco era como si tuviese motivos para enfadarse... ¿no?

-         Le voy a partir la nariz Jimin, es que es que no le aguanto le voy a-

-         Hobi. - En sus ojos solo había bondad. Al pelirrojo le seguía sorprendiendo que alguien tan roto pudiese ser tan piadoso. - Está bien. Creo que a estas alturas podemos tener una conversación sin gritarnos.

-         ¿Seguro? ¿Sabes que no tengo ningún problema en plantarme ahí y en recordarle la mierda de persona que es verdad?

-         Lo sé. - El rubio rió, aunque se le estaba empezando a formar un nudo en la garganta. - Gracias hyung.

Con el coraje que no tenía, o tal vez con el recuerdo de lo feliz que había sido con Jungkook durante todas las navidades, se acercó a la mesa de los innombrables. El silencio se hizo en cuanto se acercó y diez pares de miradas se posaron en él, expectantes, juzgándolo como siempre lo hacían. Pero a él solo le importaba la del chico que tenía sentado a la rubia en sus piernas.

-         ¿Qué se te ha perdido aquí? - Un estudiante que no conocía le habló con desdén.

-         Que mala onda tienes desde el primer día, Baek. - Seonghwa interrumpió amable para sonreír a Jimin y transmitirle confianza. El rubio lo agradeció. - ¿Podemos ayudarte en algo? - Aquel joven siempre se portaba amablemente con él.

-         En verdad quería hablar con Jungkook. - La voz del rubio sonó rota, no pudo evitarlo. Era demasiado tímido como para sonar seguro en aquella situación.

-         No puedo ayudarte con la tarea de estadística, Park. - La voz fingida del moreno se hizo presente. - No es mi problema si no eres capaz de seguir el ritmo de la clase.

La chica sentada encima de él se rió tontamente, acompañada por las del resto en la mesa. El rubio se sintió completamente traicionado aunque por fuera se estuviera manteniendo frío y quieto como al principio. Como si no le estuviesen afectando esas palabras después de que Jungkook se hubiese pasado varias tardes enteras echándole una mano con las matemáticas que tan mal se le daban. Sonriéndole y agarrándole de la mano mientras estudiaban juntos. Felicitándolo con besos cada vez que conseguía el resultado correcto.

Jungkook esperaba que eso le alentase a irse y que le dejase de torturar con aquella mirada brillante. Pero Jimin no dio no un paso ni hizo una mísera mueca. Tan solo pudo ver un ligero rayo de tristeza cruzar su mirada. Algo se estaba removiendo lentamente dentro de él y era justamente lo que quería detener. Aquel sentimiento que Jimin provocaba en él y que no podía controlar. Tragó con dificultad aquella angustia en su garganta

-         Parece que alguien tiene el día torcido, Jungkook. - Seonghwa volvió a intervenir. Se levantó de la mesa para colocarse al lado del rubio. Sus amigos le miraban sorprendidos. No solían defender a ninguno de los pringados que se les acercaban. - Yo te echo una mano si necesitas Park. - Le sonrió agradable. - Otros están demasiado ocupados. - Dedicó una mirada más que evidente a la rubia.

Le agarró del brazo con suavidad y lo alejó de allí bajo la mirada furiosa de Jungkook. Le estaba retando de manera clara, llevándose algo que era suyo.

Jimin ni siquiera había tenido la oportunidad de expresarse. Pero agradeció la intervención de el otro joven, él no era capaz de afrontar aquella presión social y menos con Jungkook mirándole de aquella manera tan indiferente. Las palabras no iban a haber salido por más que lo hubiese intentado después de lo que le había dicho. Cuando estuvieron alejados de la cafetería, el mayor le detuvo.

LIE TO ME ☆ JIKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora