Hora de decirlo todo (Darío)

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Después del "incidente" de ayer en la playa, no he podido quitármelo de la cabeza, por lo que esta mañana lo primero que he hecho al ver que me he levantado empalmado y pensando en ella, ha sido hacerme una paja en la ducha.

Bueno, no solo pensando en ella, sino que al despertar mi vista era su culo saliéndose por debajo del pantalón corto, mirando hacia mí. Sé que me oye en la ducha, así que no me corto cuando jadeo. Pienso en ella, en cuando follamos en la ducha la última vez, en sus pechos bronceados y los pezones duros que vi cuando me giré en el agua para salir. En su figura cuando toma el sol en la hamaca sabiendo que se ve espectacular. En el vestido que llevaba la noche que se derrumbó todo.

Me corro pensando en la primera vez que le vi los pechos en la ducha de la camper. Como llegamos tan lejos sin hacer mucho y la energía que nos rodea cuando estamos eufóricos. Me dejo car contra la pared, de espaldas y apoyo la cabeza, limpiándome la mano. Dejo correr el agua y me enjabono rápido.

Salgo de la ducha y veo la puerta abierta, tal y como la dejé, para que me escuche y sepa que sigo viéndola igual que antes. Aunque no me voy a engañar, mi fantasía es que lo mande todo a la mierda y aparezca en la ducha de repente, con ganas de follar como si no hubiese pasado nada en estos días.

Me ato la toalla a la cintura y Alejandra entra seguidamente en el baño, con su neceser y su jabón para lavarse la cara. Entra con la cabeza gacha, como si le diese vergüenza mirarme. Me quito la toalla y empiezo a secarme como si no estuviese ahí. Me mira de reojo en el espejo.

—Darío, si quieres que me salga, dímelo. Pensaba que te secarías en el dormitorio.

—A mí no me molesta —Me encojo de hombros, secándome el pecho—. ¿Y a ti?

Me seco el pelo con la toalla, haciéndole creer que no le veo, pero entre los movimientos de la toalla puedo ver como me mira ahí desde el espejo. Carraspeo y se sobresalta, abriendo el grifo rápidamente para lavarse la cara. Noto que se me vuelve a empalmar. Después de ayer, ya me da igual.

Tiro la toalla a una cesta debajo de la pila donde se va a lavar la cara y me acerco a ella completamente desnudo. Le aparto el pelo y ella me mira cauta en el espejo. Me acerco a su oreja y susurro.

—No acabo de terminar y ya me tienes otra vez así —Me pego a su costado, asegurándome de que siente mi erección. Como sé que no va a responder, poso un beso lento en su mejilla—. Buenos días, reina.

Salgo satisfecho del baño, oyéndole como el agua corre sin ser molestada durante unos momentos. Sonrío, tengo todas las fuerzas posibles para poder ganarme su confianza de nuevo. Finalmente oigo como se lava la cara. Me visto en el dormitorio y me pongo en un bañador corto negro con rayas blancas en vertical.

Alejandra no me mira cuando sale del baño, parece tímida. Me salgo a la terraza a la espera de que se cambie y yo pueda saber qué vamos a hacer. Si es que quiere hacer algo conmigo.

—Podemos ir a las camas balinesas de la playa del hotel —Aparece a mi lado, con un bikini que le rodean las tiras el torso, cruzándose entre ellas. Sonrío.

—Como quieras, tú mandas —Me encojo de hombros.


Me levanto de la hamaca y le sigo hasta el dormitorio. ¿Cómo respondería si me atreviese de nuevo a acercarme a ella? No quiero atosigarle, quiero probarle. Está de espaldas a mí y no paro de mirarle el trasero, se agacha a por el vestido que se le ha caído y me posiciono detrás de ella. Una vez que se levanta paso mis brazos por su cintura y la rodeo. Ella lleva sus manos a mis brazos.

—¿Qué pasa? —Pregunta confundida. O más bien tapando un '¿qué coño haces?'.

—Simplemente te recuerdo que estoy loco por ti, si no te molesta.

Catfish [+18] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora