15. No intervenir.

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Quizás el consejo que viene a continuación es una idiotez... si consideramos que si viajas al pasado, ya estás interviniendo con las vidas de todos.

Yo ya sabía que Draco se casaría con alguna mujer de apellido Avery, pero lo había olvidado. Por eso, cuando él me preguntó si debía invitar a Alice Fawley a una cita, yo lo animé.

Yo no sabía que estaba cambiando la futura vida de Draco con esto. No era consciente de la magnitud de mis acciones. Era imbécil, y tonta, y estúpida, y hormonal, y muchas cosas más.

Así que aquí venimos con el próximo consejo:

NO INTERVENIR EN LA VIDA DE PERSONAS DEL PASADO.

Yo no sabía muchos detalles sobre cómo era la vida de Draco casado con una Avery. No sé si lo que cambié fue para bien o para mal— espero que para bien —, pero estuvo mal que lo cambiara. Aquí les recuerdo que el tiempo es algo frágil con lo que no se debe jugar— ya sé, deben estar cansados de que se los recuerde, pero les hablo desde la experiencia —.

Ahora pasamos a la narración de ese día; estábamos en la sala común de Slytherin, y Draco estaba algo inseguro sobre si Alice aceptaría tener una cita con él.

— ¿Y si dice que no?—me preguntó, luciendo nervioso. Jamás lo había visto así, a ver, tampoco es que lo conociera de mucho tiempo, pero Draco jamás había demostrado nerviosismo.

—Le robamos otro de sus vestidos. —respondí con calma.

Aquel vestido que él le había robado aún lo tenía en mi clóset. En mi defensa, era bastante bonito y me gustaba bastante.

Él respiró profundamente y asintió.

—Bien—entonces suspiró—. ¿Y qué le digo?

— ¿«Hola, guapa, sal conmigo»?—sugerí dudosa.

—Me gusta—él comenzó a caminar hacia Alice, que estaba ocupado haciendo su tarea en una de las mesas de nuestra sala común—. Espera—se detuvo y me miró—. ¿Y si hacemos algo mejor?

— ¿Cómo qué?—pregunté de inmediato, mirando a Alice, que seguía con su tarea. Draco pudo haberla invitado a salir en ese preciso momento, pero a «Don planes» se le había ocurrido algo.

—Escucha. —me tomó de la mano y me jaló escaleras arriba hacia su habitación, mientras susurraba cosas para sí mismo.

★★★

Habíamos hecho una estupidez. Draco y yo... No, esperen, durante mis clases privadas de ortografía y gramática uno de mis profesores había dicho algo de «El burro va de último»... así que yo y Draco habíamos pintado un mensaje en una de las paredes del castillo. Un mensaje para Alice.

Y claro, nada podía salirnos del todo bien.

Habíamos pintado el mensaje y nos habíamos asegurado de que la letra fuera completamente legible, todo bien hasta ese momento. Todo fue mal cuando escuchamos a la maldita gata de Filch maullar cuando Draco estaba agregando algo. Salimos corriendo, claramente.

Eso estábamos haciendo en ese momento.

Draco miraba hacia atrás a cada momento, temiendo ser atrapado.

— ¿Por qué hicimos esto en la madrugada?—pregunté en voz baja, con la respiración agitada.

— ¿Para que no nos cacharan?—sugirió, también tenía la respiración agitada—. No podíamos hacerlo a la luz del día.

No respondí. Estaba más concentrada en correr y no caerme... y también estaba más concentrada en no hacer demasiado ruido, aunque estaba segura de que jadeaba tan ruidosamente que se me escuchaba incluso a varios metros.

La guía del viajero en el tiempo, por Pansy ParkinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora