86. Pies en el suelo

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Al fin terminamos los cinco sentados en esa mesa, mirándonos las bolsitas de los bollitos. Fríos como témpanos, el pan y nosotros. No había expresión alguna en los rostros de los allí presentes. Mirábamos todos a la nada y pensábamos en todo a la vez. En algún momento alguno se atrevía a suspirar algo más fuerte. Me resigné a asumir mi papel en aquello. Tomé aire profundamente y busqué la mirada de Líomar para que me regalase algo de su valor y temple.

−Chicos, lo que ha pasado es una mierda. Pero no podemos dejar que esto nos hunda. Yo no estaba ahí, y no me puedo hacer una idea de lo duro y horrible que fue ver esa catástrofe con vuestros propios ojos, pero, debemos reponernos... Debemos hacer un esfuerzo −Yarel siguió con su mirada perdida.

−Fue culpa nuestra. Debimos terminar con Barack mucho antes. Debí matarle en esa plaza y no lo hice por miedo a que me acusasen de tirano. He matado a ocho niños con mis actos −Edward le cogió la mano.

−Barack lo hizo. Él entregó los bombones a esos niños. No fuimos nosotros.

−Nosotros le dimos el arma al asesino −replicó Yarel−.Tenemos culpa en eso. Si no hubiésemos actuado de ese modo, ellos seguirían vivos. Debí ahogarle... −Eathan apretó su puño, conteniendo su ira.

−Debimos acabar con él mucho antes de llegar a esto. Protegimos nuestros puestos de poder ¿Para qué? ¿Para matar a niños? ¿A inocentes? −Líomar carraspeó un par de veces.

−Vuestros puestos de poder protegen a Eralgia y a mucha, mucha gente que es buena y cree en vosotros. Tirar por la borda todo esto, es de necios. Hay que actuar con cautela. Os jode la situación, lo sé, pero voy a ser sincero aun que os vea retorceros de dolor −Eathan le miró de soslayo.

−Sostuve los cuerpos entre mis manos, no tienes ni puta idea de lo que se siente ¿Quieres verdades? Murieron entre mis manos ocho niños. Uno tras otro. Agonizando ¿Sabes que hice? Nada.

−Como Protectores debemos saber que la gente muere en las guerras, los civiles también.

−No estamos en la Academia, déjate de manuales. Son vidas de niños −Eathan ladró eso a su amigo. Por su parte Líomar mantenía sus ojos posados sobre él. Nos miró a los cuatro.

−Estos ocho niños han muerto y no podéis hacer nada. El remordimiento os matará a vosotros si seguís empeñados en cargar con la culpa de esto. Barack jugó sucio. Ese hijo de puta quería que os corrompiera el dolor, quería sembrar la discordia. Él es el culpable. Me da igual de quien fuera la caja de venenos. Todo el mundo podría tenerla en su poder, y nadie en su sano juicio haría tan atrocidad. Lo hizo para joderos a vosotros −Yarel ahogó un sollozo.

−Eran niños... −El Protector del Agua le cogió la mano a Yarel.

−Y Barack es el único culpable. Punto. Quédate con eso, y basta. No sigáis con las torturas. Eirel acabó con Barack, y no habrá ningún cambio en el país, porque ese cabrón no es el único que iba en contra nuestra; en contra de los brujos, demonios y demás razas. Ahora viene lo complicado de todo esto: Tenemos a Axel suelto ¿Quereis meteros a una pelea a puños contra el Concejo de Ancianos? ¿Contra la nobleza de Eralgia? −Edward se frotó el rostro, agotado.

−Sería un suicidio. Deberíamos dar primero con Axel y eliminarle, sino va a esperar el momento de más debilidad para atacarnos. Además, tenemos a Kayen encerrado todavía. Debemos esperar al juicio −Enarqué una ceja.

−O derrumbar el edificio entero del Concejo y enfrentarnos a los Servidores de la Ley −añadí. Eathan y yo nos miramos, él me apoyaría. Líomar me reprendió con una mirada.

−Una guerra civil es una atrocidad y no es justificada, en ningún caso. Si desatáis una guerra interna, ocho niños, no serán nada ¿Queréis ver a pares e hijos matándose unos a otros? ¿Quereis ver familias rotas? ¿Hermanos asesinados a sangre fría? −Negué repetidamente− Pues no lo parece. Hay que buscar la forma de hacerlo sin usar la fuerza. Y aun así, corremos el riesgo de que una parte de la sociedad se nos gire en contra, por lo que tendréis revueltas y peleas de igual modo −Me relajé sobre la silla.

ERALGIA IV, La CondenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora