— ¿Qué vamos a hacer hoy, Papi?
Vio de pie ante el fregadero a BaekHyun desnudo, lavando las tazas de café y el plato de su ensalada de frutas. El vapor de la corriente de agua caliente, se levantó, haciendo que su rostro se humedeciera.
— Papi, ¿vamos a comprar algunos víveres para que pueda cocinar para ti? Yo soy tu criado, ¿no? ¿Podemos conseguir algo de comida real? Estoy harto de las frutas y ordenar pollo asado y salmón ahumado. Quiero macarrones con queso. Quiero puré de papas. — Cuando no obtuvo respuesta, BaekHyun presionó el grifo, cortando el silbido del agua.
Se sentó en un taburete delante del mostrador de la cocina sólo en jeans, con el torso desnudo y descalzo, mirando a BaekHyun.
— Papi ¿por qué es esa tonta sonrisa?
Su sonrisa se amplió. Tan loco como le había parecido sólo hace unas semanas, le gustaba ser llamado Papi. En el pasado, su única responsabilidad con un sum era no dejar algún daño a largo plazo y asegurarse de que el niño pasara un buen momento, o por lo menos consiguiera lo que quería. Sin embargo, BaekHyun necesitaba mucho más: protección, orientación y afecto. Él no sabía si sentirse halagado por la confianza del niño o enojado con la responsabilidad, que nunca había previsto y pedido.
— Tú nunca te callas. Mírate allí, lavando los platos con tu culo desnudo. — Apoyó los codos sobre el mostrador, sacudiendo la cabeza, riendo.
— ¿Me veo estúpido? — BaekHyun miró a su pálido y delgado cuerpo, su pecho lampiño, y el vello fino del pubis alrededor de su pene. Era encantador, pero parecía no saber lo encantador que era, lo que lo hacía aún más atractivo. Odiaba los sum que pensaban que eran un regalo de Dios porque eran atractivos. — Voy a crecer grande como tú. Podría empezar a trabajar cuando me permitas dejar el departamento. — Él seguía viéndolo. — Papi, ¿me veo estúpido? — repitió BaekHyun.
Evitando sus ojos, agarró el repasador de la encimera, envolviéndolo alrededor de sus estrechas caderas, buscando unir las esquinas. Lo dejó caer y se agachó para agarrarlo, volviendo a intentar cubrirse.
— Deja eso, — ordenó. Había avergonzado al niño cuando no tenía la intención de hacerlo. — Ponlo en el mostrador, ¡ahora! — BaekHyun lo miró a los ojos cuando el color rosa se levantó de su esbelto cuello hacia las lisas mejillas. — ¡Ponlo donde estaba!
BaekHyun obedeció, tirando el repasador en el mostrador sin mirar. Aterrizó en la pileta, sumergiéndose en el agua caliente. Parpadeó rápidamente, estaba a punto de llorar, y él quería desesperadamente rescatar la situación, sin ser demasiado suave. Se enojó, sobre todo consigo mismo, pero también con BaekHyun por pensar que se estaba burlando de él. Las burlas juguetonas eran una cosa, pero la crueldad la reservaba para Kim. BaekHyun era un niño inexperto que sólo quería complacerlo. Era el tipo más fácil de sum para que un hombre abusase de él.
— Las manos detrás de tu espalda. — Habló con firmeza, manteniendo su tono neutral. — Levanta la barbilla, baja los ojos. Ajusta tus hombros. Vamos, tú sabes cómo ponerte de pie. Tienes una excelente postura. ¿Por qué estás decaído? Te ves avergonzado.
— Lo estoy. Te estabas riendo de mí, y me siento como un idiota. — La barbilla de BaekHyun comenzó a temblar.
— Mírame — dijo.
BaekHyun miró hacia él, luego alrededor de la cocina y después al suelo. Finalmente, incapaz de aplazarlo por más tiempo, se encontró con sus ojos.
— Corrige tu postura — le dijo con firmeza.
BaekHyun se paró como le indicó, con los hombros cuadrados, los pies ligeramente separados. Metió las manos en la espalda y bajó la mirada. Una lágrima corría por su mejilla. ChanYeol lo miraba, sintiéndose como un pedazo de mierda.
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[1] - CHANBAEK
FanfictionCAPÍTULOS: 22 ADVERTENCIA: Contenido+18, Abusos, BDSM, Lenguaje vulgar. LIBRO 1