Capítulo 25

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Avanzando, visitantes.

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Nota de autora: A medida que nos acercamos cada vez más a la conclusión de este fic (¿es demasiado pronto para pensar en ello? Yo creo que sí, pero he estado pensando en ello, de todos modos. De repente 7 capítulos parecen muy pocos), estoy empezando a pensar en por qué escribí esto en primer lugar y qué tan lejos he llegado desde el comienzo de este fic. Comenzó como un pequeño experimento, una especie de broma, incluso, y se convirtió en esta cosa gigante de más de 30k. Creo que he crecido, llorado y reído con esta historia y procesé mi carga de emociones generalmente no procesadas (UUE) a través de ella, y estoy tan jodidamente agradecida de que se quedaron con este fic a través de sus (y mis) altibajos; a través de mis actualizaciones a veces esporádicas; a través de mis tramas inestables. Este es el primer fic largo que he intentado terminar, y significa mucho para mí. Gracias por estar aquí conmigo, gracias por leer, y gracias a todos y cada uno de los amables comentarios que me han alegrado el día.

Dicho esto, no les haré perder más tiempo con tonterías emocionales, ¡disfruten el capítulo!

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Cuando Wangji finalmente salió a la sala de estar (después de un prolongado enfurruñamiento solo en el dormitorio), Jiang Cheng y Lan Xichen estaban sentados torpemente en el sofá, mirando con diferente preocupación a Wei Ying. Una tetera abandonada se encontraba en la mesa baja frente a ellos, las tazas de té ignoradas. Jiang Cheng parecía enojado, pero Wangji nuevamente tuvo la impresión de que siempre se veía un poco enojado.

—Estás despierto—espetó Jiang Cheng—a las cinco de la mañana, ¿y esperas que crea que estás bien?

—Te juro que estoy bi...—trató de decir Wei Ying antes de callarse sabiamente ante la mirada absolutamente asesina en el rostro de Jiang Cheng.

—Parecías molesto—agregó Xichen gentilmente—¿Quieres hablar acerca de ello?

El corazón de Wangji dio un pequeño vuelco. ¿Wei Ying se había molestado? ¿Por el?

Wei Ying atrapó su mirada desde el otro lado de la habitación, enviándole una mirada suplicante. Wangji obedientemente dio a conocer su presencia—Hermano, Jiang Cheng. ¿Qué los trae por aquí... tan temprano en la mañana?

—¡Correcto! ¡Exactamente! —Wei Ying cantó—. Ustedes también están anormalmente temprano, algo tiene que estar pasando.

Wangji frunció un poco el ceño. Eso era cierto. Si bien él y Xichen se despertaban todos los días a las cinco, normalmente sabían que debían hacer visitas a domicilio a horas más razonables.

—Jiang Cheng tiene algo que decir...

—Lan Xichen no podía dormir...

Jiang Cheng y Xichen dijeron al mismo tiempo. Se miraron el uno al otro en traición.

—Tuve una pesadilla y Jiang Cheng entró en pánico...

—Lan Xichen dijo que ayer fui demasiado duro...

Lo intentaron de nuevo, una vez más hablando el uno por el otro.

Un silencio desconcertante se cernió sobre ellos mientras todos contemplaban lo terrible de la comunicación necesaria.

—Tú primero—dijo finalmente Jiang Cheng con rigidez.

—Yo...—Xichen comenzó, luego se detuvo. Hizo un gesto vago en dirección a Wangji, con una leve incomodidad en su rostro.

Recuérdame porqué te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora