Capítulo 29

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La mañana siguiente.

~o0o~

Nota de autora:

Hola *se asoma desde detrás de una pared*

¿He vuelto? con un capítulo de ofrenda de paz *empujo a mi bebé hacia ti*

No es muy largo, ¡pero espero que lo disfruten de todos modos!

~o0o~

Wei Wuxian se despertó envuelto en calor, con la boca llena de algodón y los miembros agradablemente pesados. Alguien debía de haber corrido las cortinas mientras dormía, porque el sol le pinchaba los párpados, pintando de calor su piel.

Alguien lo estaba sacudiendo para despertarlo.

—Lan Zhannn—se quejó reflexivamente, acurrucándose más profundamente en el cálido edredón.

—Wei Ying, es hora de despertar—resopló Lan Zhan, suavemente divertido.

Wei Wuxian abrió un ojo a medias, un puchero se abrió camino en su rostro, y de repente todo volvió a él -Lan Zhan, el accidente, su amnesia, Lan Zhan debajo de él en la cama, boca abierta, ojos vidriosos, y tan, tan apretado a su alrededor- Lan Zhan pronunciando "Te amo, te amo, te amo" en su piel.

Sintió que el calor le subía a las mejillas y rápidamente cerró ambos ojos.

—Estoy soñando—insistió, sacudiendo la cabeza.

Lan Zhan le dio un beso en la frente—No es un sueño.

Los ojos de Wei Wuxian se abrieron instantáneamente. Lan Zhan estaba sobre él en su cama, completamente vestido con una suave camisa de algodón y pantalones de pijama de conejito. Lo estaba mirando, su expresión era suave. Una pequeña sonrisa tiró de la esquina de sus labios.

Era tan... lindo. Tan insoportablemente adorable.

Wei Wuxian dejó escapar un pequeño chillido totalmente indigno y se hundió en el edredón, metiendo la cabeza bajo las mantas.

—Lan Zhan, es demasiado pronto para esto—se quejó—. Deja de sonreírme así.

—No puedo—dijo Lan Zhan con total seriedad desde el otro lado del edredón. Tiró de las escasas defensas de Wei Wuxian de su flojo agarre, exponiéndolo sin piedad al aire fresco de la mañana... y a lo que era peor, un pequeño resoplido de risa.

—Wei Ying es mi esposo—dijo Lan Zhan, y todavía estaba sonriendo, oh no—. Wei Ying me ama. ¿Cómo... cómo podría dejar de sonreír?

Wei Wuxian miró a su esposo, con el corazón latiendo a dos tiempos en su pecho, con la mente en blanco. No había palabras para este momento, ninguna descripción elocuente para lo ridículamente hermoso que se veía Lan Zhan en ese momento, las orejas rojas brillantes de tímida alegría, las mejillas un poco sonrojadas, tan serio haciendo declaraciones tan audaces.

Wei Wuxian se sintió deshecho.

—Lo hago—se las arregló, con la garganta apretada—. Te amo.

—Mn—tarareó Lan Zhan—, y yo te amo.

Se levantó de la cama y Wei Wuxian inmediatamente sintió la pérdida de su calor, lo cual era ridículo, ni siquiera se estaban tocando.

Aún.

—Lan Zhan—suspiró, tembloroso de repente. Se puso de pie, envolvió ambos brazos alrededor de la delgada cintura de Lan Zhan donde ahora estaba de pie junto a su mesita de noche, con las manos buscando algo en el cajón superior.

Recuérdame porqué te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora