Como si se tratase del día y la noche, los problemas y el sufrimiento regresaban una y otra vez a su vida en un ciclo infinito. Como si fuese un planeta, él se encontraba rotando, dándole la cara a la luz y a la oscuridad cada cierto tiempo. Por un tiempo era iluminado por la armonía y por la paz, en aquellos buenos días en los que se sentía normal, viviendo lo que le gustaba considerar una vida hogareña y cotidiana, envuelto en una rutina simple y tranquila, sin embargo, sabía que el Sol también se ponía en su mundo, haciéndolo encontrarse con la oscuridad. Dentro de este tiempo dormía, pero no bajo su consentimiento, en este periodo soñaba, pero solía ser sobre los horrores cometidos dentro de estas mismas sombras. Durante esa noche era otro, una víctima más de aquellos que tomaban su alma y la oscurecían, al igual que del destino que de alguna manera lo puso en ese camino desde que cayó del vagón de carga, tal vez incluso mucho antes. Tal vez así estaba escrito su destino. Si bien todos tenían días buenos y días malos, aquello ya le parecía otro nivel de infortuna.
Como fuese, conocía también que había amaneceres y atardeceres, además de personas que lo rodeaban en cada ciclo, incluso en ambos, y Sam era uno de ellos, lo fue incluso desde antes de que Steve se retirara de su vida, pues supo que había algo más en él desde que lo miró combatiendo al lado de Rogers, desde que se enteró lo mucho que ayudó a su amigo a buscarle, pero nunca imaginó toda la historia que tendrían tiempo después, nunca esperó aquel sentimiento tan fuerte. Francamente nunca consideró encontrar el amor en un mundo que lo trató de una manera tan cruda. Había tanto que no podía creer, pues tampoco se imaginó que el final de esa historia llegaría tan pronto y de tal manera, una peculiarmente trágica: separados eternamente por el tiempo, aquella magnitud con la que tenía tantos problemas, pues la vida le había robado años, se los arrebató mientras se encontraba congelado, al haberse convertido en polvo, y ahora le quitaría el resto de lo que le quedaba de vida, pues sentía que el resto de los alientos que tomaría serían dentro de este maldito infierno en el que ya había estado antes. Hoy se percataba de que no volvería a ver a aquel hombre al que había perdido durante el atardecer de su historia. Al final todo en su vida resultó ser fugaz, y se sentía un niño ingenuo por haberse acostumbrado al día, a la luz y lo que esta traía, al creer que su Sol nunca se pondría otra vez.
Los horrores que venían anunciando su llegada desde mucho tiempo antes, estaban ya junto a él. A pesar de haber tenido pesadillas que le recordaban constantemente su maldición, nunca esperó vivir de nuevo y en carne propia aquella tortura, pero ahí estaba, aterrado sabiendo lo alterado que estaba Pierce al haber perdido al Soldado del Invierno, pues sabía que él sería su remplazo apenas obtuvieran la información que deseaban, pues ya incluso tenía su antiguo brazo plateado en el lugar donde alguna vez estuvo, además, hasta donde sus captores sabían, aquellas palabras aun tenían un efecto en él, lo cual no era del todo cierto, pues la conexión entre el Barnes de ese tiempo y él que lo había alterado mientras escuchaba aquellos comandos, se había roto cuando este se largó junto con Sam a un tiempo que no le correspondía, siendo técnicamente un impostor. Estaba enojado, pero a la vez devastado, debilitado por sus emociones en aquel lugar sombrío y con una atmósfera aterradora. La noche había caído y no sabía si podría sobrevivir a una más. Tantas cosas le preocupaban, pero incluso al intentar centrarse en los buenos recuerdos, estos se llenaban de tristeza, pues simplemente no podía creer lo que estaba sucediendo. No podía aceptar que estaría perdido para siempre, o tal vez no, no si las cosas seguían tal cual debían una vez que el tomara el lugar del Soldado del Invierno. Un millón de cosas aún podían suceder, esto lo hacía tan incierto y doloroso.
Luchaba por mantenerse cuerdo repitiendo algunas palabras como lo hizo alguna vez mientras estuvo cautivo, mirando al techo sin saber cuánto tiempo había transcurrido desde su último interrogatorio. Cerró sus ojos esperando encontrar algún pasaje, pero no llegó nada, sólo el sonido de la reja rechinando mientras era abierta, cosa que lo hizo mirar, o intentarlo, pues la debilidad había tomado su cuerpo. Si seguía así, pronto estaría delirando.
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La Línea Perfecta (SamBucky)
FanfictionEl tiempo no es más que una línea. Nadie es capaz de alterar lo que ya está escrito, tal vez se pueden tomar fracciones del pasado, sin embargo, no se puede cambiar algo en tu presente con una acción en el pasado, pero, si hubiera una oportunidad de...