Capítulo 5: Confío En Ti

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—¡Sam! —llamaba Bucky desesperadamente a través del comunicador. Era claro que su compañero se había metido en algún problema, problema del cual debía sacarlo—, ¡¿qué sucede ahí adentro?! —Corrió hacia la entrada de la base, quedándose inmóvil frente a esta, pues de ninguna forma podía entrar, o al menos no pacíficamente.

Recordó que Scott les había recomendado no hacer nada estúpido, o algo que pudiera causar una alteración considerable, si bien creían que las acciones cometidas en el pasado no podían afectar su presente, era preferible ser discretos, sin embargo, Barnes creyó que podría hacer una pequeña excepción esta vez, sólo debía planear cómo hacerla. Miró a un lado y al otro en busca de algo útil, y al no encontrar nada decidió darle la vuelta a la base mientras seguía intentando contactar a Sam. Después de recorrer el perímetro, vio una salida abriéndose, misma de donde estaban saliendo y entrando algunos camiones de carga cubiertos con lonas verdes y oscuras, esperando ser revisados. Ahí su oportunidad para entrar. Esperó unos segundos mientras uno de los soldados encargados revisaba uno de los camiones y su carga. Dando una señal de que estaba bien, este se giró para inspeccionar el siguiente, al instante, Bucky se escabulló sigilosamente, pegándose al costado del camión en un parpadeo. Se asomó con cuidado para ver si había alguien pasando del otro lado, y así lo fue, como en cualquier película de misiones, pasó una persona, la cual no notó la presencia del hombre que tenía el corazón a tope al casi ser visto, mismo que, sin pensarlo más, subió rápidamente dentro del camión, cubriéndose con las cajas selladas que en este se encontraban. Unos segundos de suspenso después, un golpe fue dado al costado del camión, anunciando que este podía avanzar dentro de la base, Bucky sintió como el camión empezaba a moverse lentamente. Viendo la pequeña línea de luz que se colaba por las esquinas de la carpa, destacando entre toda la oscuridad del interior del camión, sólo pudo plantearse un millón de escenarios sobre lo que estaba pasando en las entrañas de aquella base, pero nunca habría podido imaginar lo que Sam estaba presenciando en ese momento. Bajó del camión, entrando a una oscura bodega con intención de ocultarse en esta.

Mientras Barnes luchaba por no ser visto, a pocos metros de aquel estacionamiento dos molestos generales se encontraban subiendo un elevador junto con otros dos hombres con intención de guiarlos a una sala donde confirmarían sus identidades y les darían más información sobre la misión que debían cumplir, o al menos la que uno de ellos debía, pues, el otro técnicamente ya la había realizado hace mucho tiempo atrás. No era su época, y eso lo tenía terriblemente nervioso. Sentía como su cuerpo temblaba fuertemente, sus manos sudaban y su corazón palpitaba con fuerza, pues, además de que dentro de su chaqueta guardaba un archivo confidencial y de que literalmente se encontraba en el pasado, oportunamente se había encontrado a la persona que menos esperaba, la que más extrañó y la que una vez amó tanto. Eso lo tenía jodidamente ansioso, hasta cierto punto asustado, mirando a la nada como si hubiera visto un fantasma, prácticamente era casi como ver aquello si se analiza bien. Estaba rozando el hombro de un muerto, o al menos uno en su realidad, en su futuro.

Sam tenía uno de esos momentos en los que se piensa tanto y nada a la vez, pues, mientras intentaba encontrar una forma de escapar tan pronto como pudiera, la energía que irradiaba el rubio a su lado lo mantenía en un punto medio entre la realidad y el mundo de sus pensamientos, mismo que se encontraba ardiendo. Esa guerra de estados tuvo un ganador definitivo cuando Wilson regresó a la Tierra gracias a un repentino roce en su mano derecha, fue tan ligero, tan suave e inocente, casi pareció no ser intencional, sin embargo, cuando giró levemente la cabeza, dirigiendo sus marrones ojos al claro rostro del calmado hombre, el cual pintaba una expresión extraña, parecía estar conteniéndose de reír ante la extraña escena, o probablemente de la cara de susto de Sam, claramente dejaba ver una ligera pero increíblemente hermosa sonrisa en sus labios, producto de aquel roce. Se podía decir que detenía el tiempo de una forma aterradora, o al menos así para la situación en la que estaban, pues sabía que, en otras circunstancias, en condiciones muy diferentes, aquel fenómeno hubiera sido todo lo contrario, hubiera sido paz y armonía tan reconfortantes que lo hacían desear que aquel momento durara para siempre.

La Línea Perfecta (SamBucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora