Capítulo 12: El Bucle

118 14 6
                                    

Una escena muy familiar le llegó a la mente estando a pocos metros del castaño, lo veía mientras este estaba atrapado entre piezas metálicas que Scott le ayudó a agrupar, así, inmovilizando a este hombre que ya había recuperado la consciencia después de las descargas con las que Lang lo había recibido. Sam ya había visto esto hace varios años, sin embargo, tanto lo que pasaba por su mente como lo que sentía en su pecho, era muy distinto a lo de aquel día en Alemania en un abandonado y descuidado taller. Tampoco el contexto del problema era el mismo, y por esto no tenía ni una mínima idea de qué debía hacer. Lo único que le quedaba claro a Sam, era que debía enfrentar la situación, encargarse de aquel Bucky que había sacado de su línea temporal, pero había tanto que le complicaba ponerse de pie y luchar.

Sentía que se sumergía en el mar de culpa en el que navegaba desde hace tanto, pero en el que ahora comenzaba a ahogarse, en especial con cada idea de culpabilidad rondando por su mente, con ideas que eran como pesadas rocas atadas a sus tobillos, hundiéndolo lentamente, impidiéndole salir a la superficie para respirar y para tomar la fuerza que necesitaba en ese momento. Empezaba a tragarse esa misma agua, la cual no tardaría en quemarle los pulmones dolorosamente cuando mirara atrás y ver lo que había provocado, pues sabía que había tantas cosas que hubiesen podido ser diferentes si tan solo él hubiese tomado otra decisión, si tan solo él no hubiera cometido tantos errores en su reciente misión. Era entretenido pero insano pensar en el poder de una sola decisión, la forma en la que cambiarían las cosas al dar un paso en falso o al soltar una palabra que no debía, incluso en el impacto de hacer algo un segundo antes, o un segundo después. En esto pensaba Sam, y lo hacía más que nunca en su vida, pues era todo lo que le quedaba: negociar con el dolor imaginando variables de lo que había pasado en aquella misión, pensar en una realidad en la que las cosas salieron de acuerdo al plan, en un mundo más amigable donde el pasado no perseguía a ninguno de los dos. Divagaba con una mirada devastada entre escenarios que simplemente nunca ocurrieron, dándole vueltas a un "tal vez" como si algo fuese a cambiar mágicamente. Tal vez si Bucky hubiese entrado a la primera base en Washington en vez de él, o tal vez si él hubiese tenido la suficiente fuerza para dejar ir a Riley en aquella noche en vez de haberle pedido ayuda, en vez de intentar cambiar algo que ya estaba escrito, Barnes y él nunca hubiesen discutido, tal vez nunca se hubiesen herido, tal vez incluso Bucky no se hubiera marchado solo a encontrar el artefacto, así todo lo que sucedía en este momento hubiese cambiado significativamente. Si tan solo no se hubiese aferrado a lo que estaba ya tan distante, pero que lo apuñaló siendo un presente, tan real y crudo, si hubiera soltado aquello que había perdido hace tanto tiempo y que nunca podrá recuperar, no habría perdido a quien consideraba la mitad de su universo, la mitad de lo que creía ser parte, tal vez estaría ahora junto a aquel que había perdido tan estúpidamente, sosteniendo su mano metálica como gustaban tanto de hacer, sintiendo los bordes finos, fuertes y fríos, toda una textura curiosa bajo las yemas de sus dedos. Seguramente las cosas no serían así si tan sólo no lo hubiese dejado acompañarlo desde un inicio. Pero el hubiera no existe, al menos no para él. En eso divagaba, eso era lo que contenía aquella lágrima solitaria cayendo silenciosamente por su mejilla.

De todos modos, Sam no tenía la certeza de que aquella aterradora verdad que Bucky le ocultó hubiese sido menos destructiva y dolorosa contada en otro momento, pero tampoco estaría mejor guardada dentro del alma del castaño, mismo que sería capaz de llevarla a la tumba con él, sufriendo con cada momento al lado de Sam. Tal vez las cosas hubiesen caído por su propio peso de todos modos. Como fuese, ahora aquello no le servía de consuelo en lo absoluto, tampoco de justificación de los errores cometidos, entendía eso y le quemaba. Todas esas cosas llegaban a su mente, pero las sentía directo en su corazón.

Hoy no tenía un plan, pues no podía hacer nada sin que el gobierno viniera a clausurar este proyecto que mantenían en secreto, pues así acabarían con toda posibilidad de arreglar este mundo, o al menos de tener una explicación para detener este extraño fenómeno, también harían imposible encontrar a Bucky, tal vez hasta se llevarían a este que tenía preso a La Balsa. El mundo perdería la respuesta más acertada a lo que lo ponía de cabeza, y Sam perdería todo lo que aún le daba una leve esperanza, aquello que lo detenía de caer por el abismo de la culpa sin sus alas para elevarse y planear a los pocos metros de tocar el piso, a los escasos segundos de la muerte. Debía concentrarse, mantener su determinación un poco más, retener aquellas lágrimas rebeldes, pues no había respuestas sobre el problema por el que su realidad pasaba. Lo único que sabía es que estaba en el lugar más prometedor para encontrar una explicación, o así lo deseaba, pues tal vez así haría valer todo lo que había pasado. Todo ese dolor valdría la pena.

La Línea Perfecta (SamBucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora