❝ soy un tonto por ti, félix ❞
seo changbin era el típico chico malo, popular y arrogante. sin embargo, todo lo que conformaba ser él, se fue rodando por el borde del abismo al ver por primera vez al chico nuevo, el recién transferido de australia y...
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El clima de aquella tarde favorecía para la ocasión. Changbin decidió llevar a Félix una vez más, en su motocicleta, dándole el casco para que este pudiera protegerse en cualquier caso.
El pelinegro no podía borrar la sonrisa que tenía plasmada en su rostro, jamás pensó que podía sentirse así de feliz.
Félix simplemente se abrazó a él, rodeando su torso y observando como todo a su alrededor parecía quedarse quieto ante la rapidez en la que Seo manejaba. Nunca antes se había subido aun vehículo individual como ese, pero la sensación era tan fresca y le hacía sentir tan libre que poco a poco empezaba a gustarle.
Unos minutos más faltaron y Changbin logró estacionar la moto frente a un pequeño local de heladería. Hace poco había ingresado y tanto la atención como la calidad del producto fueron buenas.
─Llegamos.─ habló con suavidad, esperando a que Félix bajara primero.
El pelirrojo se sacó el casco y murmurando un gracias se lo volvió a entregar a Changbin, quien quedó embobado al ver la carita preciosa que Félix poseía.
Lee decidió no sacar sus lentes, después de todo no eran tan necesarias ahora que no habían clases de por medio.
─¿Changbin?─ preguntó, topando su mirada accidentalmente con la del pelinegro. Se avergonzó al darse cuenta que estaba observándolo fijamente. ─Changbin.─ volvió a pronunciar, tocando levemente su hombro.
─Uh, yo...─ rápidamente parpadeo y moviéndose con nerviosismo, logró caerse de la motocicleta de la que no se había tomado la molestia de levantarse.
─¡Dios! ¿Estás bien?─ preguntó con preocupación. Yendo hasta su lado y poniéndose de cuclillas.
─S-sí, estoy bien, estoy bien.─ fue lo único que pudo responder al sentir a Félix demasiado cerca de él. No podía evitarlo, el pelinegro lograba descolocarlo por completo. ─Ah, soy un tonto. ¿Verdad?
─Claro que no.─ negó levemente con la cabeza, un acto completamente tierno para el pelinegro.
¿Podía derretirse ya?
Changbin sentía el dulce perfume que emanaba Félix, su angelical rostro estaba tan cerca que lo único que anhelaba era besarlo con lentitud y ternura.
Suspirando con profundidad logró sonreírle levemente, siendo correspondido de manera instantánea y algo apenada. Félix sintiendo la tensión, logró levantarse, acomodando su mochila y tomando cierta lejanía al fin. Changbin volvió a bajar la mirada, tratando de calmar los leves nervios y no seguir comportándose de manera tan rara.
─Yo creo que eres muy lindo así.─ respondió con voz baja y cuando Changbin se reincorporó a su lado, solo volvió a sonreírle.
─Gra-cias.─ logró pronunciar y torpemente colgó el casco en el manubrio de la motocicleta. ─Mejor avancemos.─ rodeó la cintura de Félix pero sin tocarla exactamente, y con su otro brazo indicó el lugar.
