– Lo siento Alex, pero tengo que cambiar lo planes, ¡Me caso! – dijo Oliver juntando sus manos y poniendo los codos sobre la mesa de la cafetería– Felicidades hermano, te atraparon en serio – respondí emocionado y dándole abrazo fuerte
– Siento que no estamos hablando con el mismo Oliver – dijo Javier levantándose para unirse al abrazo desde el otro lado de la mesa
– Gracias, lamento no poder acompañarlos, María quiere la boda perfecta e irme un tiempo fuera del país lo complica todo, sin mencionar lo celosa que se pone cuando salgo sólo con ustedes dos y en eso ustedes tienen la culpa, ya saben lo que dicen "crea fama y échate a dormir" – respondió Oliver justificándose –
– No me mires a mí – dije con expresión de estar ofendido – Javier es quien se encarga de hacernos mala fama a los dos
– Debo aprovechar la juventud y la belleza, eso se acaba – se defendió Javier
– Ya encontraran a alguien y terminaran como yo, ya verán – sonrió Oliver – en fin, los preparativos llevan tiempo y debo estar con ella –
– Pues ni modo, seremos sólo dos – dije dirigiendo mi taza de té en dirección a Javier
Oliver y yo éramos amigos desde pequeños y al ser yo hijo único lo veía como mi hermano, él era hijo del socio de mi padre y su mejor amigo, con quien había montado un negocio grande, una galería de arte desde veinte años atrás.
Ambos crecimos en Hitchin, asistimos a los mismos colegios y en la adolescencia incluso compartimos un par de novias. No fue hasta que sus papás decidieron encargarse por completo de la sucursal que habían abierto en Liverpool que nos separamos, se fueron llevándose a Oliver y su hermana Sofía con ellos, regresaron unos años después ya siendo todos más maduros.
A Javier lo conocí en la universidad en donde ambos estudiamos música y continuamos nuestra amistad fuera de ella, tocábamos de vez en cuando en bares locales y teníamos un par de canciones escritas que cantábamos en las presentaciones. Nos unía la pasión por la música, el arte y viajar, lo había presentado con Oliver con quien también entabló una buena mistad que perduró hasta entonces.
El matrimonio de mis padres era bastante estable, mi papá había dedicado su vida al negocio con su colega, al arte y la pintura y mamá a administrar los hoteles heredados por su familia en Inglaterra y España de donde era originaria.
Económicamente no me quejaba, con veinte años ya era propietario de dos hoteles de la cadena de mi madre, estudiaba y trabajaba desde esa edad y había logrado colocarlos entre los mejores de la región, aunque me gustara más la música sabía que tarde o temprano debía asumir mis responsabilidades por completo en el resto de hoteles del país y el extranjero, así que antes de encerrar mi vida al trabajo quería salir, vivir experiencias y conocer un poco el mundo exterior.
Javier era de una familia media, había ingresado a la universidad por una beca, era extremadamente inteligente para los estudios que no tuvo inconvenientes en mantenerla toda la carrera.
Oliver era más grande que nosotros, por cinco años y a sus treinta y tres había sentado cabeza.
Llevaba una relación muy formal con Maria, una chica que conoció en una presentación que había hecho yo en un bar local, la relación era tan formal que pensaban casarse al volver de nuestro viaje, pero tiempo después María ya no compartió la idea de que su prometido viajara sólo con sus amigos solteros por otro continente y a unos meses de la tan soñada boda, así que lo persuadió para inventar una excusa que lo salvara de nuestra travesía.
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INTERMITENTE
RomanceZoé necesitaba un cambio en su vida, Alex sólo quería conocer el mundo. Ambos coinciden en un pueblo remoto a las orillas de un lago. Su historia de amor empieza con intermitencias...