Desperté nuevamente a las 10:00am, mi celular sonaba con notificaciones de Whatsapp de Olivia, habíamos quedado en ir por Pepe al muelle y luego a almorzar.
Alex aún dormía, no quería despertarlo, se veía tan guapo dormido que lo observé unos segundos antes que lo hiciera, su cabello cubría levemente su rostro, su espalda blanca sobresalía de las sábanas, se sentía tan bien tenerlo allí que trate de guardar esa imagen, cada detalle de él para poder recordarlo el día que ya no estuviera.
– Buenos días guapa– dijo abriendo los ojos dejando escapar su perfecta sonrisa
– Buenos dias extranjero– respondí
– ¿Qué hora es?, ¿Ahora si ya amaneció? – consultó levantándose levemente viendo a la ventana
– Si ya es de día y hasta hay un poco de sol, ¿Quieres comer algo?
– ¿Pero si no sabes cocinar, qué podrías ofrecerme?
– ¿Qué?, ¿Por qué dices eso? – reí levantándome hacia la pequeña cocina y abriendo la refri para ver si tenía algo de leche, llevaba puesta su camisa de la noche anterior, la había tomado pues siempre en las películas lo hacía y me parecía sexy cuando lo hacían, funcionó porque noté que me seguía con la mirada o quizás porque se me marcaba todo a través de ella
– Tú misma lo confesaste para tu cumpleaños
– ¡Ay no, otra confesión!, No soy chef pero un bowl de cereal si te puedo preparar, o ¿Qué desayunan en Inglaterra a parte de té?
– A mí me gusta la comida de acá, me gustan los desayunos típicos, con esa salsa roja de tomate que le ponen a los huevos– se levantó a la cocina para ayudarme a preparar la comida
Llevaba puesta mi playera de The Beatles, sus bóxers negros y sus calcetines blancos, parecía un adolescente rebelde, tenía una expresión feliz en su rostro, todo le parecía nuevo y gracioso, yo estaba igual, me sentía cómoda, como que lo conociera de años, no había vergüenza, no tenía cargo de conciencia, miedo sí, un poco, pero la emoción opacaba todas las emociones negativas.
La noche había sido tal cual lo había imaginado, me sentí segura con él, no pensé en ningún momento en que podría lastimarme, sabía que él se sentía igual, me lo decía y podía sentirlo. Definitivamente su experiencia era mayor que la mía, pudo descubrir en mí puntos débiles que ni yo sabía que tenía, su seguridad y delicadeza al tocarme hicieron que sintiera que era la primera vez que conectaba con alguien, no era que con Roberto no hubiera sido así, no había comparación, el tacto de Alex junto a su olor hacían que mis hormonas rebotaran dentro de mi, recordar su cuerpo sobre el mío, su rostro por encima, cómo me veía, sus ojos aceituna me hicieron darme cuenta lo enamorada que estaba de él <mierda>.
Desayunamos en el balcón de mi cabaña, había puesto una pequeña mesa de madera que estaba empolvada en la cocina de Adela, como era bajita los cojines del sillón eran perfectos para los asientos, la vista al lago era hermosa desde allí, el cielo estaba nublado pero los rayos del sol anunciaban que saldrían por lo menos un rato, el agua estaba bastante tranquila, las lanchas pasaban a toda velocidad pero desde donde estábamos se veían en cámara lenta y el silencio de la mañana permitía escuchar las pequeñas olas azotar en la orilla de la playa de piedra. El aire seguía siendo frío pero soportable, nos acomodamos envueltos con los ponchos de la cama
– ¿Cuál es el usuario de Instagram de Maria? – pregunté
– ¿Por qué preguntas?– Dijo Alex bastante sorprendido
– Me acaba de dar follow – respondí viendo el teléfono – ¿Es ella? – consulté mostrándole la pantalla
– ¡Oh, Maria!, si es ella – respondió dando una risa dirigida al cielo
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INTERMITENTE
RomanceZoé necesitaba un cambio en su vida, Alex sólo quería conocer el mundo. Ambos coinciden en un pueblo remoto a las orillas de un lago. Su historia de amor empieza con intermitencias...