Alex se ofreció a llevarme a casa, eran pasadas las doce la noche, hacía un frio intenso y la neblina cubría la mayor parte de las calles. Pepe quedó molesto por la situación, sabía que debía enfrentarme a él al día siguiente.
Había poca gente ya, todos iban de regreso a sus hoteles y hostales, algunos más borrachos que otros, los puestos de comida estaban recogiendo sus mesas y los bares y restaurantes estaban cerrados, aunque siempre había una que otra tienda de barrio que seguía vendiendo alcohol a los clientes que tocaban la ventana con el código secreto y el clásico silbido.
Yo estaba nerviosa y no sabía de qué hablar con Alex, qué decirle sin darle a entender que ya lo había investigado en sus redes sociales y que había recordado el beso que nos dimos la noche de mi cumpleaños.
– ¿Qué tal el trabajo de Bar Tender? – dijo para romper el silencio que veníamos arrastrando por un par de cuadras
– Bien, creo – he aprendido a hacer varios tragos y servir cerveza sin espuma, es un gran logro para mí – dije mientras mis dientes superiores goleaban los inferiores por el temblor que tenía por el frío o por el nerviosismo.
– El Whisky en las Rocas te queda muy bien – dijo con una risa burlona
– Me alegra que te haya gustado, es mi especialidad – le lancé una mirada sarcástica soltando una risa nerviosa. – Entonces si es cierto que cantas – continué– mientras me abrazaba a mi misma temblando un poco
– Si, me gusta la música ¿no recuerdas? – se quitó la bufanda azul marino del cuello y poniéndomela alrededor de mi cuello por atrás dejándola caer sobre mis hombros, el olor de su loción llegó a mi nariz poniéndome la piel de gallina, las hormonas empezaron a revolotear en mi sistema
Me armé de valor y bastante nerviosa y temblorosa cerré los ojos y lo solté
– ¿Sabes? si lo recuerdo y recuerdo un par de cosas más de mi cumpleaños
Soltó una carcajada y paró el paso, me tomó del brazo y me volteó para que quedaron frente a frente, acercó bastante su rostro al mío fijando sus hermosos ojos verdes en dirección a mi boca y preguntó
– ¿Recuerdas todo?
– Si – respondí mirando sus labios con esa hermosa sonrisa de la misma forma que él me miraba a mí –
– ¿Qué recuerdas? – volvió a preguntar
– Que te aprovechaste mi borrachera y me besaste – solté sin pensar y subiendo mi mirada a sus ojos donde mis ojos se quedaron fijos a los de él
– Oh, veo que si recuerdas algo, ¿Supongo que también recuerdas que fuiste tú quien tomó mi mano haciéndome regresar hacia ti para besarte?
No podía creer lo que había dicho, desvié mi mirada y sentí como mi cara empezó a sentirse caliente y mis brazos con hormigueo al escucharlo decir esas palabras, mi dignidad golpeada, – ¿Será cierto?, ¿Por qué lo hice?, ¿De qué estábamos hablando para que me haya atrevido a hacerlo? –
– Fue una excusa para ti para hacerlo – dije con una voz muy segura
– Si, y agradezco que lo hayas hecho – se acercó más a mi rostro dejando su nariz casi pegada a la mía al punto de poder sentir su cabello rozando mi cara, su olor era embriagante y su seguridad al hacerlo me dejaba sin poder moverme siquiera. Soltó una risita encantadora, luego se dio la vuelta y continuó el camino.
Lo seguí con el paso apresurado para alcanzarlo, no sabía qué contestarle, Alex era un tipo muy directo, seguro de sí mismo, en el escenario era muy bueno y confiado, convencía al público de su talento y debajo de él era igual, decía las cosas con sinceridad y sin pensarlo tanto, me intimidaba tanto eso y bueno, también lo hermoso que era.
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INTERMITENTE
RomanceZoé necesitaba un cambio en su vida, Alex sólo quería conocer el mundo. Ambos coinciden en un pueblo remoto a las orillas de un lago. Su historia de amor empieza con intermitencias...