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Cuando abrió los ojos, se encontró en un ambiente totalmente distinto. En primer lugar, donde se hallaba echado tenía una textura suave y rugosa. A su lado, lo que parecía ser un cojín. El techo de un blanco sucio y los gritos de alguien enfadado afuera. Se quedó mirando al cielo raso por algún rato, y luego se levantó. Donde se hallaba era un lugar totalmente ajeno que no había visto nunca. Frente a él, una tele vieja, plana y pequeña y en medio una mesita de café algo grande. A la izquierda esta una pequeña cocina y junto a la estufa una mesa plegable blanca. A la derecha esta una puerta de madera desgastada. Las pisadas de alguien muy pesado se acercaban detrás de él, así que se volvió a echar y a intentar hacerse el dormido.

Quien sea que haya venido, sintió su presencia a su lado. Se limitaba a verlo desde arriba, sin apartar la mirada, cosa que empezaba a ponerlo nervioso. Cerró los ojos con más fuerza, apretó los dientes.

̶  No te pertenezco – Susurro, casi inaudiblemente y aun con los ojos cerrados. No lo iba a ver. No lo iba a hacer.

̶  ¿Pertenecer?

Abrió los ojos de golpe y se sentó en el sofá. Se le quedo mirando un rato, como si no creyera lo que estaba observando.

̶  Buenos días ¿Qué es eso de ¨No te pertenezco¨? – Pregunto el hombre bomba, negando con la cabeza y dirigiéndose a la cocina, dándole la espalda.

̶  Ah, eso ... Yo, estaba ... Estaba pensando yo ... - Senpai se sonrojo de la vergüenza por lo que había dicho y cubrió sus labios con la punta de sus dedos. Whitty volteo a verlo, con un mal presentimiento – No importa ¡De verdad! Eh ... ¿Dónde estoy, como hemos llegado aquí?

Whitty rodo los ojos.

̶   Estamos en mi casa y te traje yo, cargando en mi espalda.

̶  Me ... ¿Me trajiste tú? ¿Cargándome? – Repitió el otro, sintiendo sus mejillas enrojecer más mientras sus ojos se abrillantaban. Whitty torció el gesto, eso de andar sonrojándose a cada rato muy sano no parece.

̶  ¿Tienes fiebre?

̶  Eh, no.

̶  Ah, está bien. Sí, yo te traje ¡Tienes el sueño muy pesado! Tenía miedo de que algo te pasara así que volví a la tienda a recogerte, pero Sam me dijo que ya estabas dormido y no quería que te molestaran. Lo mande a comer nabos y te traje igual ¿Te molesta? – Levanto una ceja, expectante.

̶  ¡No, no me molesta en absoluto! – Le sonrió. El hombre bomba negó un poco y se dio la vuelta, volviendo a sus asuntos - ¡Y te preocupaste por mí! ¡Que romántico!

Whitty se tensó y volteo rápidamente.

̶  Oye, lo siento pero ... No confundas las cosas.

̶  Ah, entiendo. Era solo una observación – Musito por lo bajo, tallándose los ojos. Se levantó por fin y se estiro, su mochila estaba a un lado en el suelo. La recogió y rebusco el móvil, encendiéndolo y fijándose en la hora – Ah, mira tú. Ya son las siete ... ¡Oh dios mío son la siete! – Grito alarmado.

̶  ¿Y? De hecho es temprano. Yo tenía pensado en dormirme un rato más, pero recordé que estabas en mi casa y no quería que huyeras echando leches porque pensarías que ...

̶  ¡No! ¿No me escuchas? ¡Son la siete! ¡Ya debería de estar sentado en mi pupitre! ¡Voy a llegar tarde tardísimo! – Gimió, nervioso y angustiado. Se sacudió un poco, se puso la mochila al hombro e intento abrir la puerta, pero esta estaba cerrada con llave.

Strange Lover (LongShot) (Whittpai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora