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Por más que quisiera fingir un buen ánimo, no puede hacerlo. Cualquier sonido lo pone alerta, lanza pequeños jadeos de sorpresa cuando pasa. Esto solo levanta las sospechas de su novio y sus amigos ¿Qué trama?

Curiosamente, ninguno de sus prisioneros hace comentario alguno. Están incluso más callados que otros días. Como si no existieran. Esto, sin embargo, no lo tranquiliza.

̶ ¡Adiós casa! – Grita Carol mientras empieza a caminar con los demás por la acera en dirección a la ciudad normal. La acompañan Hex y Senpai, pues Whitty decidió ir de copiloto con el hombre que transportaba sus cosas en su camioneta. Por si acaso, por si intentaba robarles. Llegar al nuevo apartamento sin nada en los bolsillos sí que sería deprimente.

Anda ensimismado en sus pensamientos. Mira al suelo y ni siquiera levanta la vista cuando hay que cruzar una calle concurrida. Cuando la morena y el robot preguntan que le sucede, porque la cara larga, él apenas responde. A Whitty, necesita a Whitty.

̶ Lo veras cuando lleguemos a casa – Intenta animar Hex, de pasada mostrando un meme gracioso en su pantalla para hacerlo sonreír. Sin embargo, el japonés apenas y asiente y vuelve a mirar al suelo, derrotado.

Los malos pensamientos nublan el juicio de los amigos del chico bomba ¿Qué tan apegado tienes que estar a tu pareja para sentirte tan mal cuando se va por media hora? Hex ya sabía que algo así se estaba cociendo desde aquella tarde que Whittmore tardó en aparecer en casa y el rubio le lleno el correo de Spam, pero no sabía que la cosa era tan grave. Carol, recordando sus ideas de hace unos meses, cruza los brazos y niega disimuladamente con reprobación.

El ojicianita nota en su espalda sus miradas acusadoras y lo recorre un escalofrió. De algún modo, adivina lo que piensan. Y adivinarlo no lo consuela, es más, lo entristece ¡Él no es ningún celoso, obsesivo, paranoico o controlador! ¿Cuál es el problema con querer pasar sus últimas horas con quien más ama? Si fueran una pareja normal y si su psique no lo obligara a sentir estas cosas, Senpai no tendría problema en dejarlo marchar durante todo un año.

Pero aquí, tan lejos de él y tan cerca que se siente el final, lo necesita más que nunca. Quiere pasar sus brazos por su espalda y regodearse en su aroma. Quiere besar sus labios una y otra vez hasta que él revestimiento de estos mismos se caiga. Quiere pasear de la mano con él por estas calles que lo han albergado y que tanto miedo le han ocasionado reiteradas veces. Tantas cosas que quisiera hacer ahora, pero no, está caminando por una estúpida calle al lado de un par de perdedores.

Hace una mueca cuando piensa así de ellos. La frustración, la desesperación y la inquietud envenenan su cerebro y hace que su carácter deje su dócil porte. Esto le recuerda cuando casi pierde la cabeza y el juicio cuando Whitty no llego a casa. Como lloro por como se había comportado, como se lamentó de su deplorable situación y como fingió que todo andaba bien a la mañana siguiente. Nada había ocurrido ¿Ayer actué como un lunático? No lo recuerdo.

Empieza a morderse una uña para calmar sus nervios. Solo es media hora, se repite una y otra vez. Es más, quizá cuando lleguen el vecino, Whittmore y su camioneta ya los estén esperando afuera ¿De que se tiene que preocupar? Tendrá su ¨distracción¨ en un abrir y cerrar de ojos.

Apresura el paso un poco, dejando atrás a Carol y Hex que miran a su alrededor con aire nostálgico. Es verdad que esta maldita vecindad era hogar de enfermos, locos y depravados ... Pero fue donde crecieron al final del día. Cuando no era tan basura y cuando todavía podías notar algo de esperanza en las mejillas sonrosadas de los niños.

Cuando llegan a la linde o frontera con la parte moderna y tranquila de la ciudad, su corazón da un vuelco. Revisa con la mirada una y otra vez para intenta hallar el error, pero no lo encuentra. No lo encuentra porque es verdad y porque está sucediendo frente a sus ojos. Allí, atrás de un par de lotes de casas, se encuentra su hogar. La casa de Soho a medio acabar en la que intento vivir y de la cual huyo cuando las voces en sus cabeza lo obligaron a escapar, porque ese lugar solo era el recuerdo amargo de como dejaron atrás sus cuerpos terrenales.

Strange Lover (LongShot) (Whittpai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora