Capítulo 1

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- Creo que me han descubierto, repito, creo que me han descubierto.

- Agente especial Bishop, póngase a salvo.- Dijo una voz profunda y dura al otro lado de la línea segura de radio.

- No creo que eso sea posible...- Espetó para antes de poder terminar la frase recibir un fuerte golpe por la espalda que la dejó completamente noqueada en el suelo.

- ¡Bishop!- Grito la voz al otro lado de la línea.

UNA SEMANA ANTES.

Maya se levantó temprano como de costumbre, le gustaba salir a entrenar antes de irse al trabajo. A pesar de llevar varias semanas recluida en la oficina por una insubordinación no había dejado de entrenar duro para no perder su estado físico.

Gibson era además de su mejor amigo su fiel compañero, y ambos salían a correr para intentar quemar toda la energía que les provocaba estar encerrados en la oficina durante todo el día. Después de que desobedeciesen una orden directa del director de FBI y se adentrarse en un edificio que habían precintado por amenaza de bomba para salvar a varias personas que había en su interior. Ninguno de los dos se arrepentía de lo que habían hecho, pero habían tenido que asumir las consecuencias, pues a pesar de haber salvado a todas las personas habían desobedecido una orden directa y había puesto en peligro sus vidas.

- No sé si aguantaré mucho más en ese despacho.- Dijo Gibson acelerando la carrera para intentar alcanzar a Maya que iba algo por delante.

- Yo tampoco... pero es eso o dimitir.- Aseguró ella que se relajó un poco cuando notó que su amigo estaba jadeando demasiado.

- Como les fastidia que nos llevásemos el mérito de salvar a esas personas.- Espetó el hombre intentando tomar aire.

Normalmente el FBI no daba nombres de los agentes que habían participado en una intervención, pero en este caso fue imprescindible pues salió un video grabado por algún vecino en el cual se veía a los dos agentes sacar a las personas del interior momentos antes de que los artificieros entrasen para intentar desactivar la bomba. Si bien es cierto que lo consiguieron, de no haberlo hecho habría sido difícil de explicar el que dejasen a gente en el interior del edificio.

- Demos una última vuelta y volvamos, tengo que ducharme y necesito un buen café.- Dijo Bishop apretando el paso.

- Está bien.

Los dos terminaron de correr y se marcharon hacia sus casas, ambos vivían en el mismo edificio, pues el FBI les había proporcionado los apartamentos cuando se habían unido a la agencia. Tras una ducha rápida y un café los dos salieron hacía las oficinas donde les esperaba otro largo día de papeleo.

- Buenos días.- Dijo Maya entrando por la puerta de la planta 14 donde se encontraban los equipos que componían su unidad, que se centraba principalmente en secuestros y antiterrorismo.

- Hola.- Contestaron varios de los agentes que allí había.- ¿Os toca zulo de nuevo?- Preguntó Dean mirando a Gibson en tono jocoso. Así era como llamaban a la sala donde se almacenaban todos los archivos de los casos.

- ¡Cállate!- Dijo Gibson dándole un golpe en el brazo con el puño. Ambos eran amigos desde la academia y solían molestarse constantemente.

Maya no dijo nada, simplemente apretó el vaso que llevaba en la mano con el café y se encaminó hacía el zulo. Allí le esperaba una ingente cantidad de material que debía de clasificar y de archivar.

Después de más de cuatro horas revisando archivos Maya encontró algo que no le cuadraba, había algo raro en varios de los documentos referidos a un caso de varios traficantes que llevaba otra unidad. Ella no quiso alarmar a nadie de momento, pero comenzó a investigar sobre el tema, hasta que algunas horas después estuvo completamente segura de que algo no iba bien.

- Gibson.- Dijo llamando al hombre que estaba al otro lado de la habitación.- Vamos a tomarnos un café.- Añadió levantándose con algunos documentos en una carpeta.

- ¿Ahora?. - Preguntó él sorprendido. - Era casi la hora del almuerzo, y Maya nunca tomaba café tan tarde.

- Sí, ahora.- Contestó señalando la carpeta que llevaba en sus manos.

Gibson comprendió que algo sucedía y salió detrás de Maya. Por suerte no había nadie cerca, así que pudo salir con los documentos sin ningún problema, y sobre todo sin que nadie los viese.

- ¿Qué pasa? -Preguntó Jack una vez que ambos habían salido del edificio federal y se encaminaban hacía el parque que había cerca.

- Creo que hay algo raro aquí...- Contestó Maya dándole la carpeta.- Te acuerdas de la operación Atlas.- Dijo y él asintió.- Hay algo raro...

- ¿A qué te refieres?.- Preguntó él que leía lo más rápido que podía.

- Ha habido bastante incongruencias en los archivos que han presentado los equipos que formaron parte de la misión.- Contestó ella.

- Maya, no deberíamos tener estos documentos. Se trata de contrabando, no tiene nada que ver con nuestra unidad...- Dijo él que seguía leyendo los documentos que le había dado.

- Sí tiene relación, esta banda podría estar financiando el terrorismo dentro del país. - Aseguró ella que se había leído toda la información necesaria antes de hablar con Gibson, sabía bien que en caso de denunciar esas incongruencias las consecuencias si se equivocaba serían muy drásticas.

- Hablamos de corrupción, Maya.- Sentenció él cerrando el archivo y guardándolo debajo de su chaqueta.

- Lo sé, y sé que es muy grave. Quiero llevarlo con cuidado, pues tampoco sabemos quién puede estar implicado en algo así, y nosotros no estamos para meternos en más problemas.- Afirmó ella.- Quiero seguir investigando sin que nadie lo sepa, construir un caso serio y cuando tenga toda la información ponerlo en conocimiento de Ripley.

- Suponiendo que él no esté metido...- Dijo Gibson que realmente no había pensado en esas palabras. Ripley era el jefe de la unidad de antiterrorismo del FBI y sonaba como próximo director de la agencia, aunque aún era joven y tenía mucho por hacer antes de poder llegar al cargo.

Ambos se quedaron en silencio pensando en esa idea, realmente no querían pensar que él estuviese implicado pues lo consideraban un hombre íntegro y un gran agente, él fue quién los defendió cuando entraron en ese edificio a rescatar a la gente y gracias a él no habían sido despedidos de inmediato. Además, había demostrado ser un gran agente y había intervenido en importantes operaciones donde había puesto su vida en peligro para salvar muchas vidas.

- Ojala que él no esté implicado.- Murmuró Maya que se levantó para volver a la oficina.- Nos toca ir con mucho cuidado, y entendería si no quieres participar.- Añadió cogiendo la carpeta con los documentos.

- ¿Estás de broma?- Preguntó él.- Claro que quiero participar, no podemos permitir que algo así afecte a la agencia y nos afecte a nosotros. No permitiré que agentes corruptos campen a sus anchas. - Sentenció el hombre.



¿Qué os ha parecido? Sé que es pronto para opinar pero de verdad que espero que os guste porque como ya dije por Twitter (@GhostSirc), estoy muy motivada con esta historia.


Antes de nada quiero aclarar que esta historia no se parece demasiado a las anteriores, quiero advertir esto porque luego no quiero sorpresas ni nada por el estilo. Esta historia va a tener una trama intensa que envolverá no solo a las protagonistas sino a otros personajes, y aunque ellas son el centro de la historia no se conocerán hasta que la trama no avance y su relación surgirá poco a poco. Esto lo digo porque las veces que he intentando hacer este tipo de historias he recibido comentarios algo desagradables así que si no os interesa tengo otras historias diferentes que probablemente disfrutéis más. 

Dicho esto espero de verdad que la disfrutéis mucho. 

Al límite del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora