Al límite del amor

Capítulo 22

- Voy a ponerme en peligro, voy a ir a buscar a Jones y con ello pondré una diana más en mi espalda.- Le dijo Maya mirándola fijamente, había intentado durante todos esos días mantener la distancia con ella lo máximo posible pues se estaba dando cuenta de como estaba empezando a sentir cosas que todavía no podía ni quería explicar.

- Pero ya tienes esas dianas en la espalda...- Sentenció Carina levantando la gasa que cubría la herida y que estaba un poco manchada de sangre.- ¿Qué va a pasar conmigo entonces?.- Preguntó limpiando la zona con mucho cuidado para intentar ver si había algún problema con la herida.

- Vas a estar bajo la protección de Peter, él se encargará de que no te pase nada mientras que yo intento solucionar estos problemas...- Continuó intentando no mostrar ningún tipo muesca que le diese a entender a la doctora que le estaba doliendo la cura.

- Eso no va a suceder, agente Bishop.- Espetó Carina colocando de nuevo una gasa y cubriendo la herida. Había comprobado que no era nada grave, al menos no más grave de lo que había sido días atrás, al parecer tanto movimiento había provocado un leve sangrado que se aliviaría en cuanto parase un rato.

- ¿Agente Bishop?.- Preguntó esta sorprendida por el tono y el apelativo.

- Sí, al parecer desde hace un rato no estoy hablando con Maya sino con la agente Bishop.- Contestó ella quitándose los guantes y tirándolos a un cubo de basura que había allí.- Al parecer tengo que aceptar todas las ordenes que des, sin rechistar y sin nada que opinar.- Espetó mostrado todo su enfado.

- Carina...- Empezó a decir Maya suavizando el tono de voz e intentando mostrarse más comprensiva.

- Nada de Carina...- Dijo mirando como Maya se cubría con la camiseta y se apoyaba contra el respaldo de la cama para quedar más recta y poder mirarla.- Me he cansado... estoy harta de esta situación, yo tenía una vida normal en el hospital y ahora llevo días encerrada. Me persigue una banda para matarme y el FBI no puede ayudarme porque está comprometido, no sé que va a ser de mi mañana y encima tengo que aceptar todas las ordenes que me des sin que tengas en cuenta mi opinión...- Eso último lo dijo bajando ligeramente el tono de voz, estaba tan enfadada que las lágrimas que escurrían por sus mejillas eran de pura rabia.

- Lo siento, siento mucho no haberme dado cuenta de esto antes.- Dijo Maya levantándose con dificultad para poder acercarse y hablar con más calma con la otra mujer.- He sido una imbécil... En todos estos días no he pensado en ti, en como debías estar sintiéndote y lo siento.- Aseguró acercándose a ella y cogiendo un mano para que se sentase a su lado en la cama. Ese contacto fue como un bálsamo para la rubia y un escalofrío recorrió su cuerpo lo cual le dio una sensación de paz que no esperaba.- La idea de que te quedes con Peter es la mejor que se me ha ocurrido, no sé como protegerte mientras hago todo lo que tengo que hacer.- Aseguró Maya que soltó suavemente la mano de Carina pues el contacto entre las dos no la dejaba pensar con claridad.

- Pues no creo que sea la solución.- Contestó sin más la morena mirándose sus manos que se encontraban cruzadas sobre sus piernas.

- ¿Qué sugieres?.- Preguntó Maya que quería escuchar las opiniones de la otra mujer y así poder tenerla más en cuenta en sus decisiones.

- Quiero ayudar, quiero salir de esta situación cuanto antes y no creo que haciendo todo sola consigas salir de todo este lio. - Contestó mirándola ahora a los ojos.- Mi vida corre peligro esté donde esté por lo que podría ayudar y así volver a mi vida cuanto antes.

- Sabes que te pondrías aun más en peligro...- Sentenció Maya sin retirar su mirada.

- Sí, pero no quiero pasar meses metida en un cuarto escondida.