Capitulo 10

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- ¡Doctora!.- Gritó Maya.

- Estoy aquí.- Contestó esta desde el baño.

- Corra hacía mi cuando empiece a disparar.- Pidió la rubia.- No mire hacía ningún sitio, solo céntrese en mi.- Le pidió de nuevo.

Carina no estaba nada convencida, pero escuchó a Maya llamarla mientras que disparaba contra los dos hombres que seguía vivos y que estaban a cubierto. La morena corrió hacía ella y se cubrió con el coche con el que Maya se protegía de los disparos.

- Muy bien, es hora de irnos.- Aseguró mirando hacía el coche que tenía las llaves puesta pues estaba listo para marcharse.- Dame la mano.- Pidió Maya que necesitaba estar segura de que Carina no se alejaba de ella.

Carina obedeció y unió su mano con la de Maya. Un escalofrío recorrido su cuerpo ante el contacto y no supo muy bien porque, aunque imaginó que las emociones por la situación que estaban viviendo tenía algo que ver.

- Sujétate a mi camisa.- Pidió llevando la mano de Carina hacía el fardón de su camisa.- No la sueltes y mantén la cabeza baja.- Añadió, necesitaba sus dos manos para poder disparar con mayor precisión.- ¿Sabes conducir?- Preguntó en ese momento.

- Sí.- Contestó ella sin más, aun cogida de la camisa de Maya fuertemente.

- Entonces tendrás que conducir, saldrás marcha atrás y cuando lo hagas giraras a tu izquierda y luego seguirás recto. ¿Entendido?.- Preguntó viendo como la mujer asentía.

Los hombres no habían dejado de disparar además de gritar toda clase de barbaridades, Maya respondía al fuego de manera moderada pues solo tenía las balas de la pistola del hombre y las balas de su arma que había cogido antes de cubrirse con el coche.

En ese momento se empezó a escuchar un helicóptero de fondo lo cual provocó cierta calma en Maya, sabía que los refuerzos estaban cerca y la ayudarían a salir de allí.

- Vamos.- Maya disparó de nuevo y consiguió herir a uno de los hombres mientras que las dos subían al coche. Por suerte este estaba brindado y las balas no les harían daño.

Aun así, Maya bajó un poco el cristal y se asomó para continuar disparando y así evitar que dispararse al radiador que era la zona más débil del vehículo. Carina salió marcha atrás e hizo todo lo que Maya le indicó, consiguiendo alejarse del lugar.

- ¿Estamos a salvo?- Preguntó Carina reduciendo la velocidad y viendo como Maya se sentaba y subía el cristal.

- Espero que sí.- Contestó la rubia tomando una fuerte bocanada de aire.

Maya rebuscó por todo el vehículo en busca de algo que sirviese para comunicarse con Gibson y saber que estaba bien. Pues estaba segura de que los disparos fuera eran de él ya que los refuerzos era imposible que hubiesen llegado.

- ¿Buscas algo?- Preguntó Carina.

- Un móvil o una radio.- Contestó ella.

Carina quitó una de las manos del volante y le tendió un móvil. La rubia estaba sumamente sorprendida y la morena lo pudo notar.

- Lo cogí cuando se le cayó al suelo mientras forcejeabais. - Contestó ella.

- Impresionante. - Dijo Maya que no pudo evitar quedarse mirándola. Era una mujer sumamente atractiva y no se había fijado hasta ese momento.

Maya marcó el número de Gibson que contestó unos segundos después sin saber quién podía ser.

- Soy Maya.- Dijo ella que había puesto el manos libres pues el teléfono estaba dañado y no se escuchaba prácticamente nada.- Tengo a la doctora.- Dijo apresuradamente.- Estamos bien...- Aseguró.

- Maya, no vagáis.- Espetó él acelerado.- Águila roja, repito águila roja.- Soltó y Carina puso cara extrañada sin saber a que se refería.

- ¿Gibson?- Preguntó Maya sin entender nada pero sabiendo que si él usaba ese código era porque algo muy gordo estaba pasando.- ¿Estas en peligro?- Preguntó de nuevo.

- Creo que no, pero tu sí.- Contestó él.

Maya colgó y tiró el teléfono por la ventana, no podía entender nada. Sabía que al usar ese código era porque la situación era crítica. Ellos habían establecido una serie de códigos que aplicar en caso de un gran problema cuando estaban infiltrados o cuando estaban en alguna misión. El código más alarmante era ese, significaba que había un peligro de muerte, pero Maya no se podía creer nada de eso.

- ¿Qué pasa? ¿Qué es Águila roja?- Preguntó Carina en ese momento sacando a Maya de sus pensamientos.

- Es algo grave.- Contestó ella.

- ¿Cómo de grave?- Preguntó Carina que no entendía nada.

- No lo sé, no sé nada.- Contestó Maya que ahora estaba muy nerviosa algo que no ayudó a los nervios de la morena.

- ¿Dónde vamos?.- Preguntó Carina.- ¿Buscamos ayuda con la policía?- Preguntó.

- No, esto puede ser algo grave.- Contestó Maya.- Volvamos a la ciudad, yo te indicó donde tenemos que ir.- Aseguró la rubia.

- ¿Las dos?- Preguntó Carina.

- Tú viste la cara de esos hombres al igual que yo, así que estas en peligro. Vamos a ir a un lugar donde mi compañero nos podrá localizar y así sabremos a que nos enfrentamos.- Explicó Maya.- Una vez que sepa todo veremos que decisiones tomamos.- Añadió de nuevo revisando el cargador de su arma que por desgracia estaba prácticamente vacío.

- No me puedo creer que esto me este pasando a mi.- Dijo la mujer conduciendo de vuelta a la ciudad.

- Lo sé, y lo siento. Pero ahora solo estoy velando por su seguridad se lo aseguro.- Contestó Maya que con la bajada de la adrenalina comenzó a sentir un fuerte dolor en el costado.

Maya se levantó un poco la camisa y pudo ver una mancha de sangre de una herida de bala que tenía en el costado. No parecía haber afectado a ningún órgano, pero estaba sangrando mucho, lo cual estaba provocando que se marease y se encontrase realmente mal.

- Necesitamos parar en una farmacia.- Murmuró Maya que cogió una hoja de la guantera del coche para apuntarle a Carina la dirección a la que debía de ir.

- ¡Oh mio Dio! Esta sangrando.- Espetó Carina que quería aparcar el coche para revisar la herida.

- No se pare.- Pidió Maya que ahora sujetaba su chaqueta contra la herida.- Si se detienes nos alcanzarán y no sé qué pasará.- Explicó esta.- Aquí tiene la dirección por si me desmayo o algo peor...- Dijo tomando una bocanada de aire.- Espere allí al agente Jack Gibson, él sabrá ayudarla.

- Pararé en la próxima farmacia y cogeré algo para curarle.- Sentenció Carina en ese momento.

- Esta bien, pero haga lo que le digo.- Le pidió Maya que reclinó su asiento para poder sujetar mejor la chaqueta.

- No se desmayes, hable conmigo.- Pidió Carina que en ese momento agradecería muchísimo tener un GPS que la ayudase a saber donde había una farmacia.

- Siento que se vea envuelta en este lio.- Murmuró Maya que se encontraba cada vez más débil.- Al final todo es culpa mía, yo disparé al hombre que usted ha tenido que operar y por el cual la secuestraron...

¿Os ha gustado?

Como siempre muchas gracias por la espera, siento no poder actualizar más seguido, aunque espero que esto cambie pronto.

PD: He creado un grupo de Telegram, y aunque aún no estoy muy activa por la falta de tiempo, podéis escribirme por privado y os mando enlace para uniros.

Al límite del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora