Capítulo 5

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- ¿Cómo que te disparó?- Pregunto Ripley mirando a Maya.

- Sí, supongo que me vio mirar por la ventana y me disparó al salir. Yo respondí al fuego y le di varios tiros pero cuando fui a acercarme para ver como estaba llegaron varios coches, supongo que avisó antes de salir a disparar y se lo llevaron.- Espetó ella.

- Bishop, dije que sin tonterías y sin llamar la atención. Y te pones a disparar en mitad de la calle...- Ripley se había levantando, estaba bastante cabreado en ese momento.

- No hay tonterías... mi informante me llevó allí y por casualidad me asomé.- Espetó ella que también estaba cabreada a demás de dolorida por el disparo y los golpes que se había dado al cubrirse.

- Te mandaré a alguien del FBI, ¿Podrás hacer un retrato robot del hombre?- Preguntó él.

- Estoy revisando a todos los relacionados con las bandas, creo que lo encontraré por ahí. De lo que sí que estoy segura es de que ese hombre no estará vivo sin atención médica.- Explicó ella.

- Pondremos vigilancia por la zona y estaremos atentos a cualquier cosa que pueda suceder. Ahora ve al médico a que te mire esa herida y seguid con la investigación sin más altercados como este.- Ripley se levantó para irse.- Quiero que reviséis todo y que me aviséis de cualquier movimiento que vayáis a hacer.- Espetó él de nuevo.

- A sus órdenes.- Dijo Gibson mirando al hombre que salía del edificio.- Maya, no sé como lo haces pero siempre me tienes metido en líos.- Aseguró él volviendo a mirar a la joven que revisaba todos los informes de las bandas que tenía a su disposición.

- Ya... pero la que se lleva las balas soy yo.- Aseguró ella a modo de broma pero sin mirar a su amigo.- Mi informante estaba asustado, Jack, más asustado que nunca.- Dijo ella.- Creo que esto es algo grande y algo peligroso y me fastidia no tener los recursos necesarios para investigarlo. Y sobre todo me enfada pensar que algunos de nuestros compañeros puedan estar colaborando con esa gentuza.- Dijo ella bastante enfada.

- Lo sé, pero tienes que hacerlo con cabeza porque la próxima vez podrías no salir con vida de esa.- Espetó él bastante molesto por el peligro que había corrido su amiga.

- Vamos a seguir trabajando.- Espetó ella.

Los dos lo dejaron cuando llegó la noche y se encaminaron hacía sus casas, ya que no tenían ropa ni comida para poder quedarse en el piso franco. Maya aprovechó para ducharse y cambiarse de ropa, el brazo había empeorado y comenzaba a encontrarse bastante mal por lo que decidió acercarse al hospital más cercano a que le mirasen la herida.

Todo comenzó a resultarle muy extraño pues cuando estaba a un par de calles del hospital empezó a escuchar coches de policía y mucho alboroto. Ella aparcó el coche a un lado y se acercó andando pues así podría salir en caso de no ser nada grave.

Al llegar al precinto policial vio varias patrullas y mucho movimiento, lo cual era muy raro pues debía de ser algo muy grave para haber tanto movimiento de personas. Una vez al lado del precinto el policía le preguntó si iba al hospital, pues la herida había dejado una mancha en su camiseta.

- Sí, pero soy agente federal.- Dijo ella enseñando su placa, desde que la consiguió no solía salir de casa sin ella.- Agente Bishop.- Se identificó pasando por debajo de la cinta que el policía había alzado.- ¿Qué ha sucedido?- Preguntó ella mirándolo fijamente.

- Ha sido un secuestro.- Contestó él.

Maya se quedó completamente sorprendida, no podía creer que se hubiese producido un secuestro en un hospital a esa hora de la tarde. A pesar de haber anochecido hacía un rato allí había mucha luz y mucho tráfico pues era el único hospital con urgencias de toda la zona, ya de por sí era raro que se diese un secuestro en una zona con tanta vigilancia como un hospital.

Al límite del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora