Capítulo 21

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Maya cogió la mano de Carina en un gesto involuntario y protector para que la siguiese de cerca y así poder protegerla en caso de que fuese necesario. Carina notó el contacto y se sintió segura y reconfortada por el gesto.

Las dos fueron caminando hacía la puerta lateral que era más pequeña y acababa de ser abierta por el chico que les había hablado a través del portero. El chico parecía muy nervioso y alterado lo cual Maya percibió desde el primer momento por lo que apretó más aún su arma, que se encontraba en su mano derecha escondida bajo su camisa abierta, colocada en su cartuchera.

- Tranquilo, chico.- Dijo Maya mirándolo fijamente.- Soy amiga de Peter, necesito verlo y hablar con él.

- Me ha dicho que viene de camino.- Contestó él nervioso pero intentando fingir que no lo estaba.- Pueden pasar... ha dicho que esperen en su oficina.- Añadió sin poder evitar que le temblase la voz un poco.

- ¿Cómo es tu nombre?.- Preguntó Maya una vez que ambas estaban dentro.

- George.- Contestó él.

- Yo soy Maya.- Dijo tendiéndole la mano para saludarlo e intentar que se relajase.- Sé que es muy tarde y que te hemos asustado al presentarnos así pero es muy importante.- Le explicó siguiendo al chico que las llevaba hasta la oficina de su jefe.

- No estoy asustado...- Dijo sin poder evitar que de nuevo le temblase la voz.

- Yo sí que lo estoy, este edificio tan grande y tan oscuro da miedo.- Aseguró Carina hablando por primera vez.- Mi nombre es Carina.- Se presentó ella también.

- Es mi primera noche trabajando aquí.- Se sinceró el chico ante las palabras tan sinceras de la morena.

- Eres muy valiente, yo habría salido corriendo a los 10 minutos.- Sentenció Carina que ahora miraba al joven que sonreía ligeramente mientras apretó ligeramente la mano de Maya para indicarle que todo estaba bien y que debía continuar charlando tranquilamente con el joven.

- Es un buen trabajo, el señor Rossi paga bien y me ayuda a poder estudiar por las tardes.- Explica George que se había apoyado en la puerta del despacho mientras que las mujeres se sentaban en el sillón que allí había. Maya soltando un pequeño quejido de dolor al hacerlo y teniendo que soltar la mano de Carina para ponerla sobre la herida que volvía a arderle bajo el vendaje.

- ¿Estas bien?.- Preguntó Carina mirándola preocupada.

- Si, solo me ha tirado un poco.- Contestó quitándole importancia aunque sí tenía dolor punzante en la herida.

- ¿Queréis algo de tomar?.- Preguntó el joven.

Ambas mujeres negaron con la cabeza, Maya mirando al joven mientras que Carina no le había quitado los ojos de encima a la rubia que parecía tener un fuerte dolor, aunque no lo reconociese en ese momento.

- ¿Qué estudias, George?.- Preguntó Maya para intentar aligerar la tensión y hacer tiempo hasta que llegase Peter.

- Mecánica.- Contestó él escuetamente, Carina se dio cuenta que él se sentía amenazado por la rubia pero en cambio con ella todo era diferente.

- ¿Te gustan los coches?.- Preguntó la morena que dirigió una mirada a la agente del FBI que entendió perfectamente lo que quería decirle.

- Si señora, pero más las motos.- Contestó él.

- No tienes que llamarme señora, soy Carina.- Dijo ella.- No entiendo nada de motos pero suena muy interesante.- Aseguró ella.

Al límite del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora