Al límite del amor

Capítulo 20

Habían pasado un par de días, Maya se encontraba mucho mejor y estaba empezando a caminar por la habitación ella sola. Los nervios y la ansiedad también se habían apoderado de ella, ya que Gibson no había dado señales de vida en esos dos días a pesar de haberle dejado un mensaje siguiendo las indicaciones que le había dado Victoria. Por su mente pasaban una gran cantidad de escenas, a cuál más nefasta que la anterior, pero de momento solo podía esperar, no podía alarmarse y salir a la calle poniéndose en peligro no sólo a ella sino también a la doctora que estaba aguantando pacientemente cada uno de sus enfados.

Tenía claro que su siguiente paso debía ser contactar con Liam Jones e intentar apretarlo para sacarle información. Era consciente de que el riesgo era muy alto pero era la única baza que tenía en ese momento.

Carina por su parte se encontraba cada vez más agobiada, sentía que se le caía la habitación encima a pesar de que veía como Maya se iba recuperando de esa herida.

La situación era muy tensa, aunque entre las dos no había habido ningún problema, más allá del incómodo silencio en algunos momentos muy concretos, sí que notaba a Maya cada vez más nerviosa e irritada lo que estaba provocando que la habitación pareciese cada vez más pequeña. Además no ayudaba que Maya estuviese obsesionada con el caso, pues el único tema de conversación que solían tener las dos era sobre ello, no permitiendo ningún tipo de vínculo entre ambas más allá de los pocos momentos incómodos provocados por los comentarios de Aby.

- Tenemos que marcharnos del hostal hoy mismo.- Dijo Maya de repente, rompiendo el silencio y provocando que Carina alzase la mirada del libro que Aby le había llevado hacía unos días para que se entretuviese un poco.

- Pero no tenemos donde ir...- Apuntó esta mirando como la rubia seguía con su desfile de un lado a otro de la pequeña habitación sin quitarse la mano de la herida pues era imposible que no le doliese.

- He estado pensando en ello toda la noche.- Aseguró mirándola a los ojos.- Conozco a alguien que me ayudará sin hacer preguntas y sin poner grandes problemas.

- ¿Y si nos delata?.- Preguntó Carina algo nerviosa y asustada, a pesar de que la situación era terrible, había conseguido sentirse algo más segura resguardada en el hostal junto a la agente del FBI que parecía no tener que descansar pues pasaba gran parte del tiempo de guardia.

- No lo hará, digamos que tenemos una relación algo peculiar.- Contesto sin más, Maya en estos días había comenzado a ser más comunicativa pero a veces no podía evitar contestar así.- Lo siento, es complicado de explicar... ahora tenemos que centrarnos en llegar allí y luego te explicaré todo.

- Esta bien. ¿Cómo lo haremos?.- Preguntó levantándose y dejando el libro a un lado.

- Recogeremos toda esta tarde, y cuando den las nueve de la noche más o menos saldremos por la parte de atrás para ir hacía su refugio. Se trata de un gran almacén que queda a unos 40 minutos andando.- Comentó ella.- Quizás deberíamos coger el metro, pero tengo que estudiar todo lo que nos puede surgir en el camino así que esta tarde le pediré a Abi unos planos del metro para ver cuáles son las mejores opciones para movernos.- Aseguró ella.

- Está bien.- Contestó sin más la mujer que miraba a Maya fijamente sin poder evitar sentir miedo e incertidumbre.

- Creo que debería cambiar el peinado y quizás unas lentillas...- Murmuró Maya mirándose al espejo que había en la entrada de la habitación.

- ¿Cómo? - Preguntó Carina pensando que hablaba con ella.

- Perdona, pensaba en voz alta. Es que creo que mi aspecto es fácilmente reconocible, quizás debería cambiar un poco. Unas lentillas que cambien el color de mis ojos, unas gafas... quizás un corte de pelo o un cambio de color...- La agente del FBI comenzó a divagar en ese momento.