La morena cayó rápidamente en los brazos de Morfeo, a pesar del miedo y de los nervios estaba completamente exhausta después de todo lo que había sucedido. La noche anterior no había podido dormir por el secuestro y toda la adrenalina que había soltado horas atrás había desaparecido provocando que se quedase dormida profundamente.
Maya por su parte se acomodó boca arriba intentando no golpearse en la herida, además colocó su arma de tal manera que pudiese tener acceso de manera rápida en caso de ser necesario. Se giró para contemplar a la morena y lo que vio la dejo casi sin respiración, la leve luz que salía de su mesita de noche le permitía ver los perfectos rasgos de la médica que dormía profundamente a su lado.
Poco a poco el cansancio y la perdida de sangre hicieron que acabase dormida, un sueño para nada reparador pero necesario en esos momentos.
La luz que entraba por la ventana que estaba medio abierta provocó que Maya se despertase, a pesar de haber pasado una noche inquieta y dolorida había conseguido entrar en un sueño ligeramente más tranquilo algunas horas atrás. Al girar la cabeza para mirar a su alrededor se encontró el hueco en la cama e instintivamente colocó su mano sobre la almohada notando que aun seguía caliente por lo que Carina no debía de haberse levantado hacía mucho.
Los toques en la puerta pusieron a Maya en alerta, cogió su pistola y se levantó provocando que un fuerte dolor naciese en su costado. Carina salió también del baño con el pelo mojado y la bata que Abi les había traído el día anterior puesta.
- Cierre la puerta.- Le murmuró Maya mirándola fijamente mientras se apoyaba contra la pared para poder sostenerse y usar el arma.
Carina obedeció y se metió en el baño muy alterada y nerviosa. Maya se colocó lo mejor que pudo y volvió a escuchar la puerta sonar.
- ¿Quién es?.- Preguntó apuntado hacia la puerta. Estaba segura que Abi no era pues ella tenía una forma característica de tocar además de que con la situación que tenían ella se habría anunciado para evitar sobresaltarla.
- Victoria, Victoria Hughes.- Contestó la mujer al otro lado de la puerta.- Abra, no quiero levantar sospechas.- Dice ella pareciendo nerviosa.
Maya no entendía nada de lo que estaba sucediendo, no quería abrir la puerta por miedo a que esa mujer le estuviese tendiendo una trampa y el FBI quisiese detenerla sin tener manera de demostrar su inocencia. Por su cabeza pasaban todas las formas que tenía de huir de esa habitación pero ninguna era viable, la primera era a balazos, lo cual no era una buena idea pues no quería herir o matar a ningún compañero inocente, la segunda era por la ventana pero tampoco era buena idea, pues estaría cubierta por agentes, además de que la caída con esa herida podría provocarle aun más daño.
- Abra, me manda Gibson.- Añadió ella que no quería dar nombres para evitar que alguien la escuchase pero no le estaba dejando más opción.- Águila roja.- Murmuró de nuevo usando clave para intentar relajar a la agente Bishop.
Maya se tensó al oír esas palabras, no entendía que estaba sucediendo. Gibson nunca revelaría su contraseña a nadie, al menos que fuese por alguna buena razón.
- Doctora Deluca.- Llamó Maya suavemente viendo como la mujer salía ahora vestida con la misma ropa que la noche anterior.- Abra la puerta lentamente, yo la cubriré.
- ¿Esta segura?.- Preguntó Carina mostrando su nerviosismo.
- No nos queda de otra, yo no puedo huir en este estado en caso de ser una trampa y la podría a usted en peligro al intentarlo.- Contestó Maya mientras seguía apuntando a la puerta.- Vamos a abrir, coge tu arma con la mano izquierda y elévala para que pueda verla.
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Al límite del amor
FanfictionMaya es agente del FBI y Carina doctora del Grey Sloan, ambas se cruzaran en un momento difícil donde la vida de las dos correrán un gran peligro.