CAPITULO 2

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Harry.

Harry estaba cansado.

Harry estaba desesperado. Claro, todo se consigue con un par de "Billetes de cortesía".

Había conseguido el horario del irlandés y resulta que ese día no había vuelto a clases, se había ido a casa reportándose enfermo. Una mierda.

Pasaron días para poder encontrar al rubio, no había asistido a la escuela casi por una semana, y eso comenzaba a quitarle las esperanzas a Harry, porque ese rubio era el que le iba a ayudar a acercase a Euro.

Después de tantos días, había escuchado que Niall había regresado, lo escucho por una chica en los pasillos y por fin sintió la oportunidad, su corazón pudo latir de nuevo en su pecho.

Caminó por los pasillos dirigiéndose a verlo, mientras hablaba por teléfono con su madre.

—Por cierto, tal vez la próxima semana podrías salir con el hijo de Jay ¿No crees?— Jay era una nueva amiga de su madre y aunque no sabía mucho, ella si le contó a cerca de su hijo, ciertamente el chico sonaba agradable. Pero en una semana el LB sería festejado de nuevo y no podía faltar, Euro iba a estar ahí.

—No puedo la próxima semana, iré a hacer un trabajo con Liam, ya quedé— mintió —tal vez la siguiente.

—Oh, claro, como sea— Anne trató de quitarle importancia —ve con cuidado.

—Adiós, mamá— colgó el teléfono con urgencia.

El rubio estaba ahí, justamente Liam llegó a lado del rizado disculpándose por retrasarse un poco.

—¡Hey! Niall— el rizado subió la voz, resonándola por el pasillo.

Niall volteó rápidamente, la voz no le era conocida y menos el chico alto y de ojos verdes que se dirigía a él.

Los guardias escucharon el llamado a su protegido y rápidamente le cubrieron el paso.

Harry se quedó mirándolos un poco tenso, pero la sensación se fue rápido cuando creyó que el rubio iba a irse y no, Harry no iba a perder esa oportunidad.

—Espera, Niall— trató de nuevo y se paró de puntas para verse detrás de los gigantes que protegían al ojiazul —por favor.

Esto último sonó como demasiado esperanzado e hizo que el rubio se preguntara por qué aquel chico lo buscaba.

Al principio pensaba que iba por alguna amenaza, pues Zack había enviado varios imbéciles para amenazarlo incluso si estaban en la escuela. Pero, en definitiva, ese "por favor" no estaba en el vocabulario de los idiotas que lo molestaban.

—¿Qué quieres? —sonó arrogante. El rubio normalmente no era arrogante, en realidad era una persona bastante amable, pero tenía que estar a la defensiva pues las cosas podrían salir muy mal si él o cualquiera bajaba la guardia.

—Quiero hablar contigo, eso es todo— el rizado no se dio cuenta que inconscientemente su mano viajó hasta el encendedor en su bolsillo —es importante.

—No tengo mucho tiempo así que dímelo ¿Qué es lo que quieres?

El instituto parecía encantado con el irlandés, no dejaban de hablar de lo carismático y adorable que el era,  pero la verdad es que no le estaba dando esa impresión, estaba a la defensiva y lo primero que pensó fue que simplemente el chico era grosero.

—Se que Euro viene a esta escuela— sus palabras salieron firmes y perforaron la mente del otro chico —necesito encontrarlo.

—¿Que mierda estás diciendo? — volteo a ambos lados y susurro —no digas esas cosas en voz alta, imbécil.

Los Hijos Del Viento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora