CAPITULO 5.

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Louis estaba H A R T O.

Desde que había despertado la mañana siguiente a la salida con sus amigos en el bar, no había un solo maldito día en que Harry no apareciera por todos lados. Habían pasado tres semanas desde que se vieron y el rizado había aparecido para quedarse.

—Es que Niall, estoy estresado, maldita sea, aparece por todos lados, en la cafetería, en el patio, en el estacionamiento, en el partido de fútbol la semana pasada ¡Siempre! — El rubio solo soltó una carcajada por las quejas de su amigo, pero lo dejó seguir hablando —Va con su sonrisa bonita y sus ojos brillantes por todos lados, hablándonos cuando nos ve y queriéndome invitar el café cada mañana, con sus bandas envueltas en los estúpidos rizos.

—¿Y? No veo el problema, Louis— confesó su amigo —son desayunos gratis.

—Es broma ¿Verdad? — lo miró con molestia —no quiero verlo o escucharlo, no quiero que se empiece a crear algún lazo de amistad o lo que quiera que sea lo que él quiere.

Y es que tenía miedo. Tenía mucho miedo porque sabía que cada que Harry se encontraba cerca, todo su cuerpo y mente se concentraban en quemar las dudas, temores y anhelos imposibles. Porque perdía el control de sus latidos, de sus nervios y de sus suspiros. Eso podría ser bueno para algunos, pero para Louis era bajar la guardia y no se lo podía permitir más.

—Yo creo que es un buen chico— admitió —creo que es sincero y deberías serlo también con él.

—¿Que estás diciendo?

—Solo digo que tú y él podrían llevarse bien si no hubiera secretos de por medio— el rubio se sentó junto a Louis.

—¿Estás escuchándote? Ni él, ni nadie puede saberlo— enterró su cara en sus manos —es peligroso, lo sabes.

—Louis, solo quiero que tengas algo normal en tu vida, algo que sea transparente y ya— lo miró mal.

—¿Para después tener que mentirle? No, gracias— el castaño se levantó —aparte, ese chico no debería meterse en algo que lo puede perjudicar, debería alejarse, de hecho.

—Odio está tontería— se levantó molesto de la mesa alejándose de Louis.

—¿Crees que yo no? Maldita sea, Niall, lo odio, odio no poder conocerlo sin mentiras y obstáculos, pero no puedo hacerlo, así que deja de imaginar cosas imposibles— la voz de Louis no tembló, fue dura y rasposa, llena de espinas —por favor, no me hagas pensar en cosas cómo estás.

El corazón de Niall se estrujó, pudo sentirlo revolcarse en su pecho inconforme y dolido. Odiaba que su amigo tuviera que pasar por todo eso. Pero había algo más —Te gusta.

—¿Qué? — observó con vehemencia al rubio.

—Que Harry te gusta— afirmó Niall clavando punzante su tono en cada palabra.

—No, no lo hace, es lindo— alzó los hombros con desinterés —pero no llega a mucho más que eso, atracción y ya.

—Yo creo que esto va a terminar mal— añadió Niall.

—No, si no dejo que comience, nada puede terminar.

—Que inteligente, Louis, mereces el Novel, descubriste la cura para el enamoramiento y el corazón roto— aplaudió con ironía —esas cosas son inevitables, tonto.

—Aparte, es un estúpido rico que solo quiere quedar bien— habló poco convencido, pero el desprecio sé sintió a millas de distancia —seguro me invita el desayuno por lastima.

—No digas cosas de las que te puedes arrepentir después— el rubio lo miró serio —se lo qué haces.

—¿De qué hablas?

Los Hijos Del Viento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora