ADVERTENCIA: Se recomienda discreción, contiene temas sensibles que podrían lastimar he incomodar, dense la libertad de omitir este capítulo, si comienza a perturbar su integridad emocional de alguna forma.
Tokio, Japón.
16 años antes...—¿Mamá?
Un pequeño niño entró a la habitación donde esperaba encontrar y ver a su familia.
Esa habitación gigantesca y faltante de una pared, reemplazada por una gran puerta de garaje que permitía acceso a automóviles y, sobre todo, motocicletas, aquella que estaba cerrada dejando un cuarto inmenso y prácticamente hermético lleno de motocicletas de millones de dólares.
Ahí no estaba su familia, pero si encontró a alguien más, era un hombre, aquel estaba desatornillando y quitando piezas de dos motocicletas ya muy conocidas para el niño pequeño. No se le hizo raro, pues estaba acostumbrado a ver cosas así diariamente.
—Hola, pequeño— aquel hombre rubio y de ojos oscuros lo miró pesadamente.
—¿Ha visto a mi familia? Señor.
Todo el equipo del circuito lo conocía, aquel niño llevaba semanas corriendo y jugueteando por todo el lugar junto con varios de sus amigos, todos los miraban con sonrisas y ternura. Era un niño que derrochaba inocencia, pureza, amabilidad; se paseaba por todo el lugar iluminándolo y haciendo que todos sintieran más calidez.
Aquel infante se presentaba a todos los ensayos, arreglos y cualquier junta que su padre tuviera, incluso se mantenía junto a los mecánicos o ayudantes. Si no estaba jugando con su mejor amigo, solo se sentaba en un pequeño banco que su mismo padre había comprado para él, este tenía dibujos de dinosaurios por todos lados y quedaba perfecto para la corta altura del niño.
Hacia preguntas de todo, las llaves, los cables, las motos, las llantas y a los trabajadores les encantaba contestarle. Pero ese pequeño ser, jamás había visto al hombre parado frente a él, con esa cabellera bien peinada y manos temblorosas.
—¿Eres el hijo de Matt? — una sonrisa se extendió por su cara socarrona y retorcida.
—Si— el Niño junto sus manitas detrás de su espalda y sus piecitos juguetearon con el suelo. Ese hombre no le daba una buena sensación.
—Bueno, tu familia está muy ocupada, princesa, pero yo te puedo ayudar— una mano pesada se posó sobre su hombro, el hombre se puso en cuclillas buscando los ojos del pequeño.
—No me diga así, por favor, yo no soy una princesa— sintió raro que aquel hombre lo llamara así.
—Es que pareces una princesa— hizo un puchero fingido y apretó el agarre.
—Es que...quiero, nada— corto cuando sintió el aire de la habitación ponerse más pesado —mejor los sigo buscando.
Y es que ese pequeño ser, apenas rondaba los 6 años, incluso recién cumplidos. El niño dirigió sus pasos a la puerta, pero esta fue bloqueada por el hombre alto y fornido, que, para aquel día tendría ya unos 38 años de vida.
—No te vayas— le ordenó, con una exagerada mueca de tristeza —vas a decirles lo que viste y me pondré muy triste.
—Yo no vi nada señor, se lo juro, solo estoy buscando a mi mami— su voz ya sonaba temerosa.
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Los Hijos Del Viento.
FanfictionMotos, cerveza y una carrera clandestina a mitad de la madrugada ¿Que podría salir mal? Un lugar lleno de secretos te ahoga, te quema por dentro hasta consumirte pero ¿Podrás resurgir o te desvanecerás en el viento? Fanfic: L.S.