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Los meses pasaron, Zoran huía cada vez que podía a la casa de los Volkov, aún siendo menor debía volver con su familia y todo ese proceso judicial que Viktor sabía que tenía que seguir.

Zoran había pasado las navidades con ellos, huyendo de su casa, y aunque este fuera el comisario y rompiendo la ley como pocas veces hacía, dejó que el menor se escondiera en su casa escondiendolo de sus compañeros de trabajo.

Pero lastimosamente, esto acabó. Zoran desapareció en enero, la familia García-Volkov temían lo peor.

Este desapareció en el día de su cumpleaños, el 10 de enero. Vania había preparado una fiesta de cumpleaños sorpresa cuando Viktor le tuvo que comunicar lo ocurrido. Meses después, la tarta seguía allí, Gustabo decidió tirarla. Molestando a Vania, pues este pensaba que Zoran volvería y esa era su tarta.

Vania había tratado que Bimbo siguiera el olor del otro muchacho. Pero se le había avisado que ese perro había perdido el olfato, sin embargo, el menor de los Volkov buscaba un milagro.

Viktor por su parte había vuelto al terreno, a los atracos y persecuciones, ocultando que había encontrado unas manchas de sangre por días en su ropa interior.
Él sabía lo que significaba y sabía que no quería volver a pasar por ahí. No por esa disforia de género que aún sentía. Llevaba ahorrando años para el cambio de sexo, era el momento y no podía permitirse otro hijo si quería una operación. 

Gustabo por su parte no hacía nada. Seguía su dieta de nadaycasa. Era su favorita. El pensar que realmente estaba por encima de la ciudad le servía para todo. Sí bien era cierto que escuchaba las voces de cabeza, parecía que tener una familia, por lo contrario que pensaba, le hizo bien.
No obstante, perdió la razón cuando Zoran desapareció y vio que no podía hacer nada.

No recuerda que pasó. Solo estar encerrado de nuevo en una habitación blanca y muy colocado, como él decía.

Ese día decidió que iría a ver a su pareja a la comisaría y recogería a su hijo del colegio. Más bien le haría andar mientras él estaba en el coche, solo para molestarlo. 

Sin embargo, esta idea se esfumó cuando vio a Viktor apoyado sobre la mesa con una mano en su vientre, parecía en agonía.

Este peleó con él por ir al hospital. Sin embargo, no pudo hacer nada cuando García vio la sangre en la silla del comisario. Flashes pasaron por su cabeza, las voces se hicieron más fuerte y sintió vacío, agonía, tristeza, demasiadas emociones en un solo segundo. Fred salió ahí, para proteger y servir, como él decía, dejando a Gustabo dormir un poco.

Y es por eso que Volkov no pudo poner resistencia, siendo arrastrado por el pequeño cuerpo de su pareja hacia el hospital. Los policías miraban la escena, un tanto irónica, sin entender realmente la situación, creyendo que estos solo estaban jugando y no que Viktor no tenía fuerza suficiente para defenderse de nada, pues esa misma mañana había estado en un atraco donde uno de los atracadores le había dado un golpe y este le había respondido de una manera igual de agresiva.

Al llegar al hospital, Fred se encargó de que el comisario fuera atendido de inmediato.

No tardó mucho en descubrir que estaba pasando dentro del cuerpo del ruso. Estuvo a punto de gritarle, sino fuera porque en ese momento quién salió a la luz fue James, la personalidad más dulce de Gustabo.
Y ahí fue cuando Viktor entendió que este estaba teniendo una crisis.
No solo estaba vagueando, es que su estado mental estaba deteriorándose y él no se daba cuenta.

Horacio seguía con Nick, seguía siendo Axel y se negaba a volver a la realidad. Le gustaba Nick Hunter, le gustaba lo parecido y a la vez diferente que era de su ex pareja.

¿Tenías que ser tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora