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El invierno se acercaba, notándose en las noches gélidas que tenía Los Santos. No obstante, Viktor había cogido por costumbre fumar un cigarro, o varios, en el balcón de su cuarto aunque ese rubio estaba lejos, siempre que lo veía salía del coche a imitar el gesto del más alto. Haciéndose compañía mutuamente. 

No era ya sorpresa de ninguno de los dos que el ruso preparaba café para ambos, algunas veces incluso había bebido con él, desde la lejanía de nuevo. Volkov empezaba su turno realmente temprano, así que no le sorprendió verlo un día aparcar el patrulla cerca de su casa y observarlo mientras ambos tomaban café.

Sabía que ese hombre tenía bastantes problemas para sociabilizar, si no era un tema de trabajo, Viktor jamás se acercaría. Así que suponía que era para evitar que García se acercara al menor, sin embargo, no podía estar ahí todo el día. 

Por lo que tras beberse su café, confiando en que el agente del FBI cumpliría con lo que el policía le había pedido, o más bien, ordenador, volvía a la comisaria. Gustabo esperaba 10 minutos, asegurando que Viktor no volviera, y subía con el chiquillo.

Este último había empezado a cogerle cariño al agente del FBI, dejando que dibujara sobre su localizador con rotuladores permanentes, haciéndolo "más fachero", como había mencionado el mayor. 

Le hacía sentir menos solo, creía que el mayor ya estaba allí de forma desinteresada, queriendo tener un amigo real, pues le habían informado que sus amigos solo estaban con él por su interés. Al ser el hijo del comisario podía borrar archivos y multas, y nadie sospechaba, cosa que el agente del FBI había explicado de una forma un tanto peculiar. Sintiendo como ese hombre que se hacía llamar Fred era su amigo, no le diría que ya conocía su nombre de tantas veces que Jack lo mencionó y le dio una descripción física, la cual encajaba perfectamente con ese hombre a su lado. 

- Oye. - Lo llamó en cierto momento, tras divagar en su mente. - ¿Alguna vez te has enamorado? Digo, pareces el tipo de persona que todo le da igual. - Gustabo bebía tranquilamente su refresco cuando esa pregunta llegó, teniendo que disimular como se había atragantado con una tos culpando al cigarro.

- Pues... - se rascó la nuca. - A ver, pues sí, supongo, ¿no? - El menor lo miró confundido. - Digo, sí, claro, me he enamorado pero tal vez no... ¿lo he mostrado de formas adecuadas? Digo, casi mato a alguien que me gustaba y por mi cumpleaños le pedí a mi hermano que apuñalara alguien. - Vania movió las manos, sin llegar a comprender la lógica. - Tú has preguntado. - Dijo volviendo a beber tras ver la acción del menor.

- ¿Y...? - Suspiró pensando como preguntar. - ¿Cómo se te ocurrió? Digo, no es normal esas reacciones... ni peticiones. - Gustabo lo miró y rodó los ojos.

- Bueno, a ver. Digamos que no era yo. En ese hipotético caso, al no ser yo... - meció su cabeza a ambos lados. 

- Pero si acabas de hablar en primera persona, obviamente fuiste tú. - No entendía a donde ese adulto quería llegar. 

Gustabo suspiró largo. - Fue mi cuerpo pero no fui yo. No lo entenderías. Ahora, ¿a qué viene esa pregunta tan rara del amor y cosas de fresa? - Trató de cambiar de tema, sin querer hablar de su trastorno de personalidad múltiple. 

- Bueno, es que nunca he visto a mi padre con nadie, y me preguntaba si lo que sentía por Rebeca era real... Digo. - Movió sus plateados cabellos hacía atrás. - Es estúpido, lo sé, pero tras hacer todas esas cosas por ella tal vez... ¿no estuviera enamorado de ella? - El mayor movió su cabeza hacía un lado frunciendo los labios de una forma graciosa para el menor.

- Sinceramente, dudo que a tu edad sepas lo que es enamorarse, porque ni yo mismo lo sabía hasta la edad adulta. - Habló con seriedad. - Y ni si quiera estás pasando un luto, digo, sientes un vacío que ya sentías antes de romper con ella... creo, chavalín, que solo querías estar con ella por estar, digo, eres fácilmente manipulable y tu sentimiento de soledad se huele, y hueles peor que tu padre después de desparecer por mes entero porque su anime favorito acabó. 

¿Tenías que ser tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora