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Gustabo estaba sentado en frente de Vania esa mañana, este estaba desayunando tratando de ignorar la mirada penetrante del mayor. Zoran no obstante ignoraba la situación mientras leía un informe, había decidido a su corta edad estudiar criminología para trabajar en la comisaria de Los Santos mientras Vania... Vania solo quería tratar de ser feliz y esa mirada por parte del mayor no lo estaba haciendo feliz.

- ¿Puedes dejar de observarme? No he hecho nada. - Dijo finalmente, nervioso. Zoran alzó la mirada y vio como el rubio seguía mirando con insistencia a su hijo, malos recuerdos volvieron a su mente. No quería exaltarse pero no confiaba en las figuras paternas.

- ¿Y cuándo os vais a casar? - Preguntó finalmente lo que su mente le había estado diciendo. Vania dejó de comer sus cereales y lo miró a los ojos. - Digo, ya vas a hacer 16 años, yo a tu edad ya estaba compartiendo caja con Horacio.

Vania alzó un dedo, abriendo la boca a punto de responder pero calló bajando el dedo ligeramente cuando vio a su otro padre. Volvió a levantar el dedo en señal de que callara, pero este solo movió las cejas con insistencia. Esperaba una respuesta. El menor de los Volkov iba a disculparse con Zoran pero este lo miraba de la misma manera inquisitiva.

- Tenemos trabajo. - Habló Viktor hacía el rubio, ignorando lo que estaba ocurriendo en esa mesa. Gustabo se giró con rapidez a mirar a su pareja.

- Dirás que tengo trabajo, en tu estado deberías quedarte en cama, recuerda que...

- Lo voy a abortar. - Le cortó colocándose la chaqueta. - ¿Vienes en el mismo coche o irás más tarde? - Siguió como si nada, aunque al rubio algo en su interior se le rompió.

- Iré más tarde. - Susurró y este asintió mirándolo unos segundos antes de salir por la puerta. Los menores vieron la pequeña batalla que el español tuvo delante suyo.

- Si te sirve de consuelo, yo puedo actuar como un niño.

- Eres un niño Vania. - Le respondió una voz demasiado tranquila. Este se levantó, no llegaría tarde, solo necesitaba un momento para él y no creía que compartir coche con Volkov fuera la mejor idea. El chico miró como este salía sin decir nada más.

- No te sientas mal, no tienes la responsabilidad por sus actos. - Escuchó como su amigo hablaba bajo.

- Zoran... No entiendo porque no soy suficiente para mi padre que anhela tanto tener otro hijo... - Se retiró de la mesa para ir a su cuarto. - Prefiero estar solo ahora... - Le dijo cuando notó que el otro chico lo seguía. El serbio asintió, abrazándose a si mismo y acariciando sus propios brazos. Vania nunca lo dejaba solo.

Gustabo miraba a Volkov desde lejos en la sala de reuniones, los querían juntos en una misión tonta, así la catalogó García. Era entrar, matar e irse. Podía hacerlo él solo y no poner en riesgo a Viktor, pero se negaron a esta petición. Aceptando finalmente ir con el ruso, les dieron una fecha y hora, se sentía un tanto sicario, ni si quiera sabía porqué debían matar a ese grupo. Quiso preguntar pero era "confidencial", si era tan confidencial, ¿por qué no enviaban a otro? Al que completó la misión de investigación.

Salió de allí, agobiado. Fred hablaba, debía proteger a Viktor, James quería un abrazo, Pogo reía.

Se apoyó en el capó de su coche con un dolor de cabeza monumental. Sintió unos brazos rodearle, sabía quien era, aunque estuvieran medio peleados, sabía que igual que dormía a su lado, veía ese "pequeño" problema cuando aparecía.

- Estoy aquí. - Le susurró tratando de calmarlo cuando escuchó como empezaba a sollozar. Dejó que este se tranquilizara lentamente, sabiendo que estaban en público Gustabo trataría de ocultarse. - Vamos... - Le susurró señalando su coche, con ventanas polarizadas. Este lo siguió cogiendo su dedo pequeño, el cual era bastante más largo que el suyo. Se sentaron en la parte de atrás, para estar más pegados.

¿Tenías que ser tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora