Horacio trató de estar unas semanas sin ver a ese hombre, incluso se había encontrado con Jack en varias ocasiones. Solo sexo. Pero fue en un trato de drogas cuando lo volvió a ver y este lo arrinconó contra un armario corrompido por la humedad. Besándose con fuerza, escondidos de sus respectivas bandas. - No te voy a preguntar, porque no me interesa porqué te fuiste, pero quiero que te pongas en cuatro. - Le dio un empujón para tirarlo al suelo. Cogiendo su cadera para que se colocará a cuatro.
El chico de la cresta no iba a dudar de que nadie le había tomado con esa agresividad. Por una parte le recordaba a Jack, por otra, era un hombre extraño y eso me gustaba desde sus inicios en el cruising.
No se esperó que tras su encuentro este lo arrastrará de nuevo a su apartamento. Creía que era simplemente sexo pero Hunter solía llevarlo a su departamento, donde continuaban o veían cualquier cosa que les apareciera en la televisión.
A veces incluso se sorprendía del parecido que tenía con Jack Conway, tenía que fijarse para ver sus diferencias, como que Jack tenía los ojos castaños y una cicatriz en su mejilla, mientras Hunter tenía los ojos azules y solo una pequeña cicatriz en su ceja.
Sabía que no debía fiarse, pero había algo en él que le hacía quedarse. Tal vez era esa apariencia casi idéntica a Conway, o tal vez que le gustaba su personalidad. No ocultaba su homosexualidad y no creía que está le hiciera menos hombre.
Le recordaba de sobre manera a él, el cual desaparecía cuando Nick aparecía. Se sentía extraño, como estando con Jack pero sin que nadie estuviera mirando por encima de sus cabezas, a excepción, claro, del FBI. El FBI era él. Gustabo estaba haciendo el vago con el comisario.
Aunque el comisario no vagueaba, este no parecía en muy buena condición física y eso le hacía quedarse en casa muchas veces.
Viktor por su parte había decidido ir a trabajar ese día, Vania había vuelto a la escuela, seguía yendo a terapia y por supuesto tenía su medicación.
El mayor de los Volkov estaba acariciando su vientre con cuidado, se sentía hinchado pero había movimiento en la ciudad y no podía estar perdiendo el tiempo como lo estaba haciendo García al quedarse en casa mirando el teléfono cual idiota.
Su humor estaba cambiante. A veces quería abrazar a Gustabo hasta dormirse y a veces quería mandarlo a dormir con unas caricias en el cuello.Gustabo por su parte estaba orgulloso de su hijo. Sabía lo que era tener una condición mental y sin embargo veía como este seguía hacia adelante, como era el mejor, no solo de su escuela, sino, que había vuelto a competir a nivel nacional y esperaba que en algún momento, compitiera de forma internacional.
Sin embargo este había decidido finalmente unirse al ejército una vez tuviera 18 años, llegando a rogarle a sus padres para ir a una escuela militar a los 16 años, sin embargo, Viktor teniendo experiencia en esto, le pidió esperar a que fuera más adulto, para que tuviera claro a donde se iba a meter.
El rubio se movió en el sofá cuando escuchó la puerta del departamento ser abierta, viendo al gigantesco ruso entrar. - ¿No debías estar trabajando?
- ¿A caso te molesto en mi propia casa? - García rodó los ojos, ahí iba de nuevo.
- No, simplemente anoche estuvimos hablando de que creías que debías ir a trabajar, relájate. Sabes que por mi llevaríamos una vida de puta madre, fumando maría y escuchando un poquito de estopa y reggae.
Vio como el ruso tras haber ido a la cocina a por helado se sentaba a su lado. - ¿Acaso tienes a alguien más? - El rubio reaccionó de una forma dramática.
- Ya sabes que yo nunca te haría eso, algodoncito de azúcar. - Dijo robándole algo de helado y dándole un beso. - No aún, muy pronto. Dame unos días. - Viktor lo golpeó con suavidad y Gustabo rió.
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¿Tenías que ser tú?
RomanceDonde Viktor Volkov es padre soltero de un chico adolescente que le pregunta quién es su otro padre. Pues Volkov lo oculta, por motivos que el menor de los Volkov desconoce.