Capítulo 24

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Han pasado un par de meses desde que la relación entre Callum y Rayla se había convertido en algo más que una simple amistad. Cuando Ezran se entero no solo fue feliz porque Soren le debiera una generosa cantidad de tartas de jalea, sino también porque por primera vez en mucho tiempo podía ver que su hermano mayor era feliz y aunque la guerra aún no terminaba, parecía que esa ya no era una preocupación para Callum ¡Ni siquiera para Rayla! Ahora parecía que nadie podía salir mal.

Pero por otro lado, el rey de Katolis no podía decir lo mismo. La guerra había dejado grandes pérdidas a lo largo de los años y no solonpara el, sino también para el resto de sus aliados por lo que estos empezaban a mostrarse molestos con la situación y la verdad es que no los culpaba, hasta el se estaba molestando con eso. Aún así, no podía dejar que los demás se retiraran de la guerra porque si eso pasaba entonces finalmente Xadia entraría a las tierras humanas y no durarían en acabar con cada uno de ellos, su miedo no era que lo mataran a él, sino que mataran a su familia, a sus amados hijos. No quería ni pensarlo.

Escuchaba las noticias en los pasillos, noticias como que el panadero había perdido recientemente toda la jalea en una clase de robo o que la bibliotecaria había corrido a Claudia un par de veces por gritar al leer novelas de aventura pero la noticia más relevante era que su hijastro, el príncipe mayor de Katolis, tenía un romance con la elfa que había intentado acabar con el durante años y aunque admitía que eso era un tanto raro no lo vea como algo negativo, todo lo contrario. Era más bien una esperanza de que quizás podrían llegar a un acuerdo con Xadia y dejar todo atrás para por fin estar todos en paz. Podía decir con orgullo que su querido hijastro le había dado el ejemplo de lo que era correcto.

Pero quizás al resto del consejo no le parecería muy bien que digamos.

-¿Estas diciendo que debemos rendirnos? -pregunto Viren de manera incrédula.

-Si, honestamente si y cambiar las armas por un tratado de paz entre los reinos y Xadia -respondio Harrow con total seriedad.

El consejo había iniciado, los reinos estaban a punto de caer en crisis así que Harrow consideraba que era mejor simplemente parar con esto.

-No podemos rendirnos ahora, los reportes de Xadianos tratando de cruzar la frontera, si nos rendimos ellos no dudarán en acabar con nosotros -argumento Viren.

-No lo harán si llegamos a un acuerdo...

El ambiente era tenso pues pocas eran las veces en las que se les veía a Harrow y a Viren en un desacuerdo y eso sin contar que esta era la primera junta del joven heredero al trono, pues dentro de poco cumpliría 15 años, la edad que indicaba que era su turno de ir a la guerra. Callum mentiría si dijera que no estaba nervioso por la vida de su hermano, si habían mandado a alguien para matarlo específicamente a él, no quería imaginarse lo que podría hacer Xadia en el caso de su hermano.

-Me temo que estas siendo muy optimista ¿Cómo puedes pensar que todo se arreglara así de fácil? -pregunto Viren.

-No será fácil, pero es posible si nos lo proponemos, pensemos en la entrenadora del príncipe Ezran -dijo Harrow.

Todos se mostraron algo sorprendidos ante el ejemplo que menciono el rey, solo los más jóvenes en la habitación pudieron sentir algo de alegría con la mención ya que a los otros no les agrado tanto lo que dijo el rey.

-¿La elfa? -volvio a preguntar Viren.

-Si, la elfa -respondió Harrow.

-Por favor, la tenemos como prisionera, créeme que cuando tenga la oportunidad nos traicionará -argumento Viren.

-Ella no haría eso... -dijo Callum, metiéndose repentinamente a la conversación lo cual era raro ya que el jamás abría la boca en esa clase de juntas y consejos.

-¿Cómo dice? -pregunto Opeli.

-Ella no nos traicionaria, créanme, la conozco, ella me ha dicho que muchos Xadianos anhelan la paz tanto como nosotros -dijo Callum de forma seria -Yo creo que si nosotros cedemos, ellos también lo harán

-Entonces esta decidido -dijo Harrow con la intención de dar por terminada la junta.

-¡No podemos tomar decisiones débiles! -exclamo Viren.

Harrow lo dudo un momento, en cierto punto Viren tenía algo de razón, la fractura de la relación entre Xadia y la humanidad no era nada fácil de olvidar o perdonar. Aún así quería intentarlo pero de cualquier forma lo pensaría muy bien, lo que fuera a decidir sería sumamente importante y sin duda marcaría la diferencia en lo que sería no solo su destino, sino el de todo un reino.

Por otro lado, Callum estaba tranquilo y algo contento, al parecer por fin había otro camino para la paz y afortunadamente no tenía nada que ver con la guerra. Rayla se podría feliz con esto.

Mientras tanto, había otros que no estaban contentos con la idea de una reconciliación con Xadia y un claro ejemplo de esto era el hechicero real. Viren estaba molesto por no decir otra cosa ¿La paz? Eso era ridículo y aunque fuera real ¿En qué se basaba Harrow para tomar una decisión así de ingenua? Claro, en un estúpido y patético romance adolescente que seguramente duraría poco.

Aun así, tenía que ver una forma de remediar esto, lo que creía que podía ser una ventaja en batalla para saber lo que planeaba el enemigo ahora había sido contraproducente. No podía permitir que esa... elfa cambiará el pensar de todo un reino y arruinará sus planes. Era hora de que el jugará sus cartas.

.

Rayla estaba en la biblioteca, leía un libro que Callum le había recomendado que en realidad le había gustado bastante aunque obviamente no lo admitiría frente a él. Sonrió ante la idea, le gustaba molestarlo y aunque el lo negara, también le gustaba molestarla de vez en cuando. Aunque para ella era difícil decirlo, no podía negar que por primera vez en mucho tiempo... se sentía completamente cómoda consigo misma lo cual era extraño por las circunstancias en las que estaba, pero ahora ya no le molestaba estar en Katolis claro que extrañaba a Ethari, Runaan y sus amados padres pero quería pensar que algún día los volvería a ver.

Una vez que terminó el capítulo de su libro, se dispuso a devolverlo a la estantería de donde lo había tomado, prefería dejarlo ahí por si alguien más quería leerlo. Ezran decía que eso era muy considerado de su parte. La chica salía tranquilamente de la biblioteca sin preocuparse por prácticamente nada, claro que esa calma no duraría mucho. Al caminar hacia los jardines reales, se encontró con el extraño maestro de magia de Callum.

-Señorita... Raya -hablo el, con un tono falsamente amable.

Rayla levanto una ceja, en el tiempo que estaba ahí, el hombre jamás le había dirigido la palabra.

-Es Rayla -corrigió la joven.

-Claro, escuche señorita... Rayla, necesito hablar con usted de un par de asuntos...

Rayla levanto una ceja, parecía que al hombre le costaba incluso pronunciar su nombre.

-¿Que asuntos?

-Lo sabrá muy pronto, la veo en los calabozos antes del atardecer, usted sabe dónde están -dijo el hombre para después simplemente continuar su camino.

Ella por otro lado levanto una ceja, eso era sospechoso, demasiado en realidad, de cualquier forma iría y si algo malo pasaba simplemente se defendería aunque sus manos y pies se incendiaran en llamas, además a estas alturas...

¿Que podía salir mal?

¿Peleamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora