Strange Soulmate [Lunter]

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Trigger warning
-Temas sensibles

•Adicción al dolor
•Pensamientos suicidas

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El camino que escogí
part1
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—¡Auch! ¿A que se debe tanta agresividad?

Willow (quien había golpeado su frente) le miró de forma acusatoria, ella entendió inmediatamente que algo andaba mal y lo había dejado pasar por alto.

—Te saltas las clases que casualmente compartimos con Boscha y su grupo, pasas la mayoría del tiempo pegada a tu celular y riendo como loca—Luz desvío la mirada—el otro día te escuché llorando en el baño y ¿Aún así preguntas por que la agresividad?

Luz miró a Gus en busca de apoyo y este solo negó cruzado de brazos.

Estaban en su mesa habitual, habían pasado tres semanas desde su charla con Amity. Se había acostumbrado a esconderse o evadir la mirada de ella, sentía que iba a morir si se enfrentaba a ella otra vez, sabía que no podía hacer eso por siempre pero al menos podía no pensar tanto en ello pues lo tenía a él.

The golden guard, en tan poco tiempo el se había vuelto alguien importante en su vida pese a no conocerlo en persona o conocer su nombre.

—Luz, ¿Que sucede?—pregunto Gus tomando su mano—Nos preocupas y mucho.

Ella mordió el interior de su mejilla aún mirando la mano que sostenía la suya.

—Les dire, pero hablemos en otro lado.

Afortunadamente habían terminado su almuerzo por lo tanto se marcharon sin problemas, caminaron por los pasillos infestados de estudiantes hasta llegar. Luz rogó internamente no encontrarse con Boscha o peor aún, Amity.

—A este punto encontrar un lugar privado va a ser un problema— Se lamentó Willow.

—Supongo que lo mejor es ya no hablar de eso.

Gus negó:—Chicas, les falta visión—se burló.

—¿A que te refieres?—Cuestiono Willow confundida.

—La respuesta está Justo frente a ustedes—el hizo un ademán con sus manos indicando una puerta.

—¿El armario del conserje?—Gus asintió—No voy a preguntar cómo empezaste a utilizar este lugar.

—Cuando no tienes amigos, este lugar es tu mejor aliado querida Luciérnaga.

Hunter

Tic

Tac

—Hunter

Tic

Tac

Tic

—Hunter, ¿Me escuchas?

El examinó la habitación, otra vez está aquí. Estaba empezando a odiar el color rojo de las cortinas, los cojines y el tono que su Psicóloga frecuentaba usar.

Era agobiante.

Su mirada se mantuvo fija en ella, no tenía ganas de entablar una conversación y solo quería irse a donde nadie lo encontrase.