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Yo no quiero
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La brisa suave de la mañana mecía ligeramente su cabello haciéndolo parecer tan ligero, su corazón se sentía tranquilo y se sentía como niña pequeña otra vez, pero esta vez con ambos padres junto a ella.

Lo sentía similar a un sueño, y su madre no paraba de sonreír cada vez que la veía reírse de forma risueña al jugar con los patos que nadaban a la orilla del lago, mientras que su padre, a quien escuchaba toser ocasionalmente, aveces tomaba la mano de su madre y le lanzaba besitos con su mano.

A ella le avergonzó al inicio cuando lo vio llevar su mano a sus labios y lanzar esos besos que inusualmente le hacían sentir feliz.

—Luz, cariño no te acerques mucho al lago. Te puedes caer y hace un poco de frío—exclamó la madre, preocupada por su retoño.

—SI— Gritó en respuesta, alargando la "i" y haciéndola sonar más infantil.

Camila sintió un calor en su pecho, creciendo poco a poco cada vez que veía a su pequeña preguntándose en que momento sería correcto, en que momento le dirían que no es un simple resfriado y que no saben cuánto tiempo le queda para disfrutar a su padre, para que esté la vea por más tiempo, para que esté le de amor.

Aquel amor que habían perdido y hace dos días habían recuperado. Por qué si, ella le permitió a su ex esposo quedarse en casa, dejándolo sentir el calor familiar.

—No te preocupes por decirle— lo escucho decir a su lado.

Luis no había despegado los ojos de su niña, escuchando su risa infantil y fresca al conjunto de la brisa. Camila al enterarse de su atención Tan cálida sintió ganas de llorar pero el no lo permitió tomando su mano y mirándola.

—No llores, por favor— pidió— Estas cargando con tanto y es mi deber decirle la verdad— él, carismática ternura, llevo la mano de su ex esposa a sus labios y deposito un beso en los dedos de ella— Lo último que quiero es que sufran más por mi.

—Luis...

—Lo se, se que es difícil pero vivamos el presente, ¿Esta bien?

Camila volvió a mirar a su hija, luego a él y fue ahí que lo entendió. Él se lo diría hoy, quiere tener más tiempos buenos que malos con ellas y eso le partió el corazón en mil pedazos.

[...]

Aveces escuchar conversaciones ajenas no es lo mejor, duele saber cosas que no debías conocer y eso te hace sentir miserable, más si son cosas respecto a tu fututo destino, saber si será trágico o con final feliz.

Pero ¿Hay oportunidad de esto a estas alturas?

—Me reuní con la abogada del señor Wittebane— Anunció sin tapujos el abogado cuyas pintas eran de alguien resignado— Y Me ofreció un trato.

—¿Un trató?— cuestionó Eda—¿Qué tipo de trato?

—Si se le permite al tío visitarlo antes del juicio, se retirará la demanda en contra de ambas— ambas hermanas se miraron y Lilith negó— Si se resisten dijo que su equipo está trabajando en cómo acusarles de retención de un menor de edad.

Eda se puso de pie sin pensarlo dos veces, causando un estruendo con la silla causando que Hunter y King, quienes estaban escondidos escuchando, se estremecieran.

—NO vamos a firmar esa mierda— sus palabras fueron contundentes y frías como el hielo mismo.

—Edalyn— pronunció Lilith en casi un susurro.

Strange Soulmate [Lunter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora