Strange Soulmate [Lunter]

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El vals de
la muñeca de trapo
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Una melodía inundaba cada rincón de la melancólica mansión. Una melodía que con énfasis expresaba cada sentimiento de frustración y dolor. El toque del piano pasó de ser lento a ser desenfrenado, las manos que lo tocaban se movían con avidez y elegancia, el dolor se convirtió en rabia y la frustración en tristeza; los ojos de la persona estaba cerrados, su boca levemente abierta y su cabeza se movía al compás de su desenfrenada muestra de sentimientos.

Los recuerdos inundaban su mente, enloqueciendo sus sentidos y llenándolo de intranquilidad.

Estaba harto, pero no tenía el valor suficiente de actuar... esta era su forma de gritar, su forma de decir "todavía estoy aquí" y si corría con suerte alguien llegaría.

Cuando al fin se detuvo su frente sudaba al igual que sus manos, buscaba recuperar su aliento y de paso tranquilizar los fuertes latidos en su pecho.

La puerta del gran salón de música se abrió revelando a la hija de la ama de llaves quien llevaba una mirada llena de temor.

—Joven Hunter.

El saco un pañuelo blanco de su bolsillo trasero, seco el sudor de sus manos y frente, luego enfocó su vista en la sirvienta. Se quedó mirándola fijamente esperando una continuación a su llamado, ella le temía.

—El señor Belos ha pedido verlo en su despacho.

—Bien, retírate.

—Pero joven am-

—Retírate.

Cuando la puerta se cerró Hunter aflojo la corbata en su cuello, sentía que le asfixiaba y Su espalda empezaba a doler otra vez, rogaba a todo ser supremo que sus heridas no se abrieran otra vez pues ya su botiquín secreto se había terminado y su tío había dado la orden de que nadie podría ayudarlo.

Vaya vida de mierda llevaba.

Camino todo el pasillo tambaleándose ocasionalmente pues sus tobillos dolían por las cadenas que ayer lo habían aprisionado pero debía ser fuerte, no tenía derecho a quejarse si él fue quien falló en tocar algo tan básico como "Moonlight Sonata".

—Al fin llegas, Hunter.

Ahí estaba, tan imponente; de pie detrás de su escritorio admirando la vista al gran jardín de flores maravillosas.

—Justifica tu tardanza—Ordenó en un tono frío.

—Estaba practicando— trato de no sonar nervioso.

—¿Moonlight Sonata?

—No, Nocture Op.9 N.2 de Chopin—Su tío no respondió

—¿Y con eso planeas impresionar a los jueces?—El hombre se dio la vuelta—¿Otra presentación mediocre?

—No, Tío.

—A un mes de la competencia y no puedes tocar a la perfección Moonlight Sonata, ¿Crees que me voy a tragar el cuento de que tocaste Nocture n.9 en E-Flat major?

A este punto él ya sentía sus piernas flaquear, una parte de su mente le decía que huyera pero la otra le dijo que se quedara y afrontara su fracaso.

—Me estoy esforzando, no quiero decepcionarte otra vez ¡Lo juro, tío!

Belos suspiró con decepción, Hunter lo vio acariciar con suavidad la superficie de la mesa a medida que rodeaba la mesa acercándose a él.

—Mi querido sobrino,¿Cuantos años tienes ya?— Pregunto en un tono jovial.

—Quince...

—Quince años, mira que maravilla— el hombre soltó una carcajada— y dime algo sobrino, ¿A que edad te trajo tu madre a mis brazos?